Análisis

Las claves del fenómeno Alvise: teorías de la conspiración, guerra a los políticos y un canal de Telegram

Captura de vídeo de la comparecencia de Luis 'Alvise' Pérez para valorar los resultados de las elecciones.
Iago Moreno
10/06/2024
3 min

BarcelonaMientras los seguidores de Alvise coreaban "Irene Montero, ¡en la caja tres!" [como si fuera una cajera de supermercado] con ardillas estampadas en las camisetas, una pregunta recorría las principales cadenas televisivas. ¿Cómo es posible que una nueva fuerza de extrema derecha haya podido obtener más de 800.000 votos sin pisar ningún plató, dar mítines políticos ni ir a ningún debate?

La entrada de Se ha Acabado la Fiesta (SALF) en el Parlamento Europeo cambia el paisaje político español, pero también sus reglas de juego. Los tres diputados de SALF evidencian las consecuencias políticas de la libre circulación de noticias falsas, teorías de la conspiración y discursos del odio a través de las redes. Pero además también demuestran la creciente influencia de nuevas formas de representación que, forjadas en las redes, no necesitan refrendarse en los medios tradicionales ni en las instituciones. Formas de representación no necesariamente más democráticas y que hoy capitaliza la extrema derecha.

Tras conocerse los resultados, Alvise citó a sus seguidores en una céntrica discoteca madrileña. Su entrada en escena, aplaudida con el fervor de un fenómeno fan, fue recibida con una canción generada con inteligencia artificial cuya letra prometía acabar con la fiesta de “todos los vagos, tanto rojos como azules”. "España se ha convertido en la fiesta de los criminales, de los corruptos, los mercenarios, los pedófilos y los violadores”, afirmó en su discurso.

Un ánimo pletórico acompañaba a sus palabras. Alvise había prometido en su campaña que no quería "reformar nada, sino reventar el sistema", y su discurso, centrado en el objetivo "de obtener inmunidad diplomática y europarlamentaria para publicar audios y documentos [...] sujetos a secreto oficial oa la ley de protección de datos", se había logrado. A su juicio, ahora nada podrá interponerse en su llamada “guerra contra los políticos”.

Colaborador de Toni Cantó

Luis Fernández Pérez, digitalmente conocido como Alvise, no es exactamente uno outsider desconocido; no al menos en las redes, y tampoco para sus rivales. En 2019 empezó a cultivar su celebridad digital al amparo de Toni Cantó en Ciutadans, compatibilizando su cargo de jefe de gabinete con una frenética actividad en Twitter. Tras el partido naranja, organizaciones ultracatólicas como Hazte Oír habrían confiado en sus dotes propagandísticas para librar su guerra contra el confinamiento, la vacunación y una supuesta dictadura sanchista.

En uno de sus espots, Alvise decidió retratar a Sánchez como un veraneante ocioso a orillas del mar, mientras un dron se alejaba enseñando cientos de cadáveres a su alrededor, envueltos con bolsas de plástico, esparcidos por la arena. Su sórdida radicalidad le sirvió entonces para labrarse un nombre en las redes de la extrema derecha, hasta convertirse en una celebridad digital capaz de convocar pasiones torrenciales.

Cuatro años después del estallido de la pandemia, Alvise sigue teniendo el principal altavoz del discurso antivacunas. Sin embargo, el eje vertebrador de su campaña electoral se construyó en torno a otras narrativas conspiranoicas, en este caso en torno al fraude electoral. Su discurso contra el “pucherazo”, lleno de falsedades y tergiversaciones, no se abrió en los medios, pero sí llegó a millones de personas a través de las redes. Y así, a través de dudosas pruebas recibidas por supuestos emails encriptados e informantes, fue capaz de movilizar a un electorado propio contra el supuesto “sabotaje electoral de Indra y Correos”.

La campaña electoral de Se ha Acabado la Fiesta no se ha construido en torno a un partido ni un movimiento, sino a partir de un canal de Telegram, una aplicación de mensajería como WhatsApp, donde el perfil personal de 'Alvise tiene más de 500.000 seguidores. Sin acceso al prime time televisivo y en los grandes medios, su estrategia se limitó a esta aplicación de origen ruso para diseminar los mensajes de campaña en un clima de intimidad aparente. Mensajes directos en el bolsillo, de tú a tú, que forjan una conexión sin intermediarios entre el líder y el ciudadano al margen de los medios y grandes plataformas.

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