Clara Moraleda: "En nombre de la pasión hemos hecho muchas cosas sin cobrar"
La actriz repasa su trayectoria y la relación que mantiene con el trabajo y el dinero
La actriz, cantante y escritora Clara Moraleda empezó su carrera en el mundo de la interpretación con sólo 16 años en el filme Atrocious. Y se estrenó en los escenarios del teatro con la obra Mar y cielo. Moraleda, también conocida por el apodo Leopolda Olda, fue la primera Youtuber en hacer contenido en catalán.
Criada entre una madre médica y un padre músico, asegura que su primera visión del dinero era como la de un bien muy preciado: “Veía cómo al padre le faltaba dinero que le debía del bolo que había hecho pero que le pagaba más tarde ”. Esto se tradujo en una “preocupación muy grande” por el dinero desde pequeña. De hecho, cuando le daban la paga semanal a los 10 años, ya ahorraba: "Hacía un trayecto de autobús a pie para ahorrar viajes de la T-10".
A los 20 años dejó el grado de Traducción e Interpretación para iniciarse en el teatro “por todo lo alto”, sonríe, con Mar y cielo. “Yo nunca he vuelto a tener un trabajo así; cobrabas a fin de mes como una reina, un sueldo que estaba bien”, asegura. Y sigue: “Yo pensé «Que guay lo de ser actriz, que no debes preocuparte de que venga público ni tienes que hacer otra cosa que tu trabajo de actriz»”.
Después de este período se topó con la realidad: “Inestabilidad, proyectos cortos, ensayar sin cobrar, incluso cobrar en taquilla, hacer mil y una para que venga gente al teatro o llevar el vestuario de casa”. Se trata de un sector con horarios y economía imprevisibles, con épocas en las que coinciden tres proyectos a la vez y otros en los que no sale ninguno. “Hace poco, en dos días hice tres proyectos a la vez ya mí me apretaba la cabeza. Pero, claro, es ese pensamiento de «Cogelo todo porque, si no lo coges y luego no hay nada, entonces ¿qué harás con tu vida?»”.
De hecho, después de la pandemia la actriz estuvo año y medio sin subir a un escenario: “Trabajé de profesora, hice talleres. Es la realidad que vive muchísima gente, la mayoría”. "¿Cuántos camareros y camareras hay que son actores y actrices?", pregunta. A menudo esto lleva al artista a infravalorar el trabajo: "He pensado "Esto quizás no está bien pagado", pero he dicho estúpidamente "Mira, tienes trabajo, mujer gracias y tira"". Aún así, ahora ha aprendido a gestionarlo mejor y acepta que la mejor inversión de dinero que hace es en salud: “No me sabe mal gastarme dinero en llenar la nevera, es una inversión”.
Moraleda recalca también que en nombre de la vocación se aceptan muchas injusticias: “Hay gente que se aprovecha máximamente. Por ejemplo, el mundo de los castings es tan denunciable... Si sale un casting en Madrid y no lo pagan, tú asumes los trenes y todo en general”. Y sigue: “Encima te tratan como si fueras una oveja y te vuelves a casa, habiéndote gastado la pasta y habiendo dedicado un montón de horas a estudiar algo que nadie te ha remunerado. En nombre de la pasión hemos hecho muchas cosas sin cobrar”.
Época deinfluencer
Hace cinco años dejó de ser activa en YouTube como creadora de contenido. Pero "nunca" lo hizo "por el dinero". “Hacerlos en catalán quería decir recibir cero. Nunca cobré. En dos años quizá podía obtener 20 euros”, explica. De hecho, cuando ella empezó en la red, el concepto deinfluencer aún no existía. Ahora ha encontrado otras formas de expresarse y se siente más cómoda “detrás de un personaje”.
El año pasado el artista produjo su propio proyecto ¡Adiós, Jane! y hace ya más de un año y medio que es autónoma. “Estamos terriblemente, cero educados, en esto. Hay una ignorancia tan grande. No te enseñan qué cojones hacer con la situación legal. [...] Y después te encuentras con el mundo laboral y claro que necesitas gestora y más cosas porque no tienes ni idea”, lamenta. El ámbito económico también le ve complicado: “Cuando has pagado a todo el mundo, la gestoría incluida, todavía tienes que pagar la multa de autónomos, porque es una multa aquello, y entonces ya té mueras”, apunta. Y añade: "Si lo hiciera sólo por cuestiones económicas, otra persona quizá me diría que no vale la pena".
El artista asegura que aunque ya no tiene "la obsesión" por ahorrar de cuando era pequeña, con sólo 30 años ya ha pensado en la pensión, porque no confía en recibir una paga durante la jubilación. También explica que está estudiando una carrera en su tiempo libre como plan B, por si la faceta de artista no acaba de triunfar. Por ahora, eso sí, dice que espera y desea poder seguir ganándose la vida en el teatro.