Los accidentes laborales llevan una década estancados sin bajar

3 min
Un operario trabajando al sol, en una imagen de este verano

A lo largo de la primera mitad de 2024, cada cuatro días ha muerto una persona en el contexto laboral. Es una cifra que se mantiene más o menos desde hace casi una década y que no se ha logrado reducir radicalmente pese a los llamamientos de sindicatos y administración a mejorar las medidas para prevenir los riesgos laborales. Es cierto que este 2024 ha habido en Catalunya un ligero descenso en cuanto al conjunto de los siniestros laborales, pero esto ha afectado sobre todo a los leves, mientras que los graves han tenido algo de repunte. En conjunto ha habido 104.368 accidentes laborales en este primer seis meses, según el Observatorio del Trabajo y Modelo Productivo del departamento de Empresa y Trabajo de la Generalitat, pero de estos, sólo algo más de la mitad requirieron baja médica y unos 400 se consideraron graves. Sin embargo, hubo 45 muertos, si se cuenta tanto los siniestros en el trabajo como los que se producen en el trayecto para ir o volver. Y si se abre el foco y se mira lo que ocurre en el conjunto de España, la situación es mucho más grave, porque allí sí han crecido de manera importante los muertos en el trabajo: dos cada día; en total, 360 trabajadores en los primeros seis meses del año, 23 más que el año anterior.

Estos siniestros son de mucho tipo, es cierto. Hay desde infartos o derrames cerebrales hasta caídas o atrapamientos en máquinas, pero en cualquier caso lo que preocupa, y mucho, a los sindicatos, es que no se haya conseguido detener esta lacra y siga habiendo ese goteo de muertes en el trabajo que básicamente está estancado en las mismas cifras desde hace muchos años. Algo está fallando en la prevención de riesgos laborales porque, aunque es un elemento obligatorio en todos los trabajos, en demasiadas ocasiones es casi sólo un trámite administrativo que se externaliza sin que exista realmente un seguimiento interno de las medidas. Por eso, los sindicatos reclaman que en la mesa de diálogo social se pacte con el ministerio y la patronal una reforma de la ley de prevención de riesgos laborales, que data de 1995, para ajustarla a los nuevos parámetros que se han implementado en la Unión Europea y que incluya también otras variantes como enfermedades nuevas que hayan podido salir por la utilización de nuevos materiales o sistemas de trabajo, o también el impacto que puedan tener ahora el cambio climático y la digitalización en el entorno laboral.

Lo seguro es que no es normal que, con la excepción lógica de los años en los que hubo confinamientos por la pandemia, las cifras de siniestros se mantengan de forma más o menos estable desde hace al menos una década. Se había dado un gran paso adelante si se tiene en cuenta, por ejemplo, que en 2000 hubo 213 accidentes mortales y en 2023 la cifra había descendido a 103. Esto fue posible gracias a las campañas de prevención y porque en general la mayoría de empresas han ido teniendo mayor conciencia de la importancia de la seguridad y el control público es más estricto, pero está claro que se ha bajado la guardia, ya que estamos estancados alrededor de cien muertes anuales desde hace diez años . Se puede conseguir otro salto adelante, y para ello será necesario volver a poner en marcha una estrategia decidida a todos los niveles para evitar que trabajar sea un riesgo mortal.

stats