Memphis Depay: un león sin colmillos en el Barça

En la Ciutat Esportiva ven al neerlandés "fundido físicamente": ha jugado todos los minutos en la Liga y su rendimiento ha caído

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Memphis Depay

BarcelonaUn dato demoledor hace patente la cruda realidad del Barça de Ronald Koeman: los cuatro partidos exigentes de esta temporada han acabado en derrota. No han sido derrotas por la mínima con el equipo cerrando a los rivales hasta el último minuto, sino muestras de inferioridad que patrocinan otro parcial que no es motivo para fiestas: diez goles en contra y solo uno a favor, el que marcó Agüero en el minuto 97 del clásico del domingo. "El Barça ya no tiene jugadores del nivel y la efectividad de antes", sentenció el secretario técnico, Ramon Planes, después de caer contra el Madrid en el palco del Camp Nou. El leridano es, de momento, el encargado de ofrecer la visión institucional cuando los árbitros silban el final. Así lo ha decidido la nueva gerencia del club, que prefiere no quemar figuras asociadas a la llegada de Joan Laporta –como Mateu Alemany, Jordi Cruyff o Rafael Yuste– en los pospartidos, que es cuando puede hervir la sangre. Son tiempos ingratos en materia deportiva, complicados para defender en caliente un proyecto que todavía arrastra la mala gestión de la junta de Bartomeu.

La sinceridad de Planes, que resiste en el Barça gracias a su oficio en los despachos, evoca los números estratosféricos de Leo Messi y Luis Suárez y la nada despreciable aportación de Antoine Griezmann. También retrata la escasa contribución de la delantera de hoy en día, marcada por la lesión de Ansu Fati, la baja de larga duración de Ousmane Dembélé, las dudas con Luuk de Jong y la veteranía del Kun Agüero. Todos estos asteriscos tenían que ser compensados con la irrupción de Memphis Depay, heredero del dorsal 9 y, sobre el papel, un atacante solvente para motivar a la parroquia en la era post-Messi. A pesar de llegar libre de traspaso, el neerlandés fue presentado con honores de estrella en el Camp Nou y causó una excelente impresión en los amistosos de pretemporada y en los primeros partidos oficiales. Aun así, cuando el calendario se ha puesto cuesta arriba, su rendimiento ha bajado en picado. No marca de jugada desde finales de agosto, cuando sumó un gran gol en la victoria contra el Getafe (2-1). Sus últimas dos dianas de azulgrana han sido de penalti (Levante y Valencia).

"Está fuera físicamente y necesita descansar", aseguran desde Sant Joan Despí, donde se observa que Memphis es víctima del calendario y de las dificultades para adaptarse a las necesidades colectivas. Si bien Koeman era su principal valedor, el delantero no acaba de encontrar la manera de ser decisivo. Acusa la falta de un patrón establecido en ataque (del juego directo contra el Granada a los intentos posicionales en Cádiz o el Wanda) y las dudas de los técnicos con el sistema. Ha hecho de referencia en un tridente, de ariete con Luuk de Jong en un 3-5-2 y de extremo izquierdo. En el clásico, igual que en el partido contra el Dinamo, jugó en la banda, donde firmó otra actuación discreta. Fue incapaz de desbordar a Lucas Vázquez, que no es defensa, y perdió un total de 16 pelotas. Una de ellas, en el minuto 32, supuso el golazo de Alaba y puso de manifiesto su poco ánimo defensivo: el marcador del Madrid llegó al área de Ter Stegen sin que nadie lo persiguiera.

Una carga insólita en su carrera

Memphis ha sido titular en los 12 partidos oficiales del curso entre Liga y Champions y solo ha dejado de jugar 15 minutos el día del Dinamo. La carga es considerable. De entrada, porque no hay ningún otro jugador de la plantilla que haya jugado tanto como él. Pero también porque ni siquiera el propio implicado está acostumbrado a tener tanta tralla a principios de temporada. Así lo demuestran sus números en el Olympique de Lyon. La pasada campaña no completó seis de los nueve primeros partidos de liga, si bien es cierto que venía de una lesión en la rodilla. Los tres cursos anteriores en Francia tampoco tuvo el protagonismo que le está dando ahora Koeman. "En Lyon solía jugar más en punta, pero nunca ha sido un jugador regular. Era un gran delantero para el Lyon, pero el Barça es otra cosa. Memphis no puede liderar un ataque que en los últimos años ha tenido a Messi", asegura Antoine Donnarieix, periodista de So Foot. El tiempo y las compañías dirán si el neerlandés encuentra la manera de afilar los colmillos en el Camp Nou. De momento, el león está más bien mustio.

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