Tierra -no sueños-

El equilibrio del mar

Un cava con crianza de 9 meses bajo el mar, en el Delta del Ebro.
22/01/2025
2 min
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"Son vinos más virtuosos, elegantes y redondeados. La crianza submarina intensifica los sabores y no interfiere en las cualidades organolépticas del vino, que sigue mostrando su variedad y origen. Son vinos pulidos, minerales, más intensos". mercante con muchas rutas de cabotaje en su historial, pero hace diez años se sumergió también en el mundo del vino de la mano de enólogos y bodegas amigos para explorar cómo la inmersión matiza y singulariza el vino durante el proceso de crianza. "La evolución en tierra es más lenta. Bajo el agua, el proceso de envejecimiento se acelera. Puede parecer contradictorio porque nosotros defendemos la lentitud, la artesanía y los oficios", apunta. El proyecto fija la mirada en la antigüedad, cuando fenicios, griegos y romanos transportaban vino y aceite en ánforas por el Mediterráneo. "Habíamos llegado a probar alguno de los cargamentos que se habían encontrado en barcos hundidos en el litoral de Tarragona y no estaban mal", recuerda Con el enólogo Diego Duran hicieron búsqueda de alfareros para recrear las primeras ánforas que hundieron en el mar, con cariñenas viejas de Porrera. Trocitos de Porrera empieza todo, pero después también hemos colaborado con la Bodega La Botera de Batea para experimentar con la garnacha blanca", apunta. Ha hecho pruebas con vinos de La Rioja, con monestrejos de Valencia y bobales de Utiel Requena, con vinos de pequeño verdote de la Toscana, con rieslings de Andorra, y con vermut, rones, ginebras y cervezas. Algunas están en el mercado.

"Muchos se capfican por la presión y la profundidad, pero lo más importante para mí es el trabajo de la biodinámica y el tipo de envase. La crianza en ánfora favorece la recirculación del vino ; es más notable que en una botella cilíndrica", resume. "Según la variedad y la complejidad que buscamos, el vino se está de seis a nueve oa doce meses bajo el mar, en jaulas de máximo 25 botellas para que el efecto sea real en todo el cargamento", puntualiza. Las han sumergido en el puerto de Tarragona y en el de Cambrils, y actualmente también en el delta del Ebro, tanto en la Bahía del Fangar como en la de los Alfacs. demostraciones de extracción de botellas, vinculadas a la oferta gastronómica de las mejilloneras", avanza. Después de años de afinar y perfeccionar la inmersión y el proceso enológico, ahora quiere dar a conocer las dos marcas que les representan: S 'ánfora y Thalassa Sea Wines. Últimamente, se han atrevido con un cava y un ancestral. para sumergir las jaulas en su mantenimiento. El mar es caro, pero creo que en ningún caso vamos a precios desorbitados", concluirá.

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