El 96% de las jugadoras piensa que en el fútbol femenino se ocultan problemas de salud mental
El sindicato FUTPRO ha publicado nuevos datos sobre las preocupaciones de las profesionales
BarcelonaEl 96% de las jugadoras piensa que sus compañeras ocultan problemas de salud mental para evitar represalías deportivas. Éste es uno de los datos que se han expuesto en el Segundo Estudio sobre la Salud Mental de FUTPRO, el sindicato mayoritario de las futbolistas en España. El estudio cuenta con las opiniones de casi la mitad de las jugadoras de la Primera División femenina y muestra datos relevantes sobre los miedos y las inquietudes de las futbolistas, y sobre cómo creen ellas que deben trabajar las instituciones al respecto. "Venimos de un año de muchos éxitos, recuerdos, triunfos... Y a veces nos olvidamos cómo lo viven nuestras futbolistas, con la presión que todo esto supone", explica Amanda Gutiérrez, presidenta de FUTPRO.
La semana pasada se reunieron por primera vez el presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Pedro Rocha; la presidenta de la Liga F, Beatriz Álvarez; y el presidente de la Liga, Javier Tebas, y se autopresentaron como "las instituciones más importantes del fútbol". Ante esto, Gutiérrez se pregunta indignada: "¿Dónde están las futbolistas? ¿Dónde están los sindicatos?" Y añade: "¿Cómo pretendemos que las instituciones cuiden a los deportistas ya la industria de los deportes si lo están haciendo todo a su costa y no saben lo que piensan porque no llaman a las asociaciones que los representan?"
¿Cuál es el camino a seguir?
FUTPRO ha propuesto en la Liga varios programas de ayuda emocional y psicológica. "Hay muchas futbolistas que no confían en el psicólogo del club, tienen miedo, se le ve como un empleado del club y piensan que pueden salir perjudicadas", explican. De hecho, más del 90% de las jugadoras no explicarían sus problemas de salud mental en el club debido a que esto pueda afectar a su puesto de trabajo. Por este motivo, desde FUTPRO se quiere trabajar para tener un protocolo para la salud mental y que exista la posibilidad de que la jugadora pueda acceder a un psicólogo sin que ninguna institución tenga que intervenir. También trabaja para ofrecer programas para la transición a la vida después del fútbol, financiando proyectos o ayudando en los estudios, entre otras acciones.
El estudio cuenta con el apoyo de Inma Puig, psicóloga clínica que en el pasado fue la psicóloga del Barça durante más de 15 años: "En un entorno frenético en el que los problemas de salud mental son todavía percibidos a menudo como una debilidad , la mejor prevención en salud mental es cuidar a las personas". "En lo deportivo, si se persiguen resultados hay que cuidar a las personas, porque los resultados llegan exclusivamente a través de las personas. El pasado ha sido de las personas fuertes físicamente, y el futuro es de las sensibles", dice Puig.
¿Qué piensan las futbolistas?
El aspecto a mejorar que más preocupa a las jugadoras es el salario mínimo (52% de las encuestadas). Por el contrario, sólo el 8% ponen la salud mental por delante del resto de aspectos. "Esto demuestra que lo importante es formar. Si ellas no entienden lo importante que es la salud mental, vamos por mal camino", dice Gutiérrez. El 80% de las futbolistas admite haber sufrido depresión, estrés o ansiedad. "No se entiende que sólo el 8% te digan que el principal problema es la salud mental cuando la gran mayoría de las jugadoras lo han sufrido. Hay mucha desinformación, son muy poco conscientes de ello", añade la presidenta de FUTPRO.
Por otra parte, el 60% de las futbolistas afirman que no han sentido el apoyo de su club en una situación de este tipo, casi la mitad (48%) no se sentirían cómodos explicando sus problemas en el club y el 91% no se lo explicarían a algún responsable del organismo de la Liga F. "Cómo debo confiar en una liga que no hizo absolutamente nada cuando hubo cinco jugadoras que salieron a denunciar que el entrenador las asediaba ?" Álvarez se refiere al caso del entrenador del Alhama, Randri García, a quien la RFEF retiró dos años la licencia por "comportamientos despectivos y humillantes" hacia las jugadoras de su equipo.