Un momento del documental 'No other land'.
2 min

"Las cosas deben cambiar. Para que ocurra, quizás es necesario que alguien vea algo que le llegue al corazón". Es la frase que Yuval, un joven periodista israelí, le dice a Basel, un activista palestino que vive en Masafer Yatta, una comunidad en las montañas del sur de Cisjordania, constantemente invadida por los militares israelíes. La escena es del documental No other land. Los dos protagonistas son sus directores, junto con Rachel Szor y Hamdan Ballal. La película es un acto de resistencia en sí misma y ganó el Premio de Cine Documental de la Berlinale. Ahora la encontrará en Movistar +. Recuerda mucho el magnífico documental 5 broken cámaras (Cinco cámaras rotas), donde el relato de denuncia sobre la ocupación y destierro del pueblo palestino se explica a través de las cámaras domésticas de quienes los sufren en primera persona. Ese documental también estaba codirigido por el palestino Emad Burnat y el israelí Guy Davidi.

Muchas de las imágenes son en plano subjetivo. Cuando los militares persiguen al Basel, huye. La cámara sigue puesta en marcha y sólo vemos cómo el suelo y las piedras pasan a toda velocidad ante el objetivo. En el momento de los enfrentamientos con el ejército, cuando son víctimas de detenciones o cuando las casas y la escuela de Masafer Yatta son destruidas por las excavadoras, quienes están detrás del visor sufre la escena consciente de los matices. La imagen se fija en el detalle de los niños asustados. Basel recuerda cuando estas escenas se repetían cuando él sólo tenía cinco años y tenía miedo. Las imágenes de archivo de entonces, grabadas por su padre y por otros vecinos de la comunidad, sirven para constatar la eternidad de este asedio y cómo la historia se repite una y otra vez a lo largo de los años.

"Empecé a grabar cuando llegó nuestro final" dice Basel. Nos remite a unas imágenes del 2022. El Tribunal Superior de Israel dictaminó una de las expulsiones más importantes desde que empezó la ocupación de los territorios palestinos en 1967. Recuerda cuándo cogió una cámara para grabar como quien recuerda la primera vez que cogió un arma para disparar. Y es que las cámaras se han convertido en la única herramienta de defensa, no por su eficacia destructora, sino casi como una solución con finalidad póstuma. La cámara es la generadora de pruebas de la injusticia que sufren, la que demuestra la atrocidad que atenta contra sus derechos. A lo largo del documental los gritos se repiten siempre en torno a una misma idea: "¡Te estoy grabando!", "¿Tienes la cámara?", "¿Dónde está la cámara?", "¡Mi cámara ha dejado de grabar!" , "Lo estoy grabando todo!". Basel recuerda: "Nací en un hogar lleno de activistas. Miradas a otras vidas". Vincula la actividad de promover un cambio, una transformación, a partir de la construcción de esa mirada. Y es lo que hace él con este documental, junto a sus compañeros de rodaje. Esperan que No other land sea, tal vez, lo que llegue al corazón de alguien para que las cosas cambien. No se lo pierdan.

stats