Epic fail

Fusionar pizza y ensalada: así fracasó la apuesta más extraña de Telepizza

El mercado no digirió la Pizzalada, la oferta que quería llegar a un público más saludable

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En verano del 2014 los escaparates de Telepizza se tintaron de verde. Los cristales de los establecimientos se llenaron de carteles que anunciaban el estreno de una nueva pizza: la Pizzalada. "Una deliciosa base de pizza Bacon Crispy cubierta de ensalada césar con pulpos de pollo", describía la compañía en el anuncio, junto a una fotografía del invento. "La pizza más asombrosa de Telepizza", completaba con letras verdes. En la imagen, se veía una base de pizza en forma de cuenco cubierta de tiras de beicon, muchas hojas de lechuga y rúcula, tomatescherry, las bolitas de pollo y unos buenos chorros de salsa César. Con esta apuesta, la cadena de pizzerías buscaba dar respuesta a una demanda detectada entre su clientela: cada vez los consumidores valoraban más los ingredientes frescos y naturales. "España es uno de los países donde la dieta mediterránea está más arraigada y, por tanto, donde la población se decanta menos por la comida rápida", justifica Neus Soler, profesora experta en marketing de la UOC. Si bien la idea de fusionar ensalada y pizza era un intento de llegar a los consumidores con hábitos saludables, causó bastante dolores de estómago a la compañía.

El mercado no supo digerir la propuesta, que acabó desapareciendo al poco tiempo. "Al final, la Pizzalada no conseguía satisfacer a nadie: ni el cliente que quería saborear el concepto original de pizza ni el que quería llevar una dieta más saludable", analiza Soler. Éste es el principal punto débil que tenía la propuesta. De hecho, al cabo de unos años, la propia compañía definió la Pizzalada como "un intento desesperado por unir dos mundos opuestos que degeneró en una de nuestras creaciones más macabras". Lo dijo en el 2017, en el marco de la campaña #TelepizzaResurrection, que proponía revivir las apuestas "más terroríficas" durante la celebración de Halloween.

Sin embargo, el concepto rompedor de la Pizzalada no fue el único contratiempo. Cuando empezó a venderse, algunos clientes difundieron en las redes las fotografías reales del producto que les llegaba a casa. Basta con realizar una búsqueda en Twitter para corroborar que no se parecían nada a las de las fotografías. "La empresa no formó debidamente al personal en relación con la presentación del producto, ya que servían las pizzas con los ingredientes correctos pero cantidades y disposiciones muy distintas –analiza la experta–. En muchas ocasiones, el plato que llegaba a casa de los clientes no era el del anuncio y, además, no entraba en absoluto por la vista", asegura. Por si fuera poco, la pizza tenía un precio de 9,95 €. "La clientela le encontraba demasiado elevado, por una base de harina llena de hojas de lechuga –resume Soler–. Al final la experiencia de consumo quedaba reducida a comer una simple ensalada con pan", concluye.

Para Neus Soler, el error que cometió Telepizza es aún más flagrante si se tiene en cuenta que, tan sólo un año antes, la compañía ya había tenido mala suerte con otra invención: la pizza Nature. "Era una pizza presentada en el 2013, hecha de masa integral y verduras en la parrilla, que tampoco gustó", termina.

La lección

"Un caso como éste nos recuerda la importancia que tiene para las empresas invertir en formar bien a su personal: sólo así puede asegurarse de que el producto que elaborará en todos sus establecimientos tendrá una apariencia homogénea y similar a la propuesta anunciada" , aconseja Neus Soler, profesora experta en marketing de la UOC.

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