Conservación

El lince ibérico se salva de la extinción

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza cifra en 2.000 los ejemplares en la Península

Un grupo de Lince Ibérico.
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BarcelonaLa Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha anunciado este jueves el mayor hito de la conservación medioambiental europea alcanzada hasta ahora: el nombre del lince ibérico (Lince pardinus) se ha borrado de la lista de animales en peligro de extinción. Después de dos décadas de actuaciones para reintroducir el mamífero en España y Portugal, este depredador pasará a considerarse una especie vulnerable, que necesitará aún protección, pero salió del umbral de máximo peligro. Es la primera vez que la UICN rebaja de categoría a un mismo animal: en el 2015 ya salió de la clasificación de especie en peligro crítico de extinción.

En veinte años, la población adulta del lince ibérico se ha multiplicado por 10, pasando de los 62 individuos adultos de 2001 a 648 de 2022. De hecho, se estima que ahora hay más de 2.000 ejemplares si también se suman los más jóvenes. "Es el reconocimiento a un trabajo de 23 años y refleja el éxito que supone la conservación para el mundo", valora en declaraciones al ARA Ramón Pérez de Ayala, de la organización conservacionista WWF. "Esto demuestra que la conservación exitosa funciona tanto para la vida salvaje como para las comunidades", coincide la directora general de la UICN, Grethel Aguilar.

Según ha destacado la UICN en un comunicado, los esfuerzos de conservación de esta especie clave para el ecosistema de la península Ibérica se han centrado en aumentar la abundancia de su presa, el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus); un animal que en los territorios autóctonos del lince también está en peligro de extinción. “Primero hemos intentado recuperar el hábitat a través de la restauración de la vegetación [sobre todo el matorral mediterráneo], pero sobre todo con la base de su alimentación: el lince come conejos casi en exclusiva, y sin ellos no se reproduce o no lo puede hacer lo suficiente. Nada más introduciendo más conejos logramos pasar de un centenar de individuos a 250”, explica Pérez de Ayala.

Un cachorro de lince ibérico.
Un lince ibérico alimentándose de un conejo, que es la base de su alimentación.

Pero entre las actuaciones que han conducido a este reavivamiento de la especie endémica en España y Portugal destaca la reintroducción de ejemplares –más de 400 desde el 2010– ya través de centros de reproducción, lo que se conoce como programas de cría ex situ (fuera de su hábitat natural). “Inicialmente, se logró crear seis poblaciones de adultos bastante mayores, pero los cachorros han ido colonizando otras partes y reproduciéndose", celebra el experto de WWF. De hecho, ahora ya es prácticamente imposible contabilizar el número de ejemplares que hay en cada territorio.

Tres grandes retos.

En estos momentos, el lince ocupa un territorio de unos 3.320 km² –449 km² más que en 2005– de varios puntos del sur de España y Portugal. En concreto, en la sierra de Andújar y el parque de Doñana, en Andalucía; en la zona de Despeñaperros y las montañas de Toledo, en Castilla-La Mancha, y alrededor del Guadiana, tanto a su paso por Extremadura como en el valle del Guadiana, en Portugal.

La UICN cifra en 2.000 los ejemplares en la Península Ibérica.

A pesar de estos avances, la conservación del lince sigue presentando retos complejos. Destaca la necesidad de reducir las muertes por la caza furtiva o los atropellos. Pérez de Ayala subraya que unos 144 linces han muerto por la acción humana desde que se tienen datos, el último el pasado año, si bien subraya que este dato podría ser superior: advierte que hay indicios de desaparición en otras zonas que podrían esconder un desenlace fatal de mayores ejemplares.

También existe la amenaza de las fluctuaciones de la población de conejos y el cambio climático, así como el hecho de que los linces son muy vulnerables a las enfermedades de los gatos domésticos. El siguiente paso es lograr conexiones entre las diferentes poblaciones para que se reproduzcan naturalmente, uno de los grandes talones de Aquiles por el impacto de la endogamia, ya que la gran similitud genética por los cruces entre animales de la misma familia debilita el sistema inmunitario de estos depredadores.

Crías "genéticamente viables"

El proyecto de cooperación internacional Life Lynx Connect tiene como objetivo conseguir una procreación de linces "autosostenible y genéticamente viable" mediante la conexión de las poblaciones existentes en España y Portugal. Actualmente, tiene contabilizadas 406 hembras reproductoras –un dato que debería duplicarse para alcanzar tasas de reproducción exitosas– y 722 cachorros en la Península.

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