La falta de respeto por el Barça femenino

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Las jugadoras del Barça

Iba a escribir sobre Koeman. De hecho, tenía a medias el artículo. Pero no me puedo quitar de la cabeza la imagen del domingo por la tarde en casa. La maldita doble pantalla por culpa de la incompetencia de los que gestionan el fútbol. Y no hablo de la Superliga ni de la nueva Champions, ni de la torpeza de Florentino Pérez a la hora de vender su gran proyecto ni de la verborrea del Robin Hood futbolístico Javier Tebas. Hablo de una cosa mucho más sencilla de resolver, pero que denota la hipocresía que sigue habiendo en este ámbito (y en nuestra sociedad). ¿Cómo quieren potenciar el fútbol femenino si las semifinales de la Liga de Campeones coinciden con el partido del Barça en Villarreal? ¿Pero en qué piensan todas estas cabezas pensantes cuando son incapaces de solucionar una cosa tan simple como esta? Es una absoluta falta de respeto a la temporada brutal que está haciendo el equipo de Lluís Cortés, por el gran trabajo que hace tiempo que llevan a cabo jugadoras que –estas sí– han llevado el fútbol a otra dimensión: Sandra Paños, Jennifer Hermoso, Lieke Martens, Alexia Putellas... Durante más de media hora te volvías loco alternando la pantalla, con la confusión de que el Barça jugaba de amarillo en un estadio y en el otro el amarillo era el color del rival. Nos llenamos la boca con proclamas a favor del fútbol femenino, ayudando entre todos a romper el muro de machismo y el desequilibrio entre los dos fútbols, pero somos incapaces de evitar que el partido de ida de unas semifinales europeas, en el que el Barça se juega el billete a la gran final, coincida con un partido vital para los de Koeman para conseguir la Liga. De locos. Tan fácil que tendría que ser aportar un poco de sentido común. Por respeto a todas ellas, por respeto también a los aficionados.

El Barça tiene mucho trabajo en los despachos para seguir haciendo crecer a una sección que ha protagonizado un salto cualitativo enorme en la última década. Ciertamente, esto se le tiene que reconocer a Josep Maria Bartomeu, quién sabe si por convencimiento o por la insistencia y decisión de Maria Teixidor. Ahora le toca a Maria Elena Fort –qué pena que sea la única mujer de la junta– conseguir que todos sus compañeros de viaje crean firmemente en este proyecto y eviten situaciones ridículas como la del domingo por la tarde. No dudo de que pondrá el cuerpo y el alma: nos jugamos demasiado todos.

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