El análisis de Antoni Bassas: 'De ese golpe de timón'

Quizás el golpe de estado fracasó, pero el golpe de timón no

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Bassas

Hace una semana que estamos dando vueltas en círculos a la libertad de expresión y de manifestación, a la violencia de algunos manifestantes, a las unidades antidisturbios de los Mossos. De esta niebla espesa empiezan a salir dos evidencias: la primera es que emergencia económica, emergencia nacional y emergencia generacional es una suma que pondría cualquier país al borde del estallido social. Así está Catalunya en estos momentos. Pero el país tiene a la gente, el talento y parte de las herramientas que hacen falta para salir adelante. Y por eso (segunda evidencia) es imperativo que los partidos que pueden hacer gobierno lo hagan con más sentido de estado (es decir, pensando en el país y no en el partido) y más rápidamente que hasta ahora. Ya hace nueve días de las elecciones y el Govern, es decir, un primerísimo instrumento de servicio a la gente y de autoridad reconocida por todo el mundo, ya es urgente.  

Es urgente para acabar con la realidad de un Govern en funciones, de la falta de planes de reactivación, de la incertidumbre sobre los fondos europeos que vendrán a Catalunya. Quizás solo es una nota a pie de página, pero las crónicas de los incidentes de ayer por la noche en Barcelona hablan de vecinos que salen a los balcones a decirles a los manifestantes que basta de quemar contenedores. Los comerciantes de las zonas afectadas (la calle Gran de Gràcia, por ejemplo), que ya estaban arruinados, ahora están asustados.

Por eso subrayamos la declaración que ayer formuló el vicepresidente en funciones, en funciones de presidente, Pere Aragonès. Ya dijimos después del asalto a la comisaría de los Mossos de Vic que habíamos echado de menos la voz de quien aspira a presidir Catalunya. Finalmente, ayer, Pere Aragonès dijo las cosas por su nombre: 

Es fundamental que nos pongamos de acuerdo en estas verdades evidentes y que un nuevo Govern se ponga a trabajar intensivamente, no solo por los cambios que provoque sino por el mensaje que esto envía.

Mientras tanto, hoy es uno de esos días que dan para un libro. Hoy hace 40 años del 23-F, que fue en 1981. Los más jóvenes saben de paso que ese día hubo un golpe de estado, que produjo la imagen icónica de un teniente coronel de la Guardia Civil con bigote y pistola subiendo hasta la tribuna de oradores. Era la mano ejecutora de un plan con conexiones civiles, que buscaban una especie de gobierno de civiles presidido por un militar, y eso lo llamarían “golpe de timón”, porque decir golpe de estado ya era inadmisible en esa España que aspiraba a ingresar a la entonces Comunidad Económica Europea. Los que lo recordamos sabemos que el ejército, la Corona y otras los herederos del franquismo reconvertidos en demócratas (solo hacía cinco años que Franco había muerto) acabaron con la posibilidad que de España surgiera un estado plurinacional y liberado del franquismo entre los uniformes y las togas. 

Un dato: al día siguiente del golpe de estado, el rey Juan Carlos se reunió con los jefes de los grupos parlamentarios. No invitaron ni al de Convergència ni al del PNV. Ni al catalán ni al vasco. Quedó claro quién representaba a España de verdad y quién no.

Hoy habrá un acto en el Congreso de Diputados en Madrid. La Zarzuela informó ayer de que “Su Majestad el Rey asistirá, junto con los representantes de los máximos poderes institucionales, al acto que conmemorará el 40º aniversario del golpe de estado del 23-F”. O el rey necesita quien le escriba las notas de prensa o lo que han querido decir es que van a celebrar que el Estado cerró filas para hacer salir al rey Juan Carlos como salvador de la democracia, lo cual, con Juan Carlos en los Emiratos, rico y delicado de salud, no es lo que esperamos, porque en una democracia el estado trata a sus ciudadanos como adultos. Quizás el golpe de estado fracasó, pero el golpe de timón no.

De ese golpe de estado, este chiste de Ferreres esta mañana:

Los tres golpistas principales del 23-F celebran el 40º aniversario. Milans de Bosch le dice a Armada: “Qué tiempo aquellos en los que teníamos que sacar los tanques para defender a España”. Y Tejero contesta: “Ahora son los tribunales los que se encargan de dar los golpes de timón”.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

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