De Mercedes a Carme: las doce mujeres asesinadas por la violencia machista en 2022

BarcelonaAsesinadas a manos de su pareja, ex pareja, padre, hermano o hijo. Algunas de ellas ya los habían denunciado, otras no lo habían hecho o no se habían atrevido por miedo a represalias. Las circunstancias y las edades de las víctimas son diferentes, como también su origen, pero todas tienen en común que han pasado a formar parte del trágico recuento de feminicidios del 2022. Son 12 las muertes que este año ha dejado la violencia machista en Catalunya según el recuento de la Generalitat, que incluye cualquier homicidio de un hombre sobre una mujer, sin que se haya tenido que dar en el ámbito de la pareja. Tras la cifra hay nombres y vidas segadas.

La primera mujer asesinada por violencia machista de este año fue Mercedes, de 51 años. Vivía en Martorell (Baix Llobregat) con su pareja, de 52 años y con el que no tenían hijos en común. No constaban antecedentes ni denuncias previas, pero esto no impidió que el 19 de febrero él le pegara hasta la muerte. La Policía Local encontró el cadáver en el domicilio de los dos y detuvo al hombre, que fue enviado a prisión provisional.

Julia, de 53 años, desapareció en 2012 en Olesa de Montserrat (Baix Llobregat) y durante 10 años nadie supo nada de ella. Ninguno de sus familiares, muchos de los cuales vivían en otros puntos del Estado, denunció inicialmente la desaparición, pero hace meses uno de ellos informó del caso a la Guardia Civil. El 3 de marzo de este año finalmente encontraron los restos de su cuerpo, con signos de haber sufrido una muerte violenta, debajo de un cubierto de la finca donde vivía con su hermano, que fue detenido y enviado a prisión provisional.

El 4 de marzo se localizó el cuerpo de María Carmen, de 55 años, en un contenedor en la Granada, en el Alt Penedès. Era de Sant Sadurní d'Anoia, tenía seis hermanos y cuatro hijos con dos hombres diferentes, pero fue una tercera pareja de 51 años quien la acabó asesinando. De hecho, él tenía antecedentes por violencia machista y una orden de alejamiento de la víctima, que lo había denunciado por malos tratos. Los Mossos detuvieron primero a un hermano de María Carmen (45), que es quien depositó su cuerpo descuartizado al contenedor, pero en mayo también arrestaron a la ex pareja como autor material del crimen. Se decretó prisión preventiva para los dos.

Ivet tenía 25 años y vivía en el barrio del Clot de Barcelona. Tenía un hijo de 7 años fruto de la relación con su ex pareja, de 33, al que ella había denunciado por amenazas. De hecho, tenía pendiente ratificar la denuncia ante los juzgados cuando el 21 de marzo él la mató. Posteriormente, confesó el crimen a la Guardia Urbana y fue detenido. En el domicilio de Ivet, que había iniciado una relación sentimental con otro hombre, se encontró su cuerpo en la cama con señales de una muerte violenta.

Maria Rosa, de 81 años, vivía en un bloque junto a la entrada principal del centro comercial de la Vila Olímpica de Barcelona, donde también residía su hijo, de 51 años. Fue él quien la madrugada del 7 de abril llamó a los Mossos para informar de la muerte de su madre. La había matado de una paliza después de años de aislarla y someterla a malos tratos constantes. La policía catalana, que confirmó los antecedentes, lo detuvo.

La madrugada del 15 de abril los Mossos recibieron un aviso de una agresión de un hombre a una mujer en un domicilio de Vilanova del Camí (Anoia). Ella era África, que tenía 44 años y dos hijos, y él su pareja actual, de 42 años y del que se estaba intentando separar. La escena fue presenciada por una hija de ella. Cuando los agentes llegaron, la víctima presentaba varias lesiones y fue trasladada en estado muy grave al hospital, donde acabó muriendo. El asesino, contra el que no constaban denuncias por violencia machista, fue detenido. El juez decretó su encarcelamiento provisional.

Natalia y Varvara, de 53 y 18 años, eran madre e hija y fueron asesinadas el 19 de abril mientras dormían en su domicilio en Lloret de Mar (la Selva). Quien las mató era su marido y padre, de 55 años, que posteriormente se colgó en el jardín de la casa. La familia era de origen ruso y residía en Francia, pero viajaban a menudo y estaba empadronada en Lloret. Fue un segundo hijo del matrimonio de 22 años quien, desde Francia, dio la alerta porque no conseguía contactar con ellos.

Margarita tenía 51 años cuando su hijo le clavó una cuchillada en el cuello. Fue el 16 de junio, después de que mantuvieran una discusión en su casa en Maçanet de la Selva. Cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar de los hechos no pudieron hacer nada para salvar la vida de la víctima. El asesino, de 30 años, huyó a una masía familiar y los Mossos lo localizaron horas más tarde en Massanes, donde lo detuvieron. El día antes de los hechos fue a urgencias psiquiátricas al hospital Santa Caterina, pero no lo ingresaron.

El 21 de septiembre Anna, de 21 años, apareció muerta en el piso de su pareja, en Campdevànol (Ripollès). Había sido torturada y asesinada por él, que tenía 30 años y fue quien llamó a los servicios de emergencia asegurando que la víctima había muerto de una caída en bicicleta. Desde hacía un año, sin embargo, la había sometido a un infierno de malos tratos físicos y psicológicos y la había intentado aislar de su entorno. El chico, de hecho, tenía antecedentes por conductas parecidas con parejas anteriores y fue detenido por los Mossos.

Uno de los casos más recientes trascendió el 16 de diciembre pasado. Los Mossos localizaron el cuerpo de Irina Mihaela, de 34 años y madre de cinco hijos, en el trastero de su piso en Lleida. Llevaba desaparecida cinco días, desde el 11 de diciembre, y la policía había publicado su imagen para intentar encontrarla con la ayuda de la colaboración ciudadana. El cadáver presentaba señales de violencia y se detuvo al marido de la víctima, de 40 años, al que Irina ya había denunciado por malos tratos. En 2019 se dictó una orden de protección, pero después del juicio, un año después, el hombre quedó absuelto porque ella renunció a declarar.

El último asesinato machista del año en Catalunya tuvo lugar el 26 de diciembre en Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental). Los Mossos detuvieron a primera hora a un hombre de 69 años como presunto autor del asesinato de su pareja, Carme, que tenía 88. El cuerpo apareció en su piso con señales de violencia, después de que él mismo avisara los servicios de emergencia y antes de que fuera detenido.