El Barça toca el bolsillo de los abonados: adiós al Seient Lliure

El club no reactivará el sistema hasta el curso próximo, alegando que ya hay muchas entradas por vender

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El Camp Nou antes de un partido de la Liga de Campeones.

BarcelonaLos 57.000 socios abonados que tiene el Barça han recibido este viernes una jarra de agua fría. El club ha comunicado que esta temporada no se reactivará el Asiento Libre, alegando que ya tiene muchas entradas a la venta, precisamente porque muchos abonados se han cogido una excedencia. De este modo, los días que haya partido en el estadio, pero que estos abonados no puedan ir, mantendrán igualmente la localidad y no la podrán ceder al club para que la revenda.

El problema es básicamente económico. El Barça tiene alrededor de 83.500 socios abonados en el Camp Nou. Por lo tanto, antes de la pandemia, tenía unas 16.000 entradas disponibles para cada día de partido. De estas, una parte se vendían en las taquillas y las otras iban a compromisos de la entidad. Como normalmente había más demanda, el Asiento Libre permitía que los socios liberaran el carné. Era un win win de manual. El club disponía de una localidad extra que podía vender –y la cobraba más cara que la parte proporcional del abono–, con la cual hacía caja. Y el socio también recibía una compensación económica. Un dinero que se le descontaba del abono de la temporada siguiente. Así, un asiento de tribuna que vale casi 1.200 euros, en la práctica acababa costándole mucho menos dinero. En una parte notable de los casos, el descuento llegaba a ser de más del 50%.

Pero con la pandemia el Barça dio la opción que aquellos abonados que lo quisieran podían cogerse una excedencia: cedían el asiento al club y recuperaban aquella localidad el curso siguiente. Ya se hizo en la temporada 2020-21, cuando se disputaron todos los partidos a puerta cerrada, y se ha repetido esta. El año pasado fueron más de 18.000 y esta vez se han acogido 26.238 socios. Por lo tanto, ahora la entidad tiene mucha más oferta de asientos. Esta es la justificación que ha dado el club para no reactivar el Asiento Libre. Como el curso próximo (2022-23) ya empezará sin limitaciones de aforo, el Barça no ofrecerá la posibilidad de que los abonados se cojan una excedencia y entonces ya se reactivará el servicio.

El socio, cogido por sorpresa

Ahora bien, muchos abonados desconocían las intenciones del club cuando decidieron renovar el carné en verano. De hecho, el Barça había explicado a los socios abiertamente que el Asiento Libre volvería a estar operativo cuando se acabaran las restricciones de público. Lo pudo constatar el ARA haciendo la consulta directa a la Oficina de Atención al Barcelonista (OAB). De hecho, esta misma semana la OAB informaba que el servicio se estaba "intentando poner en marcha para el partido contra el Alabès" y que si por timing no se llegaba a tiempo, "ya estará operativo seguro para el partido siguiente", el derbi contra el Espanyol.

Más allá de ahorrarse un dinero con el abono del curso siguiente, el Asiento Libre también había ayudado a minimizar la venta de carnés entre particulares, una práctica prohibida por los estatutos del club, en donde se indica que "se prohíbe la cesión onerosa". Es decir, que legalmente un socio puede dejar su carné, pero sin cobrar. Esta práctica es muy habitual, y en un pequeño porcentaje también hay una compensación económica. "Por más que estuviera prohibido, sabemos que mucha gente vendía los carnés. Ha pasado y pasará siempre. Ahora, sin Asiento Libre, existe el riesgo de que se incremente", apunta una de las fuentes consultadas.

Subirá la facturación de 'ticketing'

Con el Asiento Libre el Barça hacía dinero vendiendo más entradas, pero los beneficios no eran limpios porque una parte servía para compensar al abonado. Este curso, en cambio, todos los beneficios se irán a la entidad. Ahora bien, desde el área social recuerdan que las excedencias han supuesto un perjuicio económico notable en los ingresos de la temporada: tan solo se han recaudado 29,16 millones en abonos, menos de la mitad de los 60,88 que cobró el último curso antes de la pandemia. El Barça preveía 67,61 millones de ingresos con las taquillas, pero contando con que el Camp Nou tendría un 60% de capacidad en febrero. Ahora el estadio ya se puede llenar del todo. Por lo tanto, entre una cosa y la otra, la facturación superará de largo las previsiones presupuestadas. Solo el día del clásico ya se ingresaron 4,5 millones en entradas. Además, y como informaba el ARA, el club ha abierto la puerta a la opción de que alguno de los abonados con excedencia pueda recuperar su asiento. Una medida "excepcional" y que, según creen en las oficinas, no parece que será masiva.

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