Viajar

Carretera y manta por Europa: 7 rutas en coche desde Catalunya

Propuestas de playa, montaña y culturales para descubrir la geografía europea a tu ritmo

Cristina Torra
7 min
Vistas a los Alpes franceses cerca del Lago de Serre-Ponçon.

BarcelonaViajar en coche permite ahorrarse horas en el aeropuerto y llevar un equipaje limitado, además de poder disfrutar del viaje a tu ritmo y descubrir lugares fascinantes difícilmente accesibles en transporte público. Las opciones de road trips son infinitas, pero hemos confeccionado siete rutas por distintos puntos europeos que cuentan con carreteras tan diversas como su tipografía. ¿Condiciones? Salida y regreso a Catalunya. ¿Restricciones? No tomaremos ningún avión, pero existe la posibilidad de navegar en barco o subir a algún tren. Con una duración de 15 días a lo sumo, estas siete propuestas son perfectas para descubrir el Viejo Continente más allá de las grandes ciudades.

Los Alpes franceses, paisajes y senderismo

Los Alpes franceses a finales de agosto y principios de septiembre son espectaculares. Prepárate para subir a picos de 3.000 metros y para entrar dentro de un glaciar. Proponemos hacer base en la zona de Chamonix una semana. Para llegar se puede parar en la Provenza y, dependiendo de los días totales, se pueden dedicar dos días a explorar la zona, con pueblecitos como Gordes, Roussillon o Saint-Rémy. Si solamente se está de paso, Avinyó es una opción ideal, con un casco antiguo impresionante. Una vez en Chamonix, las opciones son infinitas: rutas de senderismo para ver lagos como el lago de Passy (donde es posible bañarse) o el lago Blanco; excursiones a cataratas como la de Coeur y la del Arpenaz; el paseo en el tren de Montenvers que realiza parada en el Mer de Glace (con una cueva dentro del glaciar), o el viaje con el telesilla más alto de Europa (3.842 m) a las puertas del pico del Aiguille du Midi. Si se dispone de tres o cuatro días para la vuelta, puede hacerse por la Costa Azul, y parar en Niza, Cannes o Saint-Tropez.

El Grand Tour de Suiza, una ruta circular desde Zúrich

Diseñada por la oficina de turismo de Suiza, esta ruta está pensada para pasar la noche a diario en un lugar diferente. La ruta circular original comienza y termina en Zúrich. Viniendo desde Catalunya, se puede empezar en Ginebra (1a noche). Desde allí se tiene que ir a Neuchâtel (2ª noche), seguir hasta Berna (3ª noche) y, después, a Zúrich (4ª noche). Con estas cuatro jornadas se puede descubrir la Suiza más patrimonial con las grandes ciudades y otros pueblos interesantes como Lucerna, Gruyère o Friburgo. Pero también zonas naturales como Lauterbrunnen (conocido también como el valle de las 72 cascadas), Jungfraujoch (la estación de tren más alta de Europa, a 3.454 m) o Entlebuch (la primera reserva de la biosfera de Suiza). Desde Zúrich, toca hacer vía en Appenzell (5a noche) y, después, en Saint-Moritz (6a noche), para visitar la zona vinícola de Zúrich y las cataratas del Rin, descubrir el mundo de la Heidi en Maienfeld, el Parque Nacional de Suiza y el puente Salginatobelbrücke, el único monumento mundial del país. Para terminar la ruta, se pasa por Bellinzona (7a noche), Zermatt (8a noche), con el Matterhorn (la montaña emblema de Suiza) y Lausana (9a noche). El de Bellinzona en Zermatt se considera el tramo más espectacular y es el que tiene más curvas.

Los Cotswolds, el paraíso rural inglés

La aventura de atravesar el canal de la Mancha, sea en tren submarino o en barco, es inolvidable. Para hacer este road trip con tranquilidad son necesarias un par de semanas, calculando que haga tanto la subida como la bajada en un par de días. Una vez en Londres, es interesante buscar un buen alojamiento y aparcar el coche cuatro o cinco días. Después de visitar el Big Ben, subir al London Eye, descubrir el British Museum y pasear por los barrios más trendy como Shoreditch o Brixton, retoma la carretera hacia los Cotswolds y dedica cuatro o cinco días a recorrerlos.

Bibury, en Gloucestershire, Inglaterra.

Bibury es uno de los más famosos (y visitados) por una calle en la que hay antiguas casas de campo del siglo XVI, todo un icono de los Cotswolds. Stratford-upon-avon es el lugar en el que nació William Shakespeare y, aunque está algo masificado, vale la pena pasar unas horas. Bourton-on-the-Water, conocido como la pequeña Venecia de los Cotswolds, es otro de los pueblos más turísticos, pero el encanto de los seis puentes que atraviesan el río Windrush lo hacen muy pintoresco. A partir de aquí, conduce sin rumbo y descubre pequeñas joyas como Snowhill, Stow-on-the-Wold, Tetbury o Castle Combe. ¡No te decepcionarán!

