Historias de espías

Las mil identidades del espía que inspiró a James Bond

Sidney Reilly se casó cuatro veces, trabajó por diferentes bandos y en los últimos años de vida se obsesionó con matar a Lenin

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El espacio británico Sidney Reilly

BarcelonaIan Fleming, el escritor que trabajó en el servicio de inteligencia británico y creó el personaje de James Bond, siempre le preguntaban en qué espía de verdad se había inspirado. Y él decía que lo había soñado; se hacía el despistado. Sin embargo, los que le conocían siempre explicarían que Fleming se inspiró en el relato de su amigo Robert Bruce Lockhart, que había hecho de espía en Rusia, y le habló de las aventuras de Sidney Reilly, uno de los más espías británicos misteriosos.

De Reilly sabemos cómo acabó, pero no sabemos mucho de dónde surgió. Hay quien dice haber nacido con el nombre de Zigmund Markovich Rozenblum en 1874 en la ciudad ucraniana de Odessa, en una familia judía. Ésta parece ser la teoría más lógica, aunque algunos investigadores dicen que habría sido el hijo de una relación extramatrimonial del primo de su padre, por lo que la crió la misma familia. Quién sabe. Durante su vida, él mismo daría muchas versiones distintas a sus raíces. Unas veces era hijo de un marinero irlandés y otros de un aristócrata ruso cercano al zar Alejandro III. Su nombre aparece en documentos de la policía zarista, la temible Okhrana, que le detendrá en 1892 por estar involucrado en grupos de izquierdas contrarios a la monarquía. Fue detenido pero no fue condenado, lo que podría indicar que, realmente, ya era un agente infiltrado en círculos revolucionarios. Es decir, trabajaba por Okhrana. Sin embargo, poco después abandona Odesa. Al parecer, cuando descubrió que su padre no era su padre en serio, decide romper con su familia. Al poco habría fingido su muerte simulando que se ahogaba en el puerto de la ciudad, cuando realmente se escondió en un barco británico.

Así llegó a Brasil, donde adoptaría el nombre de Pedro, y donde realizaría todo tipo de trabajos, uno de ellos en una plantación de plátanos. En ese país se enrolaría en un barco británico que salía a hacer una expedición por el interior del Amazonas, donde serían atacados por indígenas. Y sería Pedro, es decir, Zigmund, quien ahuyentaría a los atacantes demostrando su valor. La suerte le sonrió, ya que en esa expedición iba un espía británico que buscaba conseguir información sobre los recursos naturales de Brasil. Éste lo recomendaría a sus superiores y así, a finales del siglo XIX, llegaría a Londres con un pasaporte británico y un nuevo nombre: Sidney Rosenblum. ¿Qué historia, verdad? Por supuesto, hay quien dice que se la inventó y que en realidad llegó a Londres en 1895 proveniente de Francia y acompañado de un amigo polaco, Yan Voitek, con gran suma de dinero en los bolsillos. Según esta teoría, ellos habrían asesinado a dos anarquistas italianos, a los que habrían robado el dinero que tenían para organizar atentados. Por si fuera poco, la inglesa Ethel Lilian Boole, que entonces vivía en París, escribiría un libro en 1897 contando la historia de un joven judío de Odessa que finge su muerte y que viaja a Brasil, donde vive aventuras, y termina en París... donde asesina a dos anarquistas. Lilian Boole había sido amante de Reilly, tal y como quedó documentado con unas cartas que se encontraron en un archivo en el 2006.

Sea como fuere, por fin lo tenemos en Londres, donde se casará con la viuda de un hombre rico, Hugh Tomas; hay quien dice, que después de envenenarle. En Inglaterra, Sidney tenía una empresa de medicamentos, pero con el cambio de siglo conoce al jefe de Scotland Yard, William Melville, que le recluta oficialmente como espía. Los británicos necesitaban buenos espías en Rusia, así que le dan una nueva identidad: por primera vez se llama oficialmente Sidney Reilly y marcha a San Petersburgo, ciudad en la que entra a formar parte de círculos aristocráticos y conoce militares, justo antes de la guerra entre el Imperio Ruso y los japoneses. Y de hecho, el general japonés Akashi Motogiron le capta y pasa a ser espía a dos bandas: para los británicos y los japoneses, y consigue los planes de la fortaleza de Port Arthur, en Extremo Oriente, que serán claves para dar a los nipones un triunfo sonado en 1904. Reilly fue a vivir a Manchuria durante unos años antes de la guerra. Allí se hizo pasar por un industrial de la madera, y se convirtió en una pieza clave de la inteligencia nipona. Él, que seguramente había empezado como agente de los rusos, era ahora un enemigo. Había descubierto la vida de espía y valiente como era. Ya no podía parar.

La última boda de Sidney Reilly, espía británico

Aparece en Persia y consigue información clave para que los británicos se queden los primeros pozos de petróleo de la zona o roba los planes de los primeros aviones de guerra alemanes de los Krupp durante una feria en Fráncfort. El mundo estalló con la Primera Guerra Mundial y gente como él tiene un gran valor, por supuesto, aunque un informe de los británicos de la época lo define como "peligroso". "Le gusta demasiado el dinero y el poder, no es fiable". Es decir, sospechaban que pudiera cambiar de bando en función de la cifra que le pagaran. Pero en plena guerra mundial, hombres como él hacen en agosto. Lo encontraremos viviendo en Nueva York, donde cobra comisiones comprando y vendiendo armas a los alemanes. Es decir, a los enemigos de los británicos. Tras esta transacción, informaba a Londres de lo que había vendido y qué ruta seguiría el pedido en cuestión. Además, se casa con una actriz, Nelly Louis Burton, que en los escenarios se hacía llamar Pepita Bobadilla. Miles de personas morían en la frente, mientras él estaba a fiestas en Estados Unidos con una de las cuatro mujeres con las que se casó. Sin embargo, en 1916 vuelve a estar en Europa, donde llega a conocer Winston Churchill, que le recomendará para volver a la acción. Como hablaba alemán, comienza a realizar operaciones detrás de las líneas enemigas. Y en 1917 estalla la Revolución Rusa, y vuelve a Rusia, y no queda claro si va por iniciativa propia o si se lo envían. Sabemos que se convertirá en el azote de los bolcheviques, a los que odia, y llega a falsificar documentos como una supuesta carta de Zinóviev, uno de los líderes comunistas, en la que habla de provocar un golpe de estado en el Reino Unido. Es la época en la que trabaja con Robert Bruce Lockhart y con el famoso terrorista ruso Boris Savinkov, quien dejó unas memorias en las que explica cómo pasa de atentar contra el zar a ser contrario a los bolcheviques. Reilly ayudará a conseguir armas en los ejércitos blancos contrarios a los rojos, falsifica moneda e idea ataques. De hecho, se obsesiona con asesinar a él mismo Lenin, pero no saldrá adelante. Hay quien dice estaba detrás del atentado que cometió Fanny Kaplan contra Lenin, al que logró disparar. Pero no hay pruebas. Después de entrar y salir de Rusia varias veces, en 1925 los bolcheviques finalmente le pillan atravesando la frontera de Finlandia. Tras ser interrogado y torturado, será ejecutado en 1925 por órdenes de Stalin.

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