Lapso Studios, fiesta y luces led para cumplir la promesa de hacer deporte en enero
La empresa barcelonesa de 'indoor cycling' prevé nuevas aperturas en 2024 y un aumento de la facturación del 50%
Durante los años que vivió en México, Eugenia Llopart descubrió una nueva forma de hacer deporte que la atrapó. Se trataba de unas clases de spinning o indoor cycling con un toque diferencial: el entrenador pincha la música a la vez que da la clase, la sesión se convierte en una fiesta y todo tiene una intención más allá del deporte, la de "pasárselo bien y hacer comunidad", explica Llopart alEmprendemos. "Cuando vivía allí me enganché por completo, porque era muy dinámico y además entrenabas muchas partes del cuerpo; es una especie de fusión entre la bici estática y el baile", detalla.
Esta manera de hacer deporte estaba muy extendida en México, aunque había empezado en Estados Unidos. La idea de espacios más pequeños, alejados del concepto de gimnasio grande e impersonal, sumado a un trabajo físico muy acompasado con la música y de sólo 45 minutos con un entrenador especializado, ofrece una experiencia de usuario más personalizada. "Allí, lo comentábamos a menudo con un grupo de catalanes: ¿por qué no existen este tipo de centros en nuestro país?" Fue así como, al volver, Llopart y otros tres socios decidieron montar en Barcelona Lapso Studios, uno de los primeros centros deindoor cycling de la Ciudad Condal.
Así es como nació, a principios del 2021, el espacio que ha llevado la fiebre del ciclismo a puerta cerrada en Barcelona. Pese a abrir el negocio cuando aún existían ciertas restricciones por la pandemia, en sólo tres años Lapso Studios se ha convertido en un centro de referencia en lo que se refiere al ciclismo de interiores. Situado en la avenida Diagonal, junto a la plaza Francesc Macià, la empresa acoge cada día a unas 300 personas de media, que buscan ir a entrenarse como quien sale de fiesta.
De hecho, ésta es sólo una de las características que ofrece la empresa de Llopart, pero también una de las más llamativas: una sesión de entrenamiento en Lapso es bastante parecida a una noche en la discoteca, pero sin bebidas alcohólicas y encima de una bicicleta. Para el resto: una sala oscura, luces led, música alta y animada y un grupo de casi 50 personas gritando, sudando y animando la fiesta.
Una experiencia "a medida"
A Llopart le gusta matizar que lo que ofrecen "va mucho más allá que una clase de spinning: el objetivo es crear una experiencia pensada al detalle para el usuario desde que entra hasta que sale", asegura. De hecho, la voluntad de Lapso es que el cliente no tenga que preocuparse de nada más que ir -y ellos mismos proveen los zapatos para la bicicleta, las toallas, las taquillas, y todo lo necesario para la sesión.
Las clases consisten en 45 minutos divididos en doce canciones cuidadosamente elegidas por el entrenador, y con cada una de ellas se hace un trabajo físico diferente."La canción 11 es la más importante para nosotros porque es la que trabaja la parte más motivacional y emocional: después de 40 minutos de ejercicio de alta intensidad, se apagan todas las luces, la música se calma y es el momento de hacer una reflexión del día o la semana; después, la última canción es la del pico de festividad, las toallas vuelan y despedimos la fiesta", detalla Llopart. "El objetivo final siempre es pasárselo bien y que hacer deporte sea también un plan de ocio, ir con los amigos o con la pareja, y no algo que da pereza", explica la fundadora.
Uno de los rasgos diferenciales son los entrenadores, que ellos llaman coaches, debido a que no son estrictamente gente del mundo del fitness. "Buscamos perfiles que sean interesantes y que la gente admire para que vengan a dar las clases, lo que queremos es ir más allá del deporte y tener la parte motivacional", explica la consejera delegada de Lapso. De hecho, entre sus entrenadores hay perfiles como bailarinas de Rosalía o gente que se dedica a los deportes de riesgo, pero también perfiles más alejados del deporte, como el gestor de un proyecto de comedor social. Eso sí, para que estos perfiles tan diversos puedan hacer de entrenadores, Lapso creó su propia academia: "Hacemos audiciones, una formación de dos meses y al final unos exámenes, es realmente un curso en el que hace falta implicación", explica Llopart .
Al mismo tiempo, cada coach tiene su perfil en la web, que incluye también el tipo de música que utiliza en sus sesiones, por lo que el usuario puede elegir la sesión a la que irá en función de sus preferencias. "Cada sesión es única", reitera Llopart. De hecho, el modelo de negocio también dista del gimnasio tradicional: "A diferencia de los gimnasios, que acaban viviendo de los socios que pagan y no van, nosotros hacemos el pay-per-use, de modo que vivimos de quien sí viene y trabajamos para que el cliente tenga ganas de venir", detalla Llopart. De este modo, el usuario debe reservar con cierta antelación la sesión a la que quiere asistir y pagar la clase, que vale 19 euros por persona. packs de sesiones, y cuanto más cojas más barata sale la sesión", explica la fundadora.
De momento, Lapso sólo cuenta con un centro en Barcelona y una sola sala de ciclismo, que ya les empieza a quedar pequeña, ya que de media tienen un 75% de ocupación durante todo el día, actualmente tienen en marcha un plan de expansión para abrir a otros barrios de la ciudad, y en 2023 cerraron una ronda de financiación de 1,5 millones de euros, con el fundador de Desigual, Thomas Meyer, liderando la inversión.Hasta ahora, la previsión del cierre del último año es de un aumento de facturación del 47%, pasando de 542.000 euros a más de 800.000.~BK_SALTO_LINEA ~