Aragón dejará de considerar "lenguas propias" el catalán y el aragonés
El gobierno del PP y Vox evitará hablar de "lenguas" y dice que protegerá sólo las "variedades lingüísticas"
BarcelonaHace una década, el PP se inventó dos lenguas nuevas, las polémicas lapao y lapapipe. Así, en 2013 el catalán desapareció de la Franja de Poniente y pasó a llamarse "lengua aragonesa propia del área oriental (lapao)", en una ley de lenguas que promovían el PP y el Partido Aragonés (PAR), y por la que el aragonés también pasaba a denominarse se "lengua aragonesa propia de las áreas pirenaica y prepirenaica (lapapip)". El invento duró poco más de dos años, porque en el 2016 el presidente Javier Lambán (PSOE), con Podemos, la Chunta Aragonesista y Izquierda Unida, derogaron aquella normativa y reconocieron de nuevo el catalán y el aragonés como lenguas propias de Aragón y dignas de protección, si bien sólo el castellano tiene estatus de oficialidad.
Ocho años después, el bipartito de PP y Vox, de nuevo con el apoyo del PAR, quiere rehacer el artículo de la ley de lenguas para eliminar el catalán y el aragonés como "lenguas y modalidades lingüísticas propias". Quieren invisibilizar ambas lenguas pero reconocer, en cambio, las "variedades lingüísticas" del aragonés. Es decir, quieren protegerse las variantes o subdialectos conocidos por sus gentilicios, como el cheso, el patués, el gistaví, el ansotán, el fragatino, el pallarés, etcétera, pero no llamar la lengua. Desde el gobierno aragonés han afirmado que quieren "reivindicar la riqueza lingüística de Aragón" y no hacer "mesa rasa con las modalidades lingüísticas", como consideran que ocurre si se habla de catalán y de aragonés. La reforma se ha elaborado en diálogo con entidades anticatalán y con quienes defienden el término chapurriau como denominación de la lengua.
Desde la oposición, entre otras medidas, se ha abierto una recogida de firmas en Change.org que denuncia una ley que supondrá "la eliminación de las lenguas y sus nombres, que impedirá su enseñanza y promoción y difusión, así como la cultura expresada en estas lenguas". Se calcula que hay unos 50.000 hablantes de catalán en Aragón (y lo entienden unas 40.000 personas más) y unos 12.000 aragonés, y la cifra de quienes lo entienden puede duplicarse, pero son lenguas que no tienen rango de cooficiales, están muy minorizadas y en las escuelas las aprenden sólo los alumnos que las eligen y en horas extraescolares.
El anuncio del cambio llega después de que el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, anunciara la semana pasada en el Congreso que es " urgente" proteger a "dos lenguas minoritarias", en referencia al aragonés y el asturiano. Urtasun quería trabajar con las comunidades, algo que el gobierno aragonés no tiene ninguna intención de hacer, según confirmaron alHeraldo de Aragón.
Entre los cambios que incluiría la reforma de la ley, también existe una amenaza de reestructuración de la Academia Aragonesa de la Lengua, que tiene dos institutos que se ocupan de fijar la norma tanto del aragonés como del catalán de la Franja (en este segundo caso, asume los criterios del Institut d'Estudis Catalans y también tiene en cuenta la Academia Valenciana de la Lengua). Para el gobierno del PP y Vox esto conlleva una homogeneización gramática inadmisible con el catalán, porque no reconoce las variedades lingüísticas de Aragón, y existe el riesgo de que se acabe hablando "el catalán de Barcelona". Por el momento, le ha recortado la dotación.
El mismo patrón en los tres territorios
Luchar contra la unidad de la lengua catalana es uno de los caballos de batalla de los bipartitos de PP y Vox tanto en las Islas Baleares como en la Comunidad Valenciana y, ahora, en Aragón. El gobierno de Jorge Azcón ya eliminó a la Dirección General de Política Lingüística, como han hecho también en Baleares y en el País y Valenciano. Una de las obsesiones es que las diversas variantes de la lengua de los territorios de habla catalana no se parezcan entre sí. En la Comunidad Valenciana, miembros del gobierno han puesto en duda la Academia Valenciana de la Lengua y su normativa, impulsando el uso de la toponimia bilingüe. En los tres territorios también han recortado o eliminado las dotaciones para entidades en defensa de la cultura y la lengua catalanas.
La estrategia de inventarse lenguas para romper la unidad de la lengua catalana tampoco es una novedad para el PP . Basta recordar cuando Pablo Casado, entonces presidente del partido, afirmó que el menorquín, el ibicenco y el formenterense son lenguas distintas del catalán: "¡Que en Baleares no hable catalán! ¡A quién se le ocurre!", dijo.