En octubre del 2018 empecé a escribir artículos de opinión en este suplemento. El primero de mis escritos iba dedicado a la celebración del año de la votación en el referéndum de autodeterminación y hasta hoy, una vez al mes, quizás con alguna pausa, he escrito en cuatro líneas mi opinión de temas tan diversos como el reciclaje, la política municipal, la psicología, la maternidad, sobre el mundo literario y tantos otros. No me ha sido sencillo poner en palabras lo que se me ocurre, ni tampoco sintetizar temas complejos. Pero como opinadora de todo debo decir que me lo he pasado muy bien y he aprendido muchísimo.
Esta oportunidad me ha ayudado a entender un poco más cómo veo el mundo ya posicionarme sobre algunos temas cotidianos. "El postito" no ha tenido más pretensión que compartir con todas las lectoras y lectores que lea esta columna mi punto de vista sobre lo que nos toca de cerca. Hoy pongo fin a esta experiencia que me ha permitido desahogarme como he querido sin ningún tipo de restricción y que me ha ayudado a resumir y ordenar pensamientos de temas que me preocupan y ocupan. No es sencillo opinar porque tengo la sensación de que corres el riesgo de ofender, pero, del mismo modo, puedes hacer reflexionar sobre lo que quizás pasa desapercibido. Me gustaría haberlo logrado. Quiero dar las gracias a los que ha confiado en mí por dejarme este espacio para decir la mía ya todos vosotros para dedicar su tiempo a leerme.