El catalán en el comercio

'Bakery', 'nails' y 'tapas': más de mil denuncias por no rotular en catalán en los comercios en el 2024

El inglés gana terreno en las calles y se multiplican por quince las reclamaciones por vulneración de los derechos lingüísticos respecto a cinco años atrás

Carteles y rótulos de comercios del centro Eixample que no utilizan el catalán.
29/12/2024
5 min

Barcelona"Coctails [sic]" y "drinks", anuncia el bar de los bajos del Ateneu Barcelonès, un pilar centenario de la intelectualidad catalana, situado en el centro de Barcelona. También ofrece "tapés [sic]". De hecho, de los 32 comercios de la calle Canuda, sólo en tres de los rótulos aparece el catalán. La mayoría indican tan sólo la marca, pero cuando hay carteles explicativos del negocio, la mayoría son en inglés. ~BK_SLT_LNA ~ Lo mismo ocurre en una arteria comercial como el Portal del Ángel: de 43 tiendas, sólo un 15% tienen alguna palabra en catalán: óptico, turrones, joyería. Se ha extendido la sensación de que las ciudades -las más grandes, pero también más pequeñas- están transformando su paisaje lingüístico y lo demuestra el aumento de denuncias por vulneración de los derechos lingüísticos, que se han incrementado más. de un 1.400% respecto a cinco o diez años atrás. la administración relacionadas con la vulneración de los derechos lingüísticos, de las cuales 1.016 son por no tener como mínimo los rótulos en catalán.

Evolució de les denúncies i inspeccions per vulneracions lingüístiques als comerços
Dades anuals, les del 2024 són fins al novembre

El retroceso del catalán del espacio público no sólo es evidente en la capital. En la decena de ciudades que Política Lingüística ha analizado la lengua de los carteles de los establecimientos durante el 2023 en todas partes, el catalán pierde presencia, entre 3 y 12 puntos. Según el estudio Ofrecido, estarían dentro de la ley entre el 63 y el 70% de los comercios de localidades como Badalona, ​​Mollet, Sabadell, Terrassa, Sant Cugat y Cardedeu (así, cuando identifican el negocio, incluyen al menos el catalán; pueden ahorrárselo si ponen sólo la marca o el logotipo). Dicho a la inversa: entre tres y cuatro de cada diez comercios de estas ciudades medias no cumplen la ley.

En lugares como Vic el Ayuntamiento ha decidido intervenir motu proprio, ha hecho inspecciones lingüísticas municipales y ha notificado a más de cincuenta comercios que incumplen el Código de Consumo, que reconoce el derecho del cliente de ser atendido en catalán, y también a recibir las comunicaciones (rotulación, facturas, carta, instrucciones, publicidad) al menos en catalán. En el caso de Barcelona, ​​ERC ha pedido al Ayuntamiento de Jaume Collboni que haga lo mismo, dado que el catalán es el cuarto motivo de discriminación en la ciudad.

Carteles y rotulación de comercios y tiendas del centro de Barcelona.
Una joyería en el centro de Barcelona.

La clave: un cambio de normativa

En 2024, Comercio y Consumo han duplicado las inspecciones ordinarias e instigadas por denuncias hasta los 2.210 establecimientos (inspecciones sobre el cumplimiento general del Código de Consumo, que debería incluir los requisitos lingüísticos). El 50% de los casos se han archivado o bien porque no se certifica infracción alguna o bien porque se subsana antes de iniciar el procedimiento sancionador. Hasta noviembre de 2024 se han aplicado 189 sanciones, por valor de 384.000 euros. De momento son 72 menos que el año pasado, pero es un hito que al menos duplica cualquier registro de los diez años anteriores. Ahora bien, se trata de sanciones muy inferiores a las impuestas por prácticas abusivas o desleales: en 2023 la lengua representó el 43% del total de denuncias recibidas en Consum, pero, en cambio, sólo representaron el 4,7% del total de ingresos por sanciones.

