El socio auditor acusa a Rato de engañarle para que Deloitte hiciera el borrador de auditoría de Bankia

El auditor envió un "informe" sobre las cuentas de 2011 doce días antes del cierre y se echó atrás

Francisco Celma, auditor de Deloitte que inspeccionava els comptes de Bankia, en una imatge d’arxiu.
Ernesto Ekaizer
13/03/2019
3 min

Madrid¿Borrador de informe de auditoría? ¿Papel? ¿Qué pasó en los veintiún días de finales de abril de 2012 que precipitaron la destitución de Rodrigo Rato como presidente de Bankia, inmediatamente después de que la auditora Deloitte no emitiera su informe sobre las cuentas anuales a 31 de diciembre de 2011, aunque con anterioridad auditara trimestral y semestralmente hasta el punto que Bankia salió con ellas a bolsa el 20 de julio de 2011?

Francisco Celma, socio auditor de Deloitte, acusado de delitos de estafa de inversores y falsedad contable por la acción popular de la Confederación Intersindical de Crédito que representa el abogado Andrés Herzog, declaró en el juicio de salida a Bolsa de Bankia y explicó a preguntas del citado letrado que "nunca hubo un borrador de informe de auditoría de las cuentas anuales de 2011" y al interrogante sobre si hubo un "papel", señaló que "no es lo mismo".

Celma, un hombre que parece impartir lecciones de contabilidad al tribunal con voz susurrante y moderada, mirando con ojos como canicas a la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, contó la historia del famoso borrador. No lo había hecho durante la instrucción del caso.

Dos de sus principales contrincantes no estaban en el banquillo ayer. Rodrigo Rato y los acusados presos por el caso de las 'tarjetas black' pueden ausentarse del juicio así como otros que lo justifiquen. La exconsejera independiente, la catedrática de Economía Financiera de la Universidad de Valencia Araceli Mora, que ha denunciado el doble juego de Celma, tampoco estaba presente en un banquillo que lucía despoblado.

Celma, pues, narró que el 18 de abril de 2012 a las nueve de la noche sonó su teléfono. Era de Bankia. "Le paso al señor Rato", dijo la secretaria del presidente.

"¿Cómo va el informe de auditoría Paco?", le preguntó Rato. "No va", repuso Celma. "No nos dan la documentación. No estamos avanzando". Rato: "Voy a pedir te la den. Va a haber una inyección de capital de 7.000 millones". Celma insiste: "Falta la documentación, no hemos podido terminar el trabajo". Y Rato va directamente al grano: "Olvídate de la documentación. Tenemos 7.000 millones". Entonces el socio auditor apunta: "Como nos deis toda la documentación y análisis, asumiendo que no salen ajustes y hay una inyección de 7.000 millones, podemos emitir opinión".

Celma estaba caminando por la calle, según ha recordado, y le fue describiendo a Rato las alternativas. La primera un informe der auditoría "limpio", cosa que no era el caso. Y apuntó cinco puntos. "Es muy tarde y así es difícil hablarlo. Enviáselo por escrito a Sergio [Durá, interventor de Bankia] que entiende de esto" dijo Rato.

"Llego a casa -narró Celma-, redacto y les envió el papel a Durá y a Rato. Nunca volví a ver a Rato. Nunca nos dieron la documentación y tampoco hubo inyección de capital. Eso no fue un borrador. Un borrador, según las normas de auditoría, es un compromiso muy firme. El 18 de abril de 2012 después de colgar nunca volví a hablar con Rato".

El escrito de cuatro puntos se titula "informe de auditoría de cuentas anuales consolidadas" y en su punto 2 certifica que "en nuestra opinión las cuentas anuales consolidadas del ejercicio 2011 adjuntas expresan, en todos los aspectos significativos, la imagen fiel del patrimonio consolidado y de la situación financiera consolidada de Bankia y entidades dependientes que forman el Grupo Bankia a 31 de diciembre de 2011 así como los resultados de sus operaciones…"

Añadía en los puntos siguientes que sin afectar a la opinión, se dejaba constancia de las exigencias de capital del real decreto-ley Guindos y de las estipuladas por la Autoridad Bancaria Europea (EBA), y la aprobación del Plan presentado por Rato al Banco de España, y precisaba que ese plan estaba pendiente de aprobación.

Es curioso: el plan había sido aprobado por la comisión ejecutiva del Banco de España el 17 de marzo, un día antes de la conversación telefónica. Es posible que Celma ya tuviera este borrador desde días antes y no lo cambió. Es coherente con lo que le había adelantado a Araceli Mora el 26 de marzo de 2012, según ha declarado la acusada la semana pasada. Ese día Celma le dijo que ya tenía el borrador de informe redactado.

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