¿Por qué es importante guardar el hielo de una fuerte granizada en el congelador?
El Meteocat avisa que estos fenómenos extremos serán cada vez más frecuentes
BarcelonaLos granizos y granizadas son frecuentes en Cataluña, sobre todo en verano. Lo que no es tan habitual es el extraordinario tamaño de las piedras que han caído en los últimos años. La más reciente, la de San Pedro de Torelló, de hace una semana, dejó trozos de hielo de hasta 4 centímetros. Desde la histórica granizada del 2022 en la Bisbal d'Empordà (Baix Empordà), cada año hemos tenido un episodio de piedras gigantes nada habituales, muy difíciles de predecir y que han causado destrozos importantes. La crisis climática está acentuando los fenómenos meteorológicos extremos y el Meteocat tiene en marcha un proyecto de investigación pionero en el mundo en el que se analizan las fuertes granizadas que caen en Catalunya para adaptarse a la nueva realidad. Y en esa era, la ayuda ciudadana tiene un papel importante.
Saber dónde caerá una granizada es muy complicado. En caso de vivir una, recoger las piedras gigantes y guardarlas en el congelador, dentro de una bolsa para que no estén en contacto con elementos o alimentos que puedan dañarlas. Una vez se confirme la excepcionalidad del episodio, el Meteocat recogerá con un congelador especial las piedras conservadas en los domicilios y después las analizará. La fase más curiosa del procedimiento es que las muestras se llevan a los hospitales, donde se realizan tacos, radiografías o resonancias para conocer su estructura.
¿Pero por qué es tan importante estudiar las piedras? Para acotar las previsiones y alertas de estos fenómenos extremos. "La formación de una piedra con sus diferentes capas nos indica las características de la nube de una tormenta de esta magnitud, y sabiendo esto podremos desarrollar nuevas técnicas para, en un futuro, predecir con mayor antelación y precisión estos fenómenos extremos" , explica al ARA el jefe del área de predicción del Meteocat, Santi Segalà. "Nuestro objetivo es generar nuevos avisos para prevenir a la población de fenómenos tan excepcionales", añade.
La granizada de La Bisbal dejó piedras de casi 11 centímetros de diámetro, un tamaño récord en Catalunya y que causó la muerte de una niña, varios heridos y muchos destrozos. El 26 de agosto del año pasado le tocó el recibir en la Sénia (Montsià) con piedras de 10 centímetros, y este año en Sant Pere de Torelló. Es decir, tres años consecutivos con granizadas excepcionales en un contexto de sequía histórica y de récords de calor, que son muestras evidentes del cambio climático. "Cada vez tendremos más granizadas extraordinarias", avisa Segalà, quien recuerda que "hasta que no se detengan las emisiones de gases de efecto invernadero las temperaturas continuarán subiendo", y el calor intenso es uno de los ingredientes básicos para que una tormenta sea más fuerte y pueda ir acompañada de piedra.
Tormentas propias de climas más extremos
Un granizo se forma cuando una nube de tormenta recoge suficiente energía para que llegue hasta mucha altura. "Las nubes que han provocado estas fuertes granizadas han superado los 18 o los 20 kilómetros de altura, y eso es una tontería", asegura Segalà, que añade que para que se produzca una nube de estas características se necesitan vientos verticales cargados de energía que alimenten la parte más alta de la tormenta, que es donde está el aire más frío y donde se producen las piedras más grandes. Hasta ahora, estas tormentas violentas sólo se veían en televisión y en otras zonas del mundo. "El tamaño de las piedras o los registros extraordinarios de lluvia en poco rato que estamos teniendo en los últimos años son más propios de lugares clásicos de climas más extremos como ciertas zonas de Estados Unidos", explica Segalà.