El abuelo y el nieto que se hicieron ricos vendiendo mermeladas al rey: así empezó Helios
El grupo empresarial de Valladolid cuenta con más de 600 trabajadores y factura cerca de 270 millones de euros
BarcelonaEn la Antigua Grecia explicaban que, cada mañana, Helios subía a su carruaje resplandeciente, espoleaba a los cuatro caballos y despegaba cielo allá. Su encargo era siempre el mismo: dar la vuelta al mundo para pasear la aureola dorada que llevaba por corona. En casa dejaba a su hijo, Faetont, que presumía de tener la personificación del Sol como padre. En Valladolid, en 1901, quien salía temprano de casa era Alejandrino Pérez. A pesar de carecer de carro, se apresuraba a llegar a la tienda para preparar los bombones, las mermeladas y las confituras que vendería durante todo el día. En casa se quedaba el nieto Gaspar, muy orgulloso de que su abuelo fuera el propietario de la reputada confitería El Sol. De aquel negocio salió un producto que, todavía hoy, está muy presente en los desayunos y meriendas de muchos catalanes: la mermelada Helios.
Actualmente, el Grupo Helios cuenta con más de 600 trabajadores y factura cerca de 270 millones de euros. "El secreto del éxito no lo esconden: a través de la publicidad hacen gala de valores como el origen, el cultivo local, la tradición y la naturalidad", explica Neus Soler, profesora experta en marketing de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC). Detrás de los botes de cristal de la marca vallisoletana está la historia del Alejandrino y sus descendientes, que hoy todavía están al frente de la empresa, representando la quinta generación de la estirpe familiar de maestros confiteros.
A principios del siglo XX, los dulces que Alejandrino venía a la confitería El Sol se volvieron muy populares en Valladolid. Cuando Gaspar se hizo mayor, se incorporó al obrador. Juntos condujeron en los primeros años un negocio cargado de éxitos y que no tardó mucho en llegar a oídos de la Casa del Rey. Al poco tiempo se convirtieron en proveedores reales habituales: los mismos dulces que El Sol vendía a los vecinos de Valladolid también satisfacían el paladar de los monarcas españoles. En 1936, unos meses antes del estallido de la Guerra Civil, la familia Pérez abrió dos nuevos establecimientos en la misma ciudad castellana: Val y Helios. Del segundo, que significa Sol en griego, salió la marca registrada que hoy llena los lineales de mermeladas y confituras de los supermercados.
"Es un producto muy alineado con los valores que el consumidor pide actualmente: que sea un producto natural y, por tanto, saludable, sostenible y de proximidad", recalca Solé para justificar la pervivencia de Helios casi 125 años después del primer bote. Tras la guerra y durante el franquismo, la marca siguió creciendo. En 1959, la producción de Helios se trasladó a una flamante fábrica en el municipio de Arroyo de la Encomienda, junto a Valladolid. En la década de 1970 la ampliaron. Hoy la compañía sigue teniendo su sede en este emplazamiento y sus instalaciones ya tienen más de 40.000 metros cuadrados de superficie. Con el impulso que le dio el traslado a la nueva nave, la renovación de la maquinaria y el buen contexto económico de la época, en los 80 se convirtieron en un caramelo para el grupo.
Durante aquellos años, la marca renovó también el logotipo y se invirtió en estar presente en los medios de comunicación y en la televisión. También centró esfuerzos, en concreto, en el patrocinio de equipos de competiciones deportivas. Entre 1979 y 1981, por ejemplo, Helios se convirtió en copatrocinador del equipo ciclista Zor. Durante doce años, de 1983 a 1994, su logo también apareció en las camisetas del Real Valladolid Club de Fútbol y en todas las fotografías cuando el conjunto pucelano levantó el trofeo de campeón de Liga en 1984. "En la estrategia comunicativa también destacan la apuesta por la sostenibilidad, utilizando envases de vidrio, un proceso eficiente de producción y mantener un cultivo local", apunta la experta.
Con el paso de los años y de los Pérez, Helios también ha ido esparciéndose por todo el mundo. Tiene una planta de procesamiento de fruta en Navarra y cuatro centros productivos repartidos entre Valladolid, Navarra y Huelva. Sin embargo, los botes de mermelada no se venden sólo en España: Helios también tiene dos plantas en Alemania y otra en Marruecos, además de oficinas comerciales en la Catalunya francesa y en Inglaterra. De sus cadenas de producción salen los productos de Helios, pero también de otras marcas del grupo como Bebé, Eva, Mühlhäuser y Filito.
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1901
Alejandrino Pérez toma las riendas de la confitería El Sol, en Valladolid.
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1936
Con su nieto Gaspar, abren dos nuevos establecimientos y registran la marca Helios.
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1959
La compañía estrena una nueva fábrica y moderniza sus procesos de producción.
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1984
Impulsado por una exitosa campaña publicitaria, Helios se consolida y entra en nuevos países
- 2023