Droga en el Raval a la vista de los niños

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Equipos de los

Que haya toxicómanos pinchándose en la calle a plena luz del día no es ninguna novedad en ciertos barrios de Barcelona, ​​y en especial en el Raval, pero el caso de la calle Agustí Duran i Sanpere, entre la calle del Carme y Peu de la Creu , es especialmente grave porque está junto a una escuela, Milà y Fontanals, y se ha convertido en una pesadilla para los vecinos, que deben convivir cada día con el peligro que suponen las jeringuillas en el suelo. El ARA ha realizado un seguimiento durante tres meses con cámaras 24 horas (la calle se encuentra junto a la sede del diario) y ha hablado con todos los afectados por la situación, empezando por los mismos drogadictos, pero también con vecinos, personal de las brigadas de limpieza o agentes de salud del Ayuntamiento. La conclusión es que la situación que se está viviendo en este punto del Raval es inadmisible y supone tanto un riesgo para la salud de los vecinos como un peligro para niños de corta edad que deben pasar todos los días por delante de estos campamentos de la droga o que incluso pueden ver desde el patio cómo los toxicómanos se inyectan y dejan rastros de sangre por todas partes. un lugar en el Raval donde no haya niños cerca, sino poner en marcha un plan integral que acabe con estos focos de drogadicción al aire libre, como la plaza de la Gardunya o las inmediaciones de la narcosala de Drassanes. Pero al menos sí debería hacerse todo lo posible para evitar que estos hechos se produzcan junto a una escuela. Las historias recogidas por el ARA muestran que las personas enganchadas necesitan un itinerario médico y social, y que no se las puede dejar abandonadas porque su final está escrito: la dependencia les lleva a consumir cada vez más droga de peor calidad. Es un pozo del que no se puede salir sin ayuda. Y, en definitiva, un problema de salud individual acaba derivando en un problema social, de civismo y de seguridad.-_BK_COD_

Tampoco es de recibo que los niños crezcan con la imagen diaria de unas personas condenadas en vida ya las que nadie ayuda ni ofrece una alternativa. ¿De qué sirve transmitir los valores de la solidaridad en la escuela si después la calle es la ley de la selva donde hay personas abandonadas en su desdicha? Ciutat Vella nunca ha sido un distrito fácil, pero no por eso hay que echar la toalla o fiarlo todo a la presencia policial. El Ayuntamiento debería tomar nota de este reportaje y ponerse manos a la obra para ofrecer una solución a los afectados, a la escuela ya los vecinos. No podemos normalizar que proliferen estos espacios de degradación y de desgracia humana frente a nuestros ojos sin hacer nada. En nuestro caso, como periodistas, hemos creído que era nuestra obligación relatar y documentar estas realidades incómodas para que lleguen a los despachos donde tomar decisiones.

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