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Un loft entre el trabajo y la vida: un proyecto que difumina los límites convencionales

Blurring 2 Attics (Poblenou, Barcelona). Estudio Bajet Giramé, fundado por los arquitectos Maria Giramé y Pau Bajet

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Blurring 2 Attics.

El proyecto de reforma de un sobreático en un edificio industrial de Poblenou no se explica desde la convencionalidad. No es una intervención con un resultado convencional ni por el concepto ni mucho menos por la distribución de los espacios. En un ejercicio de experimentación que va desde la arquitectura hasta el diseño de la inmensa mayoría de los elementos que se encuentran, el estudio Bajet Giramé, fundado por los arquitectos Maria Giramé y Pau Bajet, ha logrado diluir los límites tradicionales entre la arquitectura para el trabajo y la destinada a la vida.

Pero no sólo difumina estas fronteras. El concepto de loft en el que se basan, como “paradigma de la libre apropiación del espacio” –según explican los arquitectos–, promueve una convivencia real entre los lugares de intimidad y los que son por compartir. O quizás todos son para compartirlos hasta que se decide mover un simple elemento, un elemento ligero, y hacer un rincón de privacidad.

Esta reforma promueve una convivencia real entre los lugares de intimidad y los que son por compartir
Lo que era una planta industrial diáfana pertenece ahora a dos propietarios y son dos estudios interconectados
Los fregaderos ideados por Huguet y Bajet Giramé optan a uno de los premios de diseño ADI-FAD 2024.

Blurring 2 Attics –así se llama el proyecto de intervención en un octavo piso que en el pasado fue una imprenta– desdibuja incluso el concepto de la propiedad. De hecho, lo que era una planta industrial diáfana, sin perder esta connotación, pertenece ahora a dos propietarios y son dos estudios interconectados que fortalecen este sentido de compartir. Ámbitos abiertos para trabajar, zonas de estar más abiertas todavía, espacios para dormir que pueden quedar a la vista o no, otros para cocinar, para jugar o para comer, nada en este proyecto se delimita por paredes y umbrales fijos, como ocurre habitualmente. La intersección de los espacios hace que todas estas funciones y otras que se le quieran dar se sucedan entre muebles de madera que pueden entenderse como separadores pero también como elementos de unión, y entre cortinas que se abren o se cierran cuando se quiere una esfera de intimidad.

En la reforma se han utilizado bloques de hormigón vistos colocados en sentido vertical para conseguir un aspecto más textil que, en realidad, es un revestimiento

Cuentan los de Bajet Giramé que han girado la planta hacia el exterior al tiempo que aislaban el interior de los vecinos. Lo han hecho con bloques de hormigón vistos colocados en sentido vertical para conseguir un aspecto más textil, más envolvente, para un no-muro que, en realidad, es un revestimiento. Y explican que, más allá de esto, la intervención en el interior es una constelación de elementos. Tales como los muebles de madera –porque en este sobreático no hay paredes, hay muebles–, que están diseñados para cumplir unas funciones concretas y cortados con procesos de gran tecnificación. Tales como las cortinas, que no sólo matizan la entrada de sol por una fachada que se ha convertido en cristal, sino que se pueden hacer correr para modificar los espacios y delimitarlos con un sistema que rehuye toda rigidez y que quiere ser siempre modificable. Y como el mobiliario de acero inoxidable –el de la cocina, el de la barbacoa de la terraza...–, que también se ha pensado y hecho para el sitio con sistemas constructivos muy contemporáneos, precisos, y que es extremadamente ligero.

En este proyecto existe una mezcla de sencillez –de los materiales, de los usos, de la circulación, todo libre– y sofisticación del concepto y en algunos casos de las formas

Al fin y al cabo, en los dos estudios que comparten este sobreático reina una curiosa mezcla de sencillez –de los materiales, usos, circulación, todo libre– y sofisticación del concepto y en algunos casos de las formas. Sirvan de ejemplo, en ambos baños, las picas SAC, que ideadas por Bajet Giramé y producidas por Huguet tienen externamente la forma que les ha dado un encofrado hecho con el saco del mismo cemento con el que se fabrican, mientras que dentro luce el terrazo. Estos fregaderos, ahora mismo, optan a uno de los premios de diseño ADI-FAD 2024.

Incorporar el exterior como espacio del interior

En un proyecto que se caracteriza por una porosidad más que manifiesta, los arquitectos de Bajet Giramé también han querido que el exterior, la inmensidad del exterior, entre en un espacio interior que también es muy generoso. Así lo explica Maria Giramé, que hace hincapié en este giro del programa: en vez de hablar de un tráfico desde el interior hacia fuera, se hace el camino a la inversa. Se integra la contemplación de la ciudad en la vida diaria, la imagen cambiante y la luz según las horas y días. Para ello se liberó la fachada y se recuperó la terraza de este sobreático, que en su vida anterior, como imprenta, estaba desperdiciada. Ahora, este espacio exterior de 60 metros cuadrados, mucho más largo que ancho, contribuye a la conexión de todos los espacios y también a la eliminación de los límites convencionales de la propiedad. Un escalón antes de las grandiosas vidrieras que son hoy la fachada es también un elemento que hace que la panorámica de la ciudad se convierta en un portentoso escenario vital y siempre dinámico.

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