¿Quién decide qué es una mujer?
El Tribunal Supremo del Reino Unido ha decidido que, desde un punto de vista legal, sólo son mujeres las personas nacidas con ese sexo biológico. A partir de ahí, varios medios conservadores han aprovechado la ocasión para hacer avanzar su agenda transfoba. La forma de hacerlo ha consistido en titular de forma que el tema no se circunscribía a una estricta definición legal sino que se le daba carácter general. Comparamos, por ejemplo, el titular del Daily Telegraph ("Las mujeres trans no son mujeres") con el delIndependiente ("Golpe llevar a los derechos de las trans, porque los jueces no las consideran mujeres"). O el titular deEl Mundo ("El Supremo británico dicta que las trans no son mujeres por motivos biológicos") con el mucho más preciso y acotado delAbc, por decir otro medio conservador ("Reino Unido excluye las trans de la definición legal de mujer").
Lo que ha dictaminado el Supremo británico tiene una importancia primordial, porque afectará a muchas políticas públicas y aspectos como la participación de las personas transgénero en competiciones deportivas. Pero lo fundamental, el de la identidad, no queda necesariamente afectado. Si una porción de la población ha optado por identificarse con un género diferente del asignado al nacer a partir de su realidad biológica, la sentencia no cambia la decisión que debe tomar cada uno sobre el hecho de respetar o no, y sobre referirse a estas personas de manera consecuente con su identidad, teniendo en cuenta que el género es fundamentalmente una construcción social. Y lo mismo en lo que respecta a los medios de comunicación. Los jueces no piden que las trans dejen de ser tratadas como mujeres en los periódicos. Quienes lo hacen, sólo están jugando en la guerra cultural, con un colectivo discriminado y vulnerable como carne de cañón.