De cumpleaños

Mucho más que una fiesta en Abu Dhabi: el pulso de poder de Juan Carlos en Felipe

El emérito celebrará el 86 aniversario con una fiesta multitudinaria con conocidos invitados

Juan Carlos y Felipe conversando
4 min

BarcelonaNunca es fácil estar solo en los días especiales. Para Juan Carlos este viernes es un día señalado porque es su cumpleaños, el cuarto que pasa expatriado del estado en el que un día reinó. Pero no es el único día especial para el emérito. También lo fue el 21 de noviembre, cuando Jaime Peñafiel publicó el libro Leticia y yo y, por supuesto, cuando Jaime del Burgo decidió detallar todos los estadios de su relación extramatrimonial con la reina. La asistencia de Felipe y Letizia, con la cabeza baja, al almuerzo de cumpleaños de Elena el pasado 22 de diciembre también hizo muy contento a la exmonarca. Juan Carlos tiene muchos motivos para querer hacer una gran celebración, y la hará este domingo en Abu Dahbi, con los amigos de toda la vida y otros nuevos.

"Escucha, soy Juan Carlos". Desconcertado por la llamada de un número que no tenía memorizado, la persona que recibió la llamada mantuvo su conversación. "El día 5 de enero es mi cumpleaños, haré una celebración y estás invitado. Vendrás, ¿verdad? Ya te pasaré más información por WhatsApp", prosiguió el rey. El invitado, del entorno socialista, nunca había hablado con el emérito ya lo largo de su larga trayectoria tampoco se había mostrado especialmente afín. Pero no fallará en la cita de Abu Dhabi.

A mediados de diciembre, cuando se iniciaron las llamadas para avisar de la celebración de los 86 años del monarca, no se esperaba que fueran tantos los invitados que aceptaran la petición. "Al principio había reticencias a aceptar la invitación, pero con el paso de los días ha habido un alud de confirmaciones y apoyo incondicional al rey", afirma Pilar Eyre en conversación con el ARA. "Esto va mucho más allá de una fiesta de cumpleaños, es una fiesta de autohomenaje", sentencia la periodista. La celebración comienza este viernes y se espera que se alargue todo el fin de semana aprovechando el desplazamiento de los asistentes.

Pese a que Felipe se ha esforzado por desvincular su reinado de su padre, una diferencia materializada por 5.500 kilómetros de distancia , Juan Carlos sigue teniendo un sector importante de fieles que no tienen simpatía en Letizia, al que consideran "demasiado roja y feminista", y que de rebote tampoco ven con buenos ojos al moderado de su marido, explica Eyre. Tras la publicación del libro de Peñafiel y el posterior abombamiento de la foto de la pashmina y la cronología de la relación extramatrimonial de la reina y Jaime del Burgo, la actual inestabilidad del reinado es aplaudida por los monárquicos más nostálgicos. "Todo el mundo sabe que no es una fiesta de cumpleaños normal, ni siquiera hace años redondos. Juan Carlos ha visto un espacio para reivindicar su figura y quiere enviar un mensaje al hijo ya la nuera".

Los invitados

Fue el propio Juan Carlos quien llamó a todas las personas y personalidades que quería que hoy le acompañaran en su fiesta de cumpleaños. Algunos de ellos asisten por una larga amistad con el emérito y otros le conocerán por primera vez, en un ejercicio meticulosamente calculado para forzar el posicionamiento de algunas figuras relevantes de la sociedad española. "Yo creo que las personas que han ido son los que no tienen ningún problema que les señalen como partidarios de Juan Carlos frente a Felipe", señala Eyre.

Felipe González.
Carlos Herrera, periodista.

Algunos de los asistentes son habituales del círculo del expatriado, como Alicia Koplowitz, marquesa de Bellavista y propietaria de gran parte de Construcciones y Contratas, así como el hombre de confianza del rey y exjefe de la casa real, Rafael Spottorno, el diplomático Fernando Almansa y el bodeguero Vicente Dalmau. También han confirmado la asistencia el dúo musical Los del Río, el periodista de la COPE Carlos Herrera y el torero Enrique Ponce. El escritor Mario Vargas Llosa también recibió la invitación, aunque no se sabe si ha viajado hasta Emiratos Árabes. Pilar Eyre también confirma al ARA que habrá catalanes, como el expiloto Josep Maria Juncadella y otros muchos que prefiere no mencionar.

"Habrá momentos radicales en la fiesta. Por supuesto el grito de «Viva el rey» será habitual. Siempre hay rumores y susurro cuando el grupo de don Juan Carlos se junta", explica Eyre. Entre los invitados confirmados también hay una larga lista de militares y ex militares que no tienen problema en posicionarse junto al antiguo monarca También ha aceptado la invitación Felipe González, que estará acompañado de otros socialistas históricos.

En el ámbito familiar los posicionamientos están bastante claros.Elena y Cristina llevan días en Abu Dahbi, al igual que Froilán que se sospecha que va acompañado de su novia mallorquina, Mar Torres, que "podría ser la primera vez que coincida con la familia de su novio". También es posible que esté la nieta del emérito Victoria de Marichalar, y alguno de los primos de Victoria , como Pablo e Irene Urdangarin, quien ha sorprendido entre la lista de confirmados y se dejará ver en las mil hectáreas de terreno de la casa del emérito es María Gabriel de Saboya, la princesa de Italia que a finales de los años 50 se especuló como pretendiente de Juan Carlos.

Pese a la evidente interpelación del evento y como era esperable, Felipe y Letizia no han viajado a los Emiratos. Tampoco la heredera de la Corona, que pese a su creciente exposición pública en los últimos meses siempre se ha mantenido al margen de las tensiones familiares. "Hasta ahora le han querido proteger, pero el ponerle tanta carga, responsabilidad y expectativas no evita que se sienta involucrada. No creo que sea bueno para la formación de su personalidad", declara el especialista en la casa real.

El núcleo familiar ha excusado su ausencia por la celebración de la Pascua Militar del día 6 de enero. Hace días que la familia real se afana para que el evento del sábado tenga un gran seguimiento mediático, motivado por la presencia de Leonor en el desfile militar por primera vez. Éste será el enésimo intento de la familia real de utilizar la figura de la princesa como sujeto de distracción mediática para desviar las miradas de la multitudinaria fiesta del rey Juan Carlos, la última estocada en la batalla familiar por el poder.

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