Mundial de Qatar

El latido de Messi y de Argentina no para: triunfo vital y clasificación

El conjunto argentino pasa como primero de grupo y se enfrentará a Australia, y Polonia, que se clasifica por los pelos, a Francia

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Leo Messi celebra el gol de Julián Álvarez

BarcelonaSolo era el tercer partido de la fase de grupos, pero Argentina saltaba al césped como si fuera una final. Dos gigantes, uno con pasado azulgrana, Leo Messi, y el otro de presente, Robert Lewandowski, frente a frente. Dos capitanes con la responsabilidad de guiar a sus países, dos leyendas del fútbol. Solo era el tercer partido de la fase de grupos, pero era un enfrentamiento para vivir con los nervios a flor de piel. Argentina, un país fracturado por una economía fluctuando constantemente y un futuro difícil de presagiar, late al ritmo de Messi, al ritmo del quinto y último Mundial del 10, del heredero constantemente comparado con Maradona.

Messi lo es todo, Messi encarna todo un país, Messi carga en sus hombros una ilusión que era plasmada por los cánticos constantes de la numerosa afición albiceleste desplazada a Catar. Y, por fin, Messi pudo respirar aliviado: Alexis Mac Allister remató, mordido, un pase preciso de Nahuel Molina al corazón del área y abrió la lata, la fiesta se desbocaba. Argentina había hecho lo más difícil, romper el 0-0 del marcador inicial y situarse primera de grupo mientras las alarmas se trasladaban al lado polaco porque México ganaba a Arabia Saudí. Argentina se acabaría imponiendo sin sufrir (0-2) y se enfrentará a Australia en los octavos, mientras que Polonia, por los pelos, se clasifica como segunda con mejor diferencia de goles respecto a México, que sumó una victoria insuficiente ante Arabia Saudí (1-2). Los polacos se las verán ahora con Francia.

El gol de Mac Allister llegó cuando apenas se había disputado solo un minuto de la segunda mitad. No fue el mejor chut del joven futbolista del Brighton, pero los mejores remates siempre son los que acaban entre los tres palos. Y era un gol que dejaba en el olvido el penalti, regalado después de la revisión del VAR, a un Messi que chutó con potencia y fe pero que Tomasz Szczęsny le había parado en el primer tiempo. Hasta ayer, el portero polaco estaba imbatido.

Lewandowski y Messi saludándose antes del partido entre Polonia y Argentina.

Pero contra Argentina, Szczęsny sucumbió. Después del gol de Mac Allister, el conjunto de Lionel Scaloni dejó de sufrir para empezar a disfrutar y Julián Álvarez (22 años) firmó el segundo. Esta vez sí, un golazo, una rosca imposible, de aquellas que acaban con un beso cinematográfico a la red. El joven atacante del Manchester City recompensó así su titularidad en detrimento de Lautaro Martínez.

Con el segundo gol, los jugadores de Argentina ya podían respirar: tener todo un país de más de 45 millones de habitantes pendiente de ti puede ser una prisión, pero también una de las sensaciones más mágicas que pueden vivir un grupo de escogidos cuando las cosas salen bien. Y Argentina, que había empezado la Copa del Mundo perdiendo contra Arabia Saudí, vivió ayer un baño de confianza descomunal. Messi y compañía siguieron atacando, mientras Polonia, con un Lewandowski demasiado aislado, era un saco de nervios: si México marcaba más goles o Argentina les volvía a batir, quedarían eliminados. Pero la fortuna sonrió a argentinos y polacos.

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