Uso del catalán

Andorra podrá sancionar a los trabajadores que no te atiendan en catalán si te diriges en catalán

La nueva ley de la lengua propia exigirá un mínimo de catalán a todos los residentes, incluso a los youtubers y temporeros

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Agustin51 en un vídeo de Youtube

BarcelonaSi un cliente se dirige en catalán a un camarero o un tendero, éste deberá mantener el catalán o podrá ser sancionado. Si uno youtuber se va a vivir a Andorra, tendrá que aprender catalán a partir del 2029. Son dos de las medidas que prevé la nueva ley de la lengua propia y oficial de Andorra, que el Govern ha estado negociando con los grupos políticos últimos meses. Según han anunciado, el proyecto de ley debería ser aprobado el 25 de abril con el apoyo de los grupos parlamentarios Demócrata (en el Gobierno), Concordia, Socialdemócrata y Ciudadanos Comprometidos.

Tal como se anunció el pasado agosto, la nueva ley exigirá a los residentes tener unos conocimientos mínimos de catalán, tanto los actuales que quieran renovar el permiso como los que lo soliciten por primera vez. Los residentes tendrán que demostrar que saben catalán o hacer un cursillo de treinta horas para adquirir nociones de la lengua oficial. Si no, no se les concederá la carta verde de residencia. Hay que decir que el nivel exigido es bajo, en especial para las personas que ya dominen una lengua románica: se pide el A1 de catalán en la primera renovación y el A2 en la segunda, es decir, un nivel básico para mantener conversaciones cotidianas. Este punto entraría en vigor no en el 2024 como estaba previsto, sino en el 2026.

Finalmente, la ley afectará a todos los trabajadores que están de cara al público, pero también a los youtubers, los streamers, los inversores, los jubilados y los temporeros, para los que el jefe del gobierno andorrano, Xavier Espot, había anunciado una exención ante su sorpresa debido a que el catalán fuera la única lengua oficial del Principado. Algunos se lo tomaban en broma, pero uno streamer estaba indignado por la "dictadura" de saber catalán en Andorra. Así pues, el entendimiento político ha permitido extender la acreditación para todo tipo de permisos de residencia, pero en estos casos entrará en vigor en cinco años, en el 2029.

Una nueva lista de sanciones

La ley incluye un régimen sancionador por garantizar la atención en catalán. Según puntualizaron desde Concordia, cualquier trabajador de un establecimiento comercial o empresa tendrá la obligación de mantener la lengua si el cliente se dirige en catalán, porque está obligado a conocer el vocabulario básico de una conversación, también de su ámbito profesional. Esto significa que los tenderos o camareros o administrativos podrían ser sancionados en caso de que no respeten los derechos lingüísticos de los clientes. Las sanciones entrarían en vigor seis meses después de la aprobación de la ley, a partir de octubre, poco antes de encarar la temporada de invierno.

Según Demócrates, el objetivo es "preservar la lengua propia de Andorra y garantizar el derecho de los ciudadanos a ser atendidos en catalán". Por eso han puesto el foco en incrementar el uso del catalán en el sector servicios, especialmente en el comercio y la restauración, donde se registran el 80% de las quejas.

En Andorra, más del 50% de la población de más de 15 años ha nacido fuera. Según la última encuesta de usos y conocimiento del catalán en Andorra, que se presentó a finales de 2022, un 44% de los encuestados tiene el catalán como lengua materna, mientras que el castellano es el 40,3%, el portugués el 13,5%, el francés el 10%, el inglés el 3% y un 6,8% tienen otros idiomas como lengua materna.

"Las encuestas nos dicen que más de un 64% de la población habla el catalán dentro del núcleo familiar o en el contexto de trabajo, pero lo cierto es que en la atención al público esto no se ve. Lo que percibimos es que, mayoritariamente, cuando vas a los comercios, restaurantes y hoteles de Andorra la persona que atiende se dirige al cliente en castellano. Y eso es lo que queríamos revertir", decía en una entrevista en el ARA la ministra de Cultura , Mònica Bonell.

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