Consultorio laboral

¿Cojo un trabajo mejor y mejor pagado, aunque no soporto al empresario que me lo ofrece?

La consultora Alexandra Masó anima a reflexionar sobre la misión, los valores y la visión personal

2 min
Oficinas con gente que trabaja.

Un antiguo jefe que me valora mucho, pero al que yo no soportaba, quiere ficharme para su empresa. Es un trabajo interesante y mejor pagado que el mío. ¿Qué harías?

Mónica, Barcelona

Si me hubieras hecho esta pregunta unos veinte años atrás te habría dicho, sin duda, que tomaras el trabajo; hoy, sin embargo, te diría lo contrario. Y es que la respuesta a dilemas profesionales como éste depende de algo tan efímero pero trascendental como la misión, la visión y los valores. Bien, en las últimas décadas estos conceptos se han unificado hasta formar una palabra compuesta: misión-visión-valores, lo que queda muy bien citar –sobre todo en webs corporativas– pero que raramente se ha reflexionado y menos adaptado a un mismo. Cambiamos esta tendencia.

Es crucial que tu decisión esté alineada con tu misión personal, también conocida como objetivo trascendental. Hace veinte años, mi misión era aprender y crecer profesionalmente. Hoy esto sigue siendo importante, pero aún es más importante conseguirlo con bienestar, sintiéndome a gusto con lo que hago y, sobre todo, con quien lo hago.

Pero los objetivos son complicados de definir, porque a menudo nos cuesta entender qué buscamos en la vida. Por eso puede ser más práctico empezar descartando lo que no buscamos. Esta lógica ha sido utilizada por pensadores como Sócrates, Frege o Descartes para ayudarles a profundizar en el conocimiento. Piensa en lo que no buscas. ¿Es la fama? ¿El dinero? ¿El reconocimiento? ¿O quizás ahora las relaciones en el trabajo no te preocupan? Reflexiona sobre lo que no te motiva y, por simple oposición, estas negativas te ayudarán a definir qué te mueve.

Así pues, lo que hago en estas situaciones es intentar pensar. Digo intentar porque creemos que es fácil, pero en medio de la vorágine de la indecisión el cerebro busca soluciones inmediatas, y cualquier reflexión que no resuelva el problema al instante suele ser rechazada. Pero si no logras reflexionar, los pensamientos serán como un petardo sin pólvora. Los pensamientos inmediatos encenderán la mecha de la solución, pero sin la pólvora de fondo no habrá colores.

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