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Miquel Camps: “En los negocios deben ahogarse los delirios de grandeza”

Gerente de Miquel Camps, empresa centenaria dedicada a la adecuación de locales comerciales

Marc Amat
2 min
Miquel Camps: “En los negocios deben ahogarse los delirios de grandeza”

Son una empresa centenaria. Bien, ¿cuándo levantaron la persiana?

Pues no tenemos ni idea, pero conservamos carteles y placas que nos aseguran que, como mínimo, ya acumulamos más de cien años de vida. De hecho, el negocio lo empezó mi bisabuelo y, desde entonces, ya ha pasado por manos de mi abuelo y de mi padre. Desde hace quince años, yo llevo las riendas.

Empezaron haciendo lámparas artesanales y ahora condicionan locales comerciales de grandes marcas internacionales, como Mango, H&M o Nike. Sin duda se trata de un cambio abismal.

Sí, pero se ha ido cociendo a través de cuatro generaciones. Hace más de un siglo, mi bisabuelo decidió abrir un pequeño taller en el centro de Barcelona. En él fabricaba lámparas, pero también bobinados de motor. Cuando se hizo mayor, mi abuelo cogió el relevo y trasladó la empresa a Sant Vicenç dels Horts, donde ahora tenemos la sede. Todo se profesionalizó. Al cabo de unos años, mi padre decidió dar un paso más y explorar un nuevo mercado: la adecuación de oficinas bancarias. Trabajábamos para 30 entidades distintas. Les pasábamos el cableado, nos encargábamos de la iluminación, de la fontanería... Como cada municipio tenía un montón de sucursales, el negocio era redondo. Pero en 2004 me di cuenta de que estábamos cometiendo un gran error: ya teníamos un 79% de nuestra facturación que provenía de este sector. Había que diversificarnos urgentemente.

Y fue en ese momento cuando viraron hacia el mundo del comercio.

Exacto. Si no lo hubiéramos hecho, con el estallido de la crisis -y el consecuente cierre de sucursales- quizá habríamos tenido que bajar la persiana. Siempre es necesario salir de las zonas de confort antes de que sea demasiado tarde. Desde entonces nos hemos hecho un sitio dentro del sector de la adecuación de tiendas de marcas internacionales como Calzedonia, Reebok o Burberry. Nos encargamos de acondicionarles los locales: desde instalar el sistema eléctrico y la fontanería hasta extender todo el cableado informático. Tenemos 80 trabajadores y realizamos cientos de proyectos cada año.

¿Cuánto facturan?

En 2016 lo cerramos facturando cerca de 8 millones de euros, un 25% más que el año anterior. Eso sí: crecimos en volumen de ventas pero no en margen de beneficio. El panorama ya está reactivando, pero durante la crisis estuvimos en números rojos durante tres años. El escenario era desesperante: nos esforzábamos por hacer el trabajo bien hecho, pero las grandes marcas simplemente habían dejado de invertir. Si se les estropeaba alguna máquina, simplemente no la reparaban. Cuando ocurren cosas así sólo puedes mantener la cabeza fría, seguir picando piedra y aguantar.

Dice constantemente que trabajan con marcas internacionales pero, en cambio, todavía no se han atrevido a dar el salto al exterior. ¿Por qué motivos?

Hay sectores en los que internacionalizarse es clave, pero nosotros no queremos dar este paso: somos muy buenos trabajando en Cataluña. Nos hemos convertido en la empresa de referencia de estas grandes marcas y preferimos seguir centrando esfuerzos en nuestro país. En los negocios debes saber siempre en qué liga juegas y ahogar los delirios de grandeza: no siempre hay que salir fuera, pero si se quiere dar el paso, calibrarlo muy bien. Hay empresarios que van como una moto y no calculan los riesgos que tiene aventurarse en un mercado que no conoces.

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