Conservación

Descubren que hay cuatro especies distintas de jirafas

Una revisión de los datos disponibles de estos larguiruchos animales lleva a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza a este cambio taxonómico

Un grupo de jirafas de la especie Giraffa giraffa en Sudáfrica.
30/09/2025
3 min

Las jirafas son unos de los animales más emblemáticos de la sabana. Su cuello largo, las patas altas y estrujadas y el patrón único de manchas y colores de su pelo no dejan a nadie indiferente. Puede superar los cinco metros y medio de altura, lo que le convierte en el animal más alto del mundo. Para poder bombear la sangre hasta la cabeza, su corazón, que pesa 11 kilogramos, genera una presión tres veces superior a la de un corazón humano. Su lengua también es prodigiosa: puede llegar a medir hasta medio metro de longitud y les permite arrancar diminutas hojas de acacia de manera "quirúrgica", entre espinas muy punzantes.

Durante décadas, las jirafas habían sido consideradas una sola especie animal con varias subespecies. Sin embargo, estudios recientes han revelado que esta visión no refleja la complejidad de su linaje. En agosto, el Giraffe & Okapi Specialist Group de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que está formada por unos 15.000 expertos y científicos y 1.400 ONG de 160 estados, con sede en Suiza, publicó un informe en el que se revisan minuciosamente todos los datos disponibles mediante un enfoque integrativo llamado "traffic light systemConsiste en evaluar la distinción taxonómica entre especies o subespecies a partir de varias líneas de evidencia, que incluyen aspectos morfológicos, patrones de distribución biogeográficos y de divergencia genética.

El resultado fue inesperado para muchas personas. Resulta que no existe una única especie de jirafa, sino cuatro, la mayoría de las cuales presentan, además, varias subespecies. La importancia de este descubrimiento no es únicamente académico, dado que permite redibujar el mapa evolutivo de este mamífero tan emblemático, sino que también implica tener que reconsiderar los programas de conservación de las jirafas, ya que es necesario velar por el hábitat de todas estas especies particulares.

Una jirafa pastando en el Parque Nacional de Etosha en una imagen de archivo.

Cuatro nuevas especies

Tradicionalmente, las especies se definen como un grupo de individuos de características morfológicas similares que se emparejan entre ellos y tienen descendencia fértil. Sin embargo, la distinción no siempre es sencilla, ya que en ocasiones se pueden producir emparejamientos híbridos. Y, por otra parte, la existencia de barreras geográficas, como cordilleras, masas de agua o zonas extensamente humanizadas, puede impedir que dos poblaciones de una misma especie se puedan emparejar entre ellas, lo que favorece su distanciamiento filogenético.

Las cuatro especies identificadas son la jirafa del norte (Giraffa camelopardalis), de la que se han identificado tres subespecies; la jirafa reticulada (Giraffa reticulata); la jirafa massai (Giraffa tippelskirchi), que presenta dos subespecies, y, finalmente, la jirafa del sur (Giraffa giraffa), que también presenta dos. Esta revisión taxonómica, que ha sido publicada oficialmente el 21 de agosto de 2025, representa un punto de inflexión para la conservación de las jirafas. Reconocer cuatro especies separadas permitirá centrar mejor los esfuerzos, especialmente para aquellas poblaciones más amenazadas.

En este sentido, los datos actuales proporcionados por la Giraffe Conservation Foundation indican que quedan aproximadamente 7.000 individuos de la jirafa del norte en estado salvaje. Es la más reducida y está fragmentada geográficamente, lo que hace que su estado de supervivencia se considere crítico. En cuanto a la jirafa reticulada, cuenta con casi 21.000 individuos. Esto hace que su estado sea vulnerable pero no crítico. Respecto a la jirafa massai, los últimos registros estiman que existen casi 43.000 individuos, y va aumentando progresivamente gracias a los programas de conservación puestos en marcha por Kenia, Ruanda y Zambia. Por último, se calcula que hay casi 69.000 individuos salvajes de la jirafa del sur. Además, ha experimentado un aumento del 50% en sólo cinco años, gracias a una mejor cobertura de los estudios y esfuerzos de conservación en países de África Austral.

Acciones específicas de conservación

Las implicaciones de estos datos para la conservación de la jirafa son claras. No es lo mismo considerar que hay 150.000 jirafas salvajes en todo el mundo si las consideramos como una especie única, que ser conscientes de que alguna de estas especies, como la jirafa del norte, se encuentra en estado crítico, y otras dos, como la masai y la reticulada, en estado vulnerable. Según los autores del informe, es necesario reevaluar individualmente el estado de cada especie con relación al área biogeográfica que ocupa ya las amenazas del entorno, especialmente las derivadas de la acción humana expansiva y del cambio climático, para dirigir los recursos y acciones específicas según las necesidades concretas de cada una dentro de su ecosistema; también en relación con los demás organismos con los que lo comparten. Para ello, aseguran que es necesario estrechar la cooperación entre países y organismos, para garantizar una respuesta más coordinada. Como dice el ecólogo Michael Butler Brown, coautor del estudio, "sin esa claridad, la conservación trataría a la jirafa como una gran población sana, cuando en realidad hay especies pequeñas y en riesgo real".

stats