Salud

Como en casa (pero al lado del hospital)

La casa que la Fundación Ronald McDonald tiene junto al Vall d'Hebron permite a niños enfermos y sus familias alojarse cuando viven lejos de Barcelona

Fundación Ronald McDonald
05/11/2024
4 min

Barcelona"Llegamos aquí en agosto del 2023. Mi hija fue diagnosticada con un cáncer bastante raro, un neuroblastoma, que es de alto riesgo. Tuvimos la gran suerte de entrar en esta casa porque, si no, no sé cómo nos lo habríamos hecho", explica Paula Salguero, madre de Paula de tres años, mientras se prepara un café en la cocina de la casa de la Fundación Ronald McDonald en Barcelona. Es de Girona y, junto a su pareja, los primeros días que Paula estuvo ingresada "vivían" en el hospital. "Cuando nos dijeron que teníamos dónde alojarnos, se nos abrió el cielo".

Las casas que la Fundación Ronald McDonald tiene en todo el mundo son un pequeño oasis de tranquilidad en medio del trasiego que le supone a una familia tener un hijo en tratamiento médico lejos de casa. "Es un hogar fuera del hogar", aseguran. La de Barcelona, ​​abierta desde hace 22 años —la primera en el Estado—, se encuentra a cinco minutos del Hospital Universitari Vall d'Hebron y acoge a quince familias que tienen algún hijo con enfermedades o patologías que requieren un seguimiento constante , aunque la hospitalización no sea obligada, y que tienen la residencia lejos de la capital catalana.

Ahora, después de más de un año, tienen buenas noticias y Paula y su familia pronto podrán volver a casa, en Girona. "Los primeros ocho meses no podíamos marchar y los pasamos todos aquí. Después nos dieron permisos desde el hospital y fuimos un par de días a casa, para que la niña también se acostumbrara. Claro, vino con dos años y se pensaba que su casa estaba aquí. Ahora todavía cree que volveremos para dormir", reconoce.

Fundación Ronald McDonald.
Fundación Ronald McDonald

Sin restricciones

De hecho, la casa de la Fundación Ronald McDonald está preparada para que las familias que alberga puedan vivir su situación con cierta normalidad. Disponen de una planta baja con zonas comunes: cocina, comedor, salas de juegos, jardín, espacio de lectura y estudio para que los niños puedan seguir el curso escolar con todas las facilidades, etc. En la primera planta se encuentran las habitaciones, que tienen una capacidad de hasta seis personas. "Cada uno puede venir en la modalidad familiar que quiera, pueda o tenga: abuelos, hermanos, etc. No está restringido a padres e hijos, ya que buscamos que se sientan como si estuvieran en su casa dentro de la situación tan difícil que viven" , comentan desde la Fundación.

Las familias entran a vivir en las casas de la Fundación Ronald McDonald por derivación del hospital, que tiene en cuenta los casos de tratamientos largos, en enfermedades como el cáncer, o de tiempo de espera por trasplantes, en casos de niños y jóvenes que vivan a más de una hora del centro hospitalario -el tiempo máximo exigido en caso de espera de un trasplante. "Así, son los hospitales los que derivan las familias a la Fundación. La Fundación no las elige. Y las casas se encuentran en plena ocupación, no solemos tener habitaciones libres. Cuando se marcha una familia, inmediatamente entra otra". Tampoco hay nada que establezca el tiempo en que las familias pueden quedarse a vivir. Se marchan cuando se acaba el tratamiento. Y pueden estar familias con hijos hasta los 21 años, ya que la duración de los tratamientos infantiles llega hasta esa edad.

Como en muchos casos los tratamientos suelen ser largos, la Fundación facilita a las familias que puedan tener este espacio que les acerque a la normalidad. En caso de que el niño que recibe tratamiento tenga hermanos en edad escolar, les facilita la escolarización en una escuela que hay justo en frente de la Fundación, justo al otro lado del Paseo del Vall d'Hebron. Y si el niño que está en tratamiento necesita dar las clases en la misma casa, el Ayuntamiento de Barcelona las facilita. Por eso, por la búsqueda de esta normalidad, aunque pueda parecer algo contradictorio, los médicos no pueden entrar en la casa de la Fundación. "Si necesitan nada, vuelven al hospital, pero los niños saben que aquí no hay agujas, ni batas blancas. Es su espacio seguro y de tranquilidad".

Por las tardes la hora clave son las seis. Es cuando comienzan los talleres y actividades que los ocupan a todos: música, manualidades, talleres de cocina, clases de pintura, etc. Los voluntarios son una pieza determinante para que funcione ese engranaje y todos tengan su momento de distracción. "Aquí se intenta mostrar alegría y hacer que lo pasen bien. Aquí no pasa nada malo", recuerdan desde la Fundación Ronald McDonald. "Aparte del equipo, tienes el apoyo de otras familias, que te sirve también para distraerte, compartir, reír, llorar... Y eso siempre va bien", añade Paula, que cuenta las horas que faltan por la barbacoa que han organizado todas las familias que ahora conviven en la casa de Barcelona.

25 años de la Fundación Ronald McDonald

En España la Fundación Ronald McDonald celebró el año pasado su vigésimo quinto aniversario. Actualmente, dispone de cinco casas y siete salas familiares en distintos hospitales de referencia. Aparte de la de Barcelona, ​​las demás están en Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla. Aunque el principal patrocinador de la Fundación es la cadena de hamburgueserías McDonald's, cuenta con el patrocinio de otras empresas que ayudan a la continuidad de estas casas. En algunos casos patrocinan casas en concreto o incluso habitaciones dentro de estas casas.

Sin embargo, McDonald's colabora con la Fundación a través de tres vías. Una es a través de la donación del 0,1% de todas sus ventas y la segunda es mediante las huchas y el redondeo de los importes al pagar. "Esta forma hace ganar a la Fundación en torno a los 50.000 euros anuales". La tercera vía está con la celebración del McHappy Day, que este año es el 6 de diciembre. El 100% de lo que se recauda por las ventas del Big Mac se da íntegramente a la Fundación. El pasado año se recogieron 457.000 euros en todo el Estado.

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