El futbolista iraní Amir Nasr-Azadani será ejecutado
El deportista, que jugó en la Primera División de su país, había participado en las manifestaciones contra el régimen teocrático
BarcelonaEl futbolista de 26 años Amir Nasr-Azadani ha sido condenado a muerte, según el portal IranWire. Nasr-Azadani, que ha jugado tres temporadas en la Primera División de Irán, se mostró muy crítico con el régimen islamista y ahora ha sido condenado a muerte por "traición a la patria". Nasr-Azadani, que ahora jugaba en la Tercera División de su país, había sido uno de los jóvenes que habían criticado la represión de las autoridades contra los manifestantes que reclaman más libertad y respeto por las mujeres. El sindicato de jugadores internacional FIFpro ha denunciado el caso: ha exigido que la sentencia no se lleve a cabo y ha explicado que tanto él como su familia habían recibido amenazas por esta posición. Otro futbolista, Voria Ghafouri, también fue detenido por ser crítico con los ayatolás hace unas semanas.
Irán vive unos meses tensos después de la muerte de centenares de manifestantes que participaban en las protestas que han sacudido el país en los últimos dos meses, después del asesinato de Mahsa Amini por parte de la policía de la moral por no llevar el velo bien puesto. La familia de Amini, una mujer de origen curdo, aseguró que fue brutalmente torturada desde el momento que fue forzada a subir al furgón policial. Las fuerzas de seguridad dijeron que sufrió un ataque al corazón, pero miles de personas no se lo creyeron. La represión ha provocado centenares de muertos y, de hecho, una nueva ley autoriza a los tribunales a condenar a muerte a los manifestantes detenidos estos días. La violencia habría dejado más de 400 muertos y escenas icónicas, como manifestantes quemando la casa museo de Jomeini en su ciudad natal o miles de mujeres quemando sus velos. Muchos deportistas han mostrado su apoyo a los manifestantes, con jugadores del equipo de fútbol playa o de voleibol haciendo el gesto de cortarse un mechón de pelo, uno de los gestos que se han globalizado en contra del régimen. En el Mundial de Catar, la mayoría de jugadores se negaron a cantar el himno en señal de protesta. Y en el partido Irán-Estados Unidos se produjeron agresiones de aficionados partidarios del régimen a otros iraníes que llevaban pancartas recordando la figura de Mahsa Amini.
Dos ejecutados
Irán ya ha ejecutado a dos personas por haber participado en las protestas contra el régimen teocrático. Según la agencia oficial Mizan, una de ellas sería Majireza Rahnavard, un joven acusado de haber apuñalado a dos miembros de las fuerzas de seguridad durante una protesta el 17 de noviembre en la ciudad de Mashhad. Rahnavarard trabajaba como dependiente en una tienda de fruta, y hace unos días recibió la visita en la prisión de su madre. "No le dijeron nada de la ejecución y su madre se marchó con una sonrisa, pensando que su hijo sería liberado pronto. Esta mañana ha encontrado su cuerpo cuando las fuerzas de la República Islámica lo enterraban en secreto", denunció en Twitter el grupo de activistas 1500 Tasvir, un colectivo que desde noviembre de 2018 denuncia desde el anonimato la represión. Antes había sido ejecutado Mohsen Shekari, también de 23 años, después de tres días de huelga general. Shekari, que según declaró su tío se presentó ante el tribunal que lo condenó con evidentes signos de tortura, fue condenado por "hacer una guerra contra Dios" por haber erigido barricadas y haber herido a un miembro de la milicia pro régimen Basij. Las autoridades están castigando a algunos colectivos que habían destacado en las protestas, como deportistas, aficionados del fútbol o cantantes de hip hop. Uno de ellos, Toomaj Salehi, también podría ser condenado a muerte.
El portal opositor IranWire informa de que hay un total de 28 manifestantes que han sido condenados a muerte desde el inicio de las protestas, hace casi tres meses. El grupo de defensa de los derechos humanos Human Rights Activists in Iran ha identificado 488 muertos (incluidos 68 menores) en la represión de las protestas, donde han sido detenidas al menos 18.259 personas. Se trata del principal desafío al régimen de los ayatolás en sus 43 años de historia.
