El análisis de Antoni Bassas: 'Sobre todo, no mezcle deporte y política'

Hoy se hablará de financiación porque se reúne en Madrid el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que es el organismo en el que se encuentran todos los consejeros autonómicos y la ministra el ramo. La propuesta catalana de tener una financiación singular es vista incluso como una humillación. Es una patata caliente para Pedro Sánchez si quiere seguir apoyando el independentismo y para Salvador Illa si quiere los votos de Esquerra para ser investido presidente. Algunas fuentes consideran que la vuelta de Marta Rovira podría acelerar el acuerdo entre PSC y Esquerra para que la presencialidad haría las conversaciones más fluidas. Pero si el acuerdo con los socialistas deben ratificarlo las bases, Esquerra puede tener un problema, sobre todo porque en caso de debate de investidura Puigdemont volverá y probablemente será detenido y encarcelado, y entonces, no hay normalidad posible, que es lo que pretende la amnistía. Queremos contar con todos los actores políticos.

En este sentido, atención a lo que dijo ayer Salvador Illa, que parecía poner una pista de aterrizaje a los republicanos: se felicitaba por el regreso de Marta Rovira y aseguraba que no vienen a romper nada del pasado: “Los socialistas no venimos a destrozar aquello que se ha logrado, venimos a construir sobre lo que se ha logrado con respeto hacia todos. Nos alegramos de las primeras aplicaciones de la ley de amnistía en Cataluña. Es una buena noticia que se aplique la ley de amnistía y es una buena noticia que Marta Rovira y otras personas hayan podido regresar a Cataluña. Esto es lo que queremos los socialistas catalanes, contar en Catalunya con todos los actores políticos”. Es el canto de sirena de Isla en Rovira o del PSC en Esquerra. Dice Isla que la amnistía ha funcionado; hombre, no mucho, de momento. De cerca de 500 amnistiables, sólo ha sido aplicada a 74 personas, de las que 50 son policías.

Pero hoy el tema de la calle no es ni la financiación ni la investidura, sino la victoria de la selección española en la Eurocopa.

Nunca está tan claro que el deporte también es política como cuando juegan las selecciones nacionales, porque una selección es aquel equipo que antes de que juegue suena el himno nacional y después de que juegue y gane permite exhibir una bandera con alegría. Miren esta foto en la portada de La Razón:

Las instituciones del estado, el jefe del estado que encarna la unidad en una sociedad dividida, se aprovechan del éxito de los deportistas porque en un mundo dividido, no hay nada que una más que la alegría por un triunfo que permite abrazarse por un par de horas a los que no pueden verse porque se odian, cogidos todos a la misma bandera. En este sentido, también, no se pierdan la crónica de Albert Llimós, que se fue a Rocafonda, a Mataró, a seguir el partido por las calles del barrio de Lamine Yamal.

Allí hubo alegría desatada, pero también reflexiones como ésta: “Se pone el foco en el éxito de un niño que ha salido de aquí, pero es peligroso normalizarlo, no es la realidad del resto de vecinos del barrio”.

Buenos días.