Eurocopa

La historia familiar que Nico Williams tardó años en descubrir

El extremo pretendido por el Barça, hijo de refugiados y criado en un barrio humilde de Pamplona, ​​ha recorrido un largo camino hasta llegar a la élite

Guillem Delso
3 min
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BarcelonaQue Nico Williams esté brillando en la Eurocopa es un pequeño milagro. Su historia es impresionante y empezó ocho años antes de nacer. Sus padres huyeron de Ghana en 1994 en busca de mejores condiciones de vida en Europa. Con su madre, María, embarazada de Iñaki (el hermano mayor de Nico) atravesaron el Sáhara desde Ghana hasta Marruecos, haciendo más de 5.000 kilómetros. El camión que los transportaba, gestionado por una organización criminal de tráfico de personas, les dejó echados en mitad del desierto. Sin comida ni bebida, tuvieron que andar descalzos bajo cincuenta grados. Félix, el padre, todavía hoy tiene cicatrices en los pies.

Llegaron a Melilla e intentaron saltar la valla para entrar en España, pero la Guardia Civil les detuvo. Sin papeles, les enviaron directos a la cárcel. En el trullo, un abogado de Cáritas que hablaba inglés les avisó de que lo único que podían hacer para no ser deportados era decir que venían de un país que estaba en guerra. Así, los Williams rompieron sus pasaportes ghaneses y explicaron a la policía que venían de Liberia y querían asilo político. Consiguieron acceso a España e instalaron en Bilbao, donde Cáritas dio un trabajo al padre. Allí nació Iñaki Williams. Ocho años después, en 2002, en Pamplona, ​​donde la familia se instaló en busca de más oportunidades, nació Nico.

Arrotxapea, un barrio de clase trabajadora

Cómo Lamine Yamal en Rocafonda, el pequeño de los Williams se crió en un entorno humilde. Arrotxapea es un barrio de clase trabajadora de Pamplona en el que los Williams vivían en una vivienda social. Félix, el padre, trabajó de pastor, limpió en una obra e incluso, al quedarse en paro, tuvo que marcharse a Londres a trabajar. En Pamplona, ​​Maria Arthuer, la madre, combinaba tres trabajos para intentar dar la mejor vida posible a sus hijos. La falta de presencia paterna en casa hizo que Iñaki fuera como un segundo padre para Nico. Lo duchaba y le llevaba a la escuela ya entrenar. El pequeño de los Williams jugaba en la cantera de Osasuna y ya destacaba por su velocidad y habilidad con el balón en los pies.

La vida empezó a cambiar para los Williams cuando, con 16 años, Iñaki fichó por el Athletic Club. Nico, que tenía 8, seguía en Pamplona con su madre porque su padre estaba en Londres trabajando. Tres años después, el Athletic también fichó a Nico y toda la familia se trasladó a Bilbao. En el 2014, cuando debutó con el primer equipo vizcaíno, Iñaki llamó a su padre y le dijo que volviera de Londres. Se instalaron en una casa y, con los cuatro viviendo en Bilbao, los padres contaron a sus hijos su historia. De pequeños, para ahorrarles sufrimiento, les decían que habían venido desde Ghana en avión. La revelación fue un choque para los hermanos. En ese momento se dieron cuenta de la suerte que habían tenido.

Nico Williams, un futbolista singular

Siguiendo los pasos de su hermano mayor, Nico se ha ido haciendo un hueco en el panorama futbolístico. Debutó con el Athletic en el 2021 y ha ido ganando importancia hasta convertirse en el mejor jugador del equipo. Su rendimiento con los bilbaínos y en la Eurocopa ha despertado el interés de los clubs más grandes de Europa, entre ellos el Barça, que busca la forma de pagar una cláusula de rescisión de 58 millones de euros.

Nico Williams debutó con 18 años en el primer equipo del Athletic.

Su historia de vida ha convertido a los hermanos Williams en unos futbolistas singulares. Tanto Iñaki como Nico han vivido episodios racistas durante su trayectoria. Por ejemplo, con aficionados que imitaban ruidos de monos en las gradas. En unas declaraciones a la prensa posteriores a la semifinal contra Francia, Nico recordó que "nadie nace siendo racista" y que "hay que educar a las personas".

Ahora, la vida de Nico Williams ha cambiado ya para siempre. Como él ha explicado en varias ocasiones, ser un futbolista famoso le protege de las burlas y las faltas de respeto. Aún así, es consciente de que desde su posición de privilegio puede actuar para cambiar la mentalidad de la sociedad. Su éxito, como el de Lamine Yamal, también es un éxito de las familias humildes y trabajadoras, que demuestran que el fútbol pone a cada uno en el lugar que merece independientemente de su origen.

El Athletic sale al paso de los rumores

Tras todo el revuelo de las últimas semanas con el posible fichaje de Nico Williams por el Barça, el Athletic Club ha salido al paso este jueves con un comunicado de su presidente Jon Uriarte, que se ha quejado del trato de la Federación Española de Fútbol en el extremo, alegando que "no han sabido protegerlo" de lo que considera "un bombardeo desmedido de preguntas sobre su futuro".

El mandatario vasco ha lanzado también un dardo al Barça pidiendo "respeto entre los actores que componemos el fútbol" y "no someter a presión pública a futbolistas con contrato para intentar incorporarlos". Uriarte ha concluido exhibiendo el músculo del Athletic y asegurando que el club "está capacitado económica, social y deportivamente para mantener a Nico Williams en la plantilla".


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