Olas de calor

"En muchas partes del mundo no será seguro trabajar en verano"

La insolación en Barcelona ha aumentado un 30% durante el mes de junio

Trabajadores de las obras de la Estación de Sants durante la ola de calor.
05/07/2025
3 min

BarcelonaNo sólo las temperaturas han aumentado mucho este mes de junio, también la insolación, que ha sido un 30% superior según los registros del Observatori Fabra. Los datos del Servicio Meteorológico de Catalunya muestran cómo la elevada irradiación solar se ha situado tres puntos por encima de la media histórica, con 342,5 horas de insolación registradas, también récord mensual.

"Hemos tenido un junio con pocas nubes, lo que se traduce en más horas de insolación efectiva. Esto es más horas de sol directo de lo habitual, lo que también tiene un impacto sobre la salud humana", explica al ARA Toni Barrera Escoda, del Meteocat. La radiación ultravioleta procedente del sol es el factor más importante de daño molecular del ADN y, por tanto, de riesgo de desarrollar un cáncer. "Estamos a los máximos de radiación ahora mismo. Es crucial protegerse del sol en la calle", añade Barrera Escoda.

No sólo la radiación es perjudicial para la salud, también el calor en sí. Hace unos días el Instituto Carlos III de Madrid cuantificaba el exceso de mortalidad provocado por las altas temperaturas en Europa en más de 43.000 muertes directas, que en el caso de Catalunya era de 43 personas sólo en junio, la cifra más elevada en una década. Una de ellas era una trabajadora de la limpieza de 51 años de Barcelona, ​​fallecida en plena ola de calor.

Según Xavier Basagaña, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el calor es un importante estresor de la salud humana y se asocia a mortalidad en dos casos. Por un lado, los golpes de calor, que aunque provocan menos defunciones, se ceban en personas que trabajan en el exterior, como temporeros de la fruta o de la construcción, y también en personas que hacen deporte al aire libre. Y, por otra parte, las oleadas de calor, que se asocian a mayor mortalidad y hospitalizaciones por agravamiento de los problemas de salud. "Suele afectar a personas con algún problema de salud de base, como enfermedad cardiovascular y respiratoria", explica Basagaña. En estos casos, el extra de estrés de calor hace que el cuerpo no pueda mantener la temperatura constante, lo que puede comportar un efecto agudo, tales como ataques al corazón, ictus y crisis respiratorias.

Lo mismo sucede en colectivos vulnerables, como ancianos, niños o mujeres embarazadas, que también tienen más dificultades para mantener la temperatura corporal constante y pueden tener dificultades para identificar la sed, lo que les puede provocar deshidratación.

La humedad que no deja dormir

Además, en el caso de Barcelona, ​​se suma la humedad. "El cuerpo suele refrescarse a través de la transpiración. En condiciones de humedad elevada, el sudor no se puede evaporar y, por tanto, no tenemos el efecto refrescante, por lo que el organismo se va sobrecalentando. Por eso la combinación de calor y humedad resulta muy peligrosa para humanos y animales", recuerda Markus Donat, investigador Icrea.

Por si fuera poco, y ante la perspectiva de que en Barcelona cada vez sean más frecuentes las noches tórridas y al rojo vivo, las elevadas temperaturas por la noche impiden el sueño profundo y reparador, lo que tiene un impacto negativo importante en la salud. "El cuerpo suele enfriarse un poco antes de dormir, pero si el ambiente lo impide, no puede reparar el estrés térmico del día", apunta Basagaña, quien recuerda que existen estudios científicos recientes que han relacionado episodios de noches con temperaturas elevadas con más episodios de apneas. También con más accidentes laborales al día siguiente y una mayor agresividad y un mayor nivel de conflictos.

"Los trabajadores pueden estar cansados ​​y menos atentos. Durante el día, debido al calor, sobre todo los que realizan trabajos al aire libre pueden sufrir mareos y desmayos", afirma el investigador. Por eso muchas empresas ya cuentan con protocolos adaptados para situaciones de emergencia climática, donde se modifican horarios y se ajustan los descansos para que la plantilla pueda hidratarse bien y descansar.

Ahora bien, Basagaña advierte que a veces hay normativas que se contradicen: "Por ejemplo, se puede avanzar la hora de cosechar la fruta, como es el caso de la campaña de la fruta en Lleida, que se ha adelantado para evitar las horas de máxima insolación, pero en otros sectores, como la construcción, es inviable".

En este sentido, precisamente el ISGlobal está realizando un estudio con trabajadores de la construcción para evaluar las temperaturas a las que están expuestos y adaptar los protocolos de trabajo. "Si seguimos con el aumento de temperaturas actual, llegará un momento en el que en muchas partes del mundo no será seguro trabajar en verano", insiste Basagaña.

stats