Infraccions sancionades per motiu lingüístic
Dades anuals, les del 2024 són fins al novembre

¿Por qué el catalán retrocede en las calles pese a la presión ciudadana, pese al incremento de inspecciones y sanciones de la Agencia Catalana de Consumo e, incluso, pese a la subvención para que las empresas incorporen el requisito lingüístico que exige la ley (una dotación de 800.000 euros)? Uno de los motivos clave puede radicar en un reciente cambio normativo. En 2020, con la ley de facilitación de la actividad económica, se estableció que "los regímenes de intervención deben ser de control posterior" y que sólo es necesario realizar una comunicación de inicio de actividad, que se puede tramitar hasta y todo digitalmente en ventanilla única, por lo que no se puede hacer ninguna advertencia previa sobre la lengua de atención y rotulación.

Esto ha provocado, como ha reconocido incluso el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, que "proliferen los establecimientos que incumplen la normativa de rotulación y de atención en catalán". Desde el departamento han anunciado un plan piloto de puerta por puerta en los ejes comerciales de Sant Andreu para informar in situ de los derechos y deberes de las empresas.

Una cafetería de la calle Bruc.
Una óptica en la Casa Pignatelli, un edificio del siglo XVII al final del Portal de l'Àngel.

La fuerza de las lenguas globales

Más allá de la ley, otro motivo de transformación del paisaje lingüístico tiene que ver con el contexto global: el inglés, e incluso de otras lenguas (italiano, japonés, chino), están ganando terreno en los carteles porque ganan en las calles. Son las "lenguas que se perciben como neutras y universales en el mundo surgido de la globalización" y "las lenguas del turismo", explica la filóloga y profesora de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), Elga Cremades.

El ARA se ha fijado en una vía cualquiera del Eixample de Barcelona, ​​como la calle Bruc: de los 152 comercios que hay, un 25% tienen el cartel en inglés u otras lenguas o incluso una mezcla de idiomas, cerca del 40% son carteles con indicios de catalán y en el 30% consta sólo la marca. La tónica general de esta calle es que, cuando se trata de comercio de toda la vida, se mantiene el catalán: la farmacia, la peluquería, el supermercado (en general, también los súper 24 horas y los bazares). Por el contrario, cuando se trata de negocios que quieren ser modernos, para un público selecto o extranjero, se apuesta por el inglés. "El catalán está asociado a la ideología de la autenticidad y el castellano y el inglés a la ideología del anonimato", añade Cremades, quien también ha estudiado el paisaje lingüístico en Palma.

"Las lenguas que se encuentran representadas en espacios públicos permiten entender las dinámicas de poder, identidad y convivencia entre las lenguas que coexisten en una comunidad", advierte la profesora de la UIB. La desaparición del catalán del espacio público no es una cuestión superficial, sino que tiene un efecto directo en los hablantes, tanto simbólico como práctico: "Rotular en catalán es necesario para garantizar los derechos de los hablantes de ser atendidos en catalán, pero también influye en la utilidad y percepción pública de la lengua, y es una oportunidad para facilitar el acceso al catalán a quienes no lo tienen como una lengua inicial", afirma Marina Gay, vicepresidenta de Òmnium Cultural —entidad que, como la Plataforma por la Lengua, ha puesto en marcha campañas para incentivar la disponibilidad lingüística o denunciar a las empresas que la incumplen.

Según Elga Cremades, un paisaje lingüístico saludable por el catalán es crucial para que los hablantes de aquí y de fuera perciban que es la lengua propia de este lugar, "una lengua tan válida como las demás para expresar cualquier cosa, una lengua anónima, la lengua de cohesión social, que no es de nadie, porque es de todos y sirve para todo", resume. Y Gay aún añade un argumento: "Según estudios recientes de la Generalitat, cuatro millones de consumidores catalanes consideran el catalán un valor añadido a las marcas y el 68,3% quisiera que la publicidad de sus marcas preferidas fuera en catalán, así que utilizarlo no es sólo un compromiso cultural, sino también una apuesta inteligente desde un punto de vista empresarial”.

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