Portugal: Alentejo y Algarve

Bonitos hermosos del Alentejo y espectaculares playas atlánticas: son los ingredientes de este road trip portugués. Entra en el Alentejo por Badajoz y dedica un par o tres días en su interior. Elvas (Patrimonio de la Humanidad, con un casco antiguo rodeado de defensas renacentistas y casas barrocas), Évora (con un templo romano bastante bien conservado) y Beja (con restos romanos, visigodos y árabes) son algunas de las paradas imprescindibles para descubrir antes de dirigirse a la costa, donde le esperan playas como la Praia do Castelejo o la Praia Grande, abiertas a la inmensidad del Atlántico y poco transitadas, incluso en verano. Dedica dos o tres días a seguir la costa hasta Sagres, y siga disfrutando de playas espectaculares como Amoreira, en la costa de Aljezur, o la menos accesible Praia de Vale Figueira, donde tendrás la sensación de haber descubierto uno de ellos rincones vírgenes que todavía quedan en Europa. En Sagres, es imprescindible el cabo de Sao Vicente, el punto más suroccidental de Europa, especialmente icónico para ver la puesta de sol. Una vez aquí, quedará disfrutar del sur de Algarve en tres o cuatro días más. Son imprescindibles playas como la Praia da Marinha (con unos acantilados espectaculares), la Praia de Benagil (con una cueva con tres agujeros, uno de ellos en el techo), la Praia da Falésia (con 3 kilómetros de arena) o las playas vírgenes de la Ilha de Tavira (que forman parte del Parque Natural de Ria Formosa).

Albufeira es un municipio portugués, situado en el distrito de Faro, en la región de Algarve.

El sur de Italia, playas y pueblos encantadores

No te haremos ir hasta el sur de Italia de un tirón en coche, necesitarías tres o cuatro días solamente para llegar. Hay una opción mejor: tomar un barco nocturno hasta Roma y empezar el road trip hacia el sur desde allí para descubrir el talón de la bota de Italia, la Apulia. Tierra de frontera y de mar, se ha convertido en una mezcla patrimonial espectacular. Realiza dos paradas para visitarla. La primera, en Bari, su capital, para ver algunos de los pueblecitos más encantadores de la zona como Alberobello (con las famosas trulli –casas típicas de piedra con los tejados cónicos), Polignano a Madre (con un centro histórico maravilloso), Locorotondo (con un centro histórico redondo) u Ostuni (conocida como la Ciudad Blanca).

La segunda base se puede hacer en la zona de Salento para descubrir las playas y otros pueblos de la Apulia. Los imprescindibles son: Gallipoli (un islote conectado al continente por un antiguo puente), Otranto (donde dicen que están las mejores playas) o Lecce (conocida como la Florencia del sur). Para las mejores playas debes ir a la Baia dei Turchi (llena de calas pequeñas), Pescoluse (conocida como la Maldivas de Salento) o la Grotta della Poesía (una piscina natural brutal). De vuelta a Roma, hizo parada en Matera, que, con 10.000 años de antigüedad y famosa por las sassi (casas cueva construidas dentro de las montañas), es una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo.

Alsacia y la Selva Negra, encanto y naturaleza

Esta ruta entre Francia y Alemania es una combinación fantástica de pueblecitos con encanto y naturaleza. Para llegar puede hacer noche en Lyon y descubrir la tercera ciudad más grande de Francia. Una vez en Alsacia haz base en una de sus aldeas encantadoras durante tres o cuatro días. Colmar, conocida como la Pequeña Venecia, es el pueblo más turístico, pero también puede quedarse en Eguisheim, Turckheim, Kaysersberg o Riquewihr. Todos ellos son pequeños núcleos, ubicados entre paisajes de viñedos, que mantienen la misma decoración y arquitectura. También es imprescindible la visita a Estrasburgo, con su casco histórico, la Grande Île, reconocido como Patrimonio Mundial de la Unesco. Cuando saltes a Alemania y te adentres en la Selva Negra, guarda tiempo para hacer excursiones y descubrir cascadas y lagos como el lago Titisee o el Mummel y las cascadas de Triberg o de Zweribach. Puedes hacer base tres o cuatro días en Friburgo, uno de los pueblos más interesantes de la zona. Y no hay que perderse Triburgo (famoso por sus relojes de cuco), Schiltach (junto al río con casas de colores), Baden-Baden (una ciudad balneario), Durbach (con el castillo Staufenberg) o Gengenbach (uno de los pueblos más bellos de la zona).

País Vasco, la costa de Euskadi y de Iparralde

De Barcelona a Bilbao, seguir la costa vasca hasta Biarritz y volver por el Pirineo aragonés. La ruta que proponemos permite descubrir la costa de Euskadi y de Iparralde. Una vez hayas llegado a Bilbao, dedica tres o cuatro días a conducir a orillas del mar, haciendo paradas en pueblos como Bermeo (no se pierdan la famosa Gaztelugatxe), Lekeitio (con un faro visitable), Zararutz (paraíso de los surfistas) y Donosti (que no falte una noche de pinchos y un paseo por la Kontxa).

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Antes de atravesar la frontera, no te puedes perder Pasaia y Hondarribia, dos de los pueblos más bonitos del País Vasco. Una vez al otro lado, desvíate hacia el interior para descubrir núcleos tan encantadores como Sare, Ainhoa o Ezpeleta. Vuelve a la costa a visitar San Juan Lohitzune, Getaria y Biarritz. Dedica tres o cuatro días a hacer esta parte de Iparralde y guarda dos o tres más para poder hacer una parada en el Pirineo aragonés antes de volver a casa.

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