Fútbol - Eurocopa

La España de Lamine Yamal pone la guinda a una Eurocopa memorable

El combinado estatal supera a Inglaterra en la final de Berlín gracias a dos goles de Nico Williams y Oyarzabal

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Lamine Yamal y Nico Williams celebrando el gol del segundo ante Inglaterra.

BarcelonaLa selección española más diversa de la historia ha culminado en Berlín una Eurocopa perfecta. Es la cuarta, más que ningún otro país europeo. Sobre el papel, España carecía del mejor entrenador. Tampoco ningún experto goleador reputado ni defensa central de primer nivel. Sin embargo, ha jugado mejor que nadie y ha superado todos los arrecifes posibles para alcanzar una gloria tan inesperada como meritoria. El éxito llega por la puerta grande: con un lleno de victorias y el orgullo añadido de haber eliminado en la parte más exigente del cuadro a la selección anfitriona (Alemania) y la vigente subcampeona mundial (Francia). En la final, el conjunto de Luis de la Fuente se deshizo de la imponente Inglaterra, que deberá seguir masticando para traducir a buenos jugadores en equipos ganadores. Nico Williams y Mikel Oyarzabal fueron los ejecutores de una noche mágica en el Olímpico de Berlín.

El triunfo de la roja más cosmopolita que se ha conocido no puede entenderse sin el fenómeno llamado a marcar una época. La Eurocopa de Lamine Yamal será recordada durante lustros. Con 17 años recién cumplidos, cara de niño y brackets en la dentadura, este prodigio criado en los márgenes ha dejado boquiabierto a un continente con jugadas de escogido y un gol antológico en semifinales. También ha enganchado a decenas de aficionados culés (y catalanes) en una causa que nunca hubieran pensado que los levantaría de la silla. Un futbolista tan joven nunca había sido tan decisivo en un campeonato de selecciones nacionales. No hay precedentes, ni siquiera Messi o Pelé, que se puedan comparar en términos de precocidad en el extremo esculpido en La Masia y promocionado por Xavi Hernández esta temporada en el Barça. En la final de este domingo sólo le faltó el gol. Tuvo dos ocasiones para marcarle. No estuvo, eso sí, fabricar lo que abrió la lata.

El guión del partido no sorprendió a ninguno de los presentes. Tal y como había hecho en los duelos anteriores, Inglaterra salió a entregar la posesión al oponente. La prioridad de los de Gareth Southgate, un entrenador criticado por su propuesta poco atractiva, fue proteger a Pickford con dos líneas de cuatro jugadores en campo propio. El técnico británico solo eximió a Foden y Kane de ese trabajo desagradecido sin balón contra una España obligada a encontrar espacios donde no los había. Privados de cualquier pasillo interior, los españoles tuvieron que abrir juego en las bandas, donde toparon una y otra vez con Walker y Shaw, dos marcadores muy fiables. Antes del descanso, sólo Morata logró inquietar a la portería rival en una acción aislada que Stones rechazó a córner. Fabián, Olmo y Rodri no se atrevieron ninguna vez desde la media distancia, mientras que Lamine Yamal y Williams guardaron dinamita para la reanudación.

Lo mejor llegaría a la segunda parte

Pese a la unidireccionalidad de la trama, Inglaterra terminó el primer parcial con el único intento entre los tres palos a favor. Llegó en una jugada a balón parado que Foden quiso materializar en el segundo palo. El talentoso mediapunta del Manchester City encontró la manera de embocar a Unai Simón, pero el guardameta del Athletic Club, muy seguro siempre que no debe correr riesgos en la salida del balón desde atrás, neutralizó la emboscada.

Pasar por los vestuarios fue un mal negocio para los ingleses. Habría podido pensarse lo contrario viendo que De la Fuente tuvo que cambiar por lesión Rodri Hernández, el mejor hombre de la Eurocopa. Pero fue España, en una acción de pura electricidad en la zona de tres cuartos, la que por fin sacudió la final. El 1-0 nació en la banda derecha del equipo rojo, donde cohabitan el veterano de españolidad prototípica Carvajal y el adolescente Z de origen africano Lamine Yamal. El lateral madridista encontró entre líneas al extremo azulgrana, que condujo por el balcón del área y aprovechó las arrastradas de Morata y Dani Olmo para fabricar una asistencia ideal para su amigo Nico Williams. Pickford no pudo salvar el balón cruzado del atacante navarro, que celebró el tanto con rabia, consciente de que la final podía decidirse en momentos puntuales como el que supo enviar a la red oponente.

Lejos de hacer reaccionar a Inglaterra, el empuje propiciado por el gol de Williams abrió espacios a espaldas del esquema de Southgate. Este escenario fue un caramelo para los atacantes españoles, que tuvieron la sentencia a sus pies a través de Dani Olmo (48') y Lamine Yamal (65'). En la portería contraria, Bellingham intentaba responder en acciones autofabricadas, ninguna tan clara como la que Pickford negó a Lamine Yamal con un gran paro. Pero que los ingleses parecieran muertos no les convertía en un equipo derrotado. De ninguna forma. Había pasado más veces en la Eurocopa y se repitió a la finalísima: se quitaron una brizna de genialidad de la nada para salvar el cuello. Lo hicieron gracias a un duelo perdido de Cucurella que acabó con un balón en la frontal para el revulsivo Palmer, que encontró la red con un gran disparo fuerte y colocado, imposible para Unai Simón.

Con el 1-1 en el marcador, ya pesar de los decibelios mayoritarios en la bancada inglesa, España no se arrugó en absoluto. De hecho, en el 81', Lamine Yamal estuvo a punto de volver a avanzar a los de De la Fuente con una definición que de nuevo Pickford arruinó con un enorme estirón. Una oportunidad que mostraba que la roja estaba jugando mejor que Inglaterra y que fue el preludio de la acción que, en el 87', redimió a Marc Cucurella del error que propició la diana de Palmer. El joven del Maresme asistió brillantemente para que Oyarzabal, en posición de nuevo, hiciera el 2-1 definitivo. Sin tiempo para acabar de creerse la hazaña, los españoles consumieron cualquier opción de prórroga con el único sufrimiento de un balón salvado por Olmo sobre la línea. Triunfo totalmente merecido para una generación a batir que llegó a la Eurocopa con piel deoutsider. Y que tiene un menor de edad, orgullo del barcelonismo y uno de los barrios más humildes de Catalunya, como principal punta de lanza.

  • España: Unai Simón; Carvajal, Le Normand (Nacho, 83'), Laporte, Cucurella; Rodri (Zubimendi, 46'), Fabián; Lamine Yamal (Mikel Merino, 89'), Dani Olmo, Nico Williams, y Morata (Oyarzabal, 68'). Entrenador: Luis de la Fuente.
  • Inglaterra: Pickford; Walker, Stones, Guéhi; Rice, Mainoo (Palmer, 70'), Saka, Shaw; Bellingham, Foden (Toney, 89'), y Kane (Watkins, 61'). Entrenador: Gareth Southgate.
  • Goles: 1-0 Nico Williams (47'), 1-1 Palmer (73'), 2-1 Oyarzabal (86').
  • Tarjetas amarillas: Kane (25'), Dani Olmo (31'), Stones (53'), Watkins (90+2').
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Árbitro: François Letexier (Francia).
  • Estadio: Olímpico de Berlín.
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