Mbappé y el futuro de Francia

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Mural pintado en una fachada a Bondy.

Francia se juega su futuro inmediato en las legislativas que se celebrarán el próximo 30 de junio, en primera vuelta, y el 7 de julio, en segunda. Son unas elecciones convocadas por el presidente, Emmanuel Macron, tras el descalabro de su partido en las elecciones europeas y de la victoria de la extrema derecha de Marine Le Pen. El objetivo de Macron era provocar un choque a la sociedad francesa para que tomara conciencia del peligro que supondría una Francia gobernada por Reagrupament Nacional y reaccionara con una asistencia masiva a las urnas para parar los pies en los ultras. Y en ese objetivo ha contado con un aliado inesperado en la figura de Kylian Mbappé, estrella de la selección francesa fichada por el Real Madrid, y que provocó un terremoto político cuyas declaraciones llamaba a votar "contra los extremos" y advertía que , según sea el resultado, ya no podría llevar con orgullo la camiseta bleu.

Para entender el impacto de las palabras del jugador de fútbol, ​​la corresponsal del ARA en París, Laia Forès, ha visitado su población de origen, Bondy, situada en el departamento del Sena Saint-Denis. Allí, como era de esperar, Mbappé es un héroe entre jóvenes y niños, la mayoría de origen africano, y también un referente para la gente mayor. De hecho, la extrema derecha no saca demasiados buenos resultados. En las pasadas elecciones europeas la formación ganadora fue la Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, con un 45,7% de los votos, mientras que RN sacó tan sólo el 16,7%. Pero un vistazo al mapa de resultados permite ver cómo Bondy, y por lo general toda el área de París, es una excepción en una geografía electoral dominada por los ultras. Lo positivo es que las palabras de Mbappé parecen haber despertado a una parte de la población, los jóvenes, que no se sienten interpelados por la política. Es un fenómeno que ya se ha visto en Estados Unidos con los llamamientos de Taylor Swift a votar contra los republicanos.

Y es que lo que está en juego en Francia no son sólo determinadas políticas migratorias, sino algo más importante y que apela a los valores republicanos y, en última instancia, europeos. Los discursos lepenistas, al igual que los de Vox o Aliança Catalana en casa, lo que buscan es enfrentar a unas comunidades con otras, a los recién llegados con los autóctonos, y convertir estos discursos de odio en su combustible electoral. Lo que dicen Mbappé y otros futbolistas como Marcus Thuram o el exazulgrana Thierry Henry es que la selección francesa representa exactamente lo contrario, la convivencia y la unión bajo unos mismos valores, con independencia de los orígenes culturales y el color de la piel. ¿Con qué cara podrían estos futbolistas ponerse la camiseta azul de nuevo si el gobierno de su país no los considera franceses por completo? La cuestión de la inmigración debe ser tratada con todo el rigor posible y sin rehuir debates incómodos, pero siempre con el límite del racismo o la xenofobia, respetando el principio más republicano de todos, que es que todos los ciudadanos son iguales.

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