Periscopio global

La guerra sindical en Suecia contra Tesla (y Elon Musk)

Sindicatos de puertos y transportes se suman a los de la marca para presionar al fabricante de coches eléctricos

Òscar Gelis
4 min
Las instalaciones suecas de la empresa de coches eléctricos Tesla en Estocolmo

CopenhagueElon Musk, primer ejecutivo de la empresa de coches eléctricos Tesla, es un enemigo reconocido de los sindicatos. En las fábricas de Tesla, los trabajadores han denunciado en varios casos las coacciones y despidos que han sufrido tras los intentos de organizarse en acciones sindicales. Ninguno de los 127.000 trabajadores de Tesla, la empresa que fabrica los modelos de coches 100% eléctricos más vendidos en todo el mundo, está cubierto con un convenio colectivo, algo que ha dado a Musk la fama de ser muy poco amigo de los sindicalistas.

Desde hace dos semanas, la empresa que dirige Musk sufre una nueva guerra abierta por los derechos laborales, esta vez contra los sindicatos de Suecia. En los últimos días, el conflicto ha ido cogiendo fuerza y sumando apoyos a la huelga, hasta el punto de que el bloqueo que está sufriendo Tesla en Suecia es casi total. En Musk, los sindicatos suecos pueden parecerle un rival pequeño, ya que Tesla no fabrica coches en ese país y es un mercado relativamente con poco volumen. Sin embargo, la acción de los sindicatos está poniendo a la empresa contra las cuerdas y podría obligarla a firmar un convenio para los 120 mecánicos que trabajan en el país escandinavo.

IF Metal es el sindicato que agrupa a los trabajadores de la industria metalúrgica en Suecia y que desde el año 2017 intenta negociar las bases para los salarios y beneficios laborales de los mecánicos que trabajan para Tesla. Ante la negativa de la empresa a ratificar un acuerdo, el 27 de octubre los mecánicos convocaron una huelga en los siete talleres de la marca, aunque en un inicio no se logró bloquear por completo la actividad.

Una semana después, a la protesta se sumaron el sindicato de estibadores de los cuatro principales puertos, junto al mayor sindicato de transportistas. El resultado de la solidaridad entre organizaciones ha sido que desde el 7 de noviembre están bloqueadas las descargas y el transporte de coches y piezas de Tesla que abastecen a los talleres de todo el país. Sin embargo, lo que ha enfadado aún más a las organizaciones de trabajadores es el intento de Tesla de esquivar la huelga subcontratando mecánicos y derivando sus coches a puertos secundarios (la prensa sueca especula que Tesla podría intentar descargar los coches desde Dinamarca y Noruega).

A estos intentos denunciados por IF Metal, los sindicatos respondieron sumando más sectores a la huelga, como los trabajadores de la red eléctrica, que anunciaron que no repararán los puntos de carga de coches que tiene la empresa, o los empleados de mantenimiento . Los últimos sectores en sumarse a la protesta indefinida fueron los taxistas, que anunciaron que no comprarán nuevos coches de la marca hasta que se resuelva el conflicto. El sindicato de trabajadores de correos también bloquean los envíos de cartas, paquetes y palés dirigidos a Tesla.

La repercusión que ha cogido la huelga contra Tesla en Suecia también se explica por el poder considerable que tienen las organizaciones sindicales en el país nórdico, donde alrededor del 70% de los trabajadores están adscritos a un sindicato, y prácticamente la totalidad de los empleados están cubiertos por acuerdos laborales colectivos. Según la prensa sueca, la huelga, pese a afectar a un número muy reducido de trabajadores, se ha entendido desde los sindicatos como una lucha por defender los principios básicos del modelo laboral sueco: “Los empleados de Tesla merecen unas condiciones laborales dignas y seguras, como todos los trabajadores de Suecia”, explicaba un comunicado emitido por IF Metal.

El gobierno no se implica

El gobierno de Estocolmo hasta ahora no se ha implicado en las negociaciones entre Tesla y el sindicato, y por el momento las comunicaciones entre ambas partes están rotas desde el 6 de noviembre. Sin embargo, el primer ministro del país, el conservador Ulf Kristersson, ha afirmado que "la legislación sueca es clara, y la tradición de Suecia en el mercado laboral también, así que espero que el problema se resuelva entre las partes". Por parte de Tesla, Elon Musk no se ha manifestado en relación a este conflicto, pero el portavoz de la empresa en Suecia declaró a la cadena pública SVT que “es lamentable que IF Metal haya tomado estas medidas. Tesla sigue la normativa sueca del mercado laboral, pero como otras muchas empresas ha optado por no entrar en un convenio colectivo. Ya ofrecemos acuerdos equivalentes o mejores a los incluidos en la negociación colectiva y no encontramos ningún motivo para firmar otro acuerdo”.

En el país nórdico, dos de cada tres coches vendidos en 2022 fueron vehículos eléctricos, y Tesla lidera claramente el mercado. Sin embargo, los expertos creen que la imagen de la empresa puede verse afectada a partir de ahora en el país. El analista del think tank Arena Idé German Bender añade que "una concesión a los sindicatos suecos podría reforzar las demandas sindicales en otros países donde la empresa tiene más trabajadores". Hace tan sólo un mes, los trabajadores de la fábrica alemana de Grünheide empezaron a organizarse, y la semana pasada, en una visita a la fábrica de Tesla de Berlín (con más de 11.000 operarios) Musk anunció un aumento del salario para los trabajadores.

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