Cine

Oscars 2023: triunfa la locura maravillosa de 'Todo a la vez en todas partes'

Michelle Yeoh gana el Oscar a mejor actriz y Brendan Fraser el de mejor actor en una gala sin sorpresas

7 min
Los directores Daniel Kwan y Daniel Scheinert con Oscar a mejor película por 'Todo a la vez en todas partes'

BarcelonaTodo a la vez en todas partes ha hecho buenos los pronósticos de las últimas semanas y ha ganado este lunes el Oscar a la mejor película, así como los de mejor dirección y guion original (Dan Kwan y Daniel Scheiner), actriz (Michelle Yeoh), actriz de reparto (Jamie Lee Curtis), actor de reparto (Ke Huy Quan) y montaje. Siete premios que hacen historia porque en las 95 ediciones anteriores no hay ningún film ganador con un sentido del humor tan extravagante y una trama tan absolutamente delirante. Su éxito es una locura maravillosa que desafía las leyes no escritas de los Oscars y, por eso mismo, un resultado apropiado para una película en la que los personajes activan sus poderes haciendo acciones sumamente improbables como por ejemplo esnifar una mosca o clavarse en el ano un trofeo con forma de tapón anal.

Que Todo a la vez en todas partes, de la productora independiente A24, haya arrasado en los Oscars era impensable cuando se estrenó hace un año e incluso ahora resulta tan increíble que, en el contexto de la película, supondría que no estamos en nuestro universo sino en una realidad paralela donde, por algún motivo, los Oscars premian películas que mezclan de manera suicida el drama familiar, las artes marciales, la ciencia-ficción hardcore y la comedia absurda. La gran paradoja es que una película así fuera también la gran favorita de esta edición, como apuntaban sus once nominaciones y el triunfo en todos los premios de los sindicatos cinematográficos.

Es cierto que, a su manera, Todo a la vez en todas partes toca las teclas adecuadas para gustar en el contexto actual del cine norteamericano gracias a su feminismo –mujer protagonista en un género masculinizado como el cine de acción y la ciencia-ficción–, la representación de minorías étnicas –los protagonistas son de origen asiático– y la inclusión de personajes LGTBI. Aun así, es notable el entusiasmo de la crítica norteamericana, del público –70 millones en taquilla– y, finalmente, de los académicos por una película tan extrema en su planteamiento que no hace concesiones. Pero hay que celebrar el éxito porque abre la puerta al reconocimiento del cine que abraza sin complejos los géneros y la serie B, que reivindica la diversidad cinematográfica y la mezcla caótica de imágenes y estímulos en que vivimos.

Michelle Yeoh, mejor actriz, y Jamie Lee Curtis, mejor secundaria

El Oscar más esperado –y aplaudido por el público de la gala– de Todo a la vez en todas partes ha sido seguramente el de Michelle Yeoh como actriz principal. La veterana estrella del cine de acción de Hong Kong, desaprovechada por la industria norteamericana durante décadas, se ha convertido a los 60 años en la actriz de moda de Hollywood. "Señores, no dejéis nunca que nadie os diga que vuestro momento ya ha pasado", dijo Yeoh, que dedicó el premio a su madre, de 84 años, "y a todas las madres del mundo": "Sin ellas no estaríamos aquí".

Michelle Yeoh: "Señores, no dejéis nunca que nadie os diga que vuestro momento ya ha pasado"

Pero quien mejor ha resumido qué significa la victoria de Todo a la vez en todas partes ha sido la gran Jamie Lee Curtis, que ha ganado el Oscar a mejor actriz secundaria con su primera nominación después de una carrera brillante que arrancó en los 70 como icono del terror con Halloween. La actriz subrayó la dimensión colectiva del premio en uno de los discursos más emocionantes de la noche. “A todo el mundo que ha apoyado las películas de género durante todos estos años: ¡hemos ganado un Oscar! Y a mi padre –Tony Curtis– y mi madre –Janet Leigh–, que estuvieron nominados: ¡hemos ganado un Oscar!”

Brendan Fraser, mejor actor, y Ke Huy Quan, mejor secundario

En las categorías de interpretación, los Oscars han distinguido a dos actores, Brendan Fraser (protagonista) y Ke Huy Quan (secundario), que llevaban décadas de capa caída. De hecho, Quan abandonó la interpretación en los 90, incapaz de dar continuidad a su carrera de estrella juvenil en films como Indiana Jones y el templo maldito –él era el socio de Harrison Ford– o Los Goonies. Su papel en Todo a la vez en todas partes, donde interpreta a un padre de familia y las dos versiones más carismáticas de realidades paralelas, era el primero que hacía después de casi treinta años de no actuar. “Mi viaje empezó en un barco, pasé un año en un campo de refugiados y, de alguna manera, he acabado aquí. ¡Es el Sueño Americano!”, dijo Quan, que nació en Vietnam y emigró de niño a Estados Unidos con la familia.

Ke Huy Quan: “Mi viaje empezó en un barco, pasé un año en un campo de refugiados y, de alguna manera, he acabado aquí. ¡Es el Sueño Americano!"

Ke Huy Quan coincidió con Brendan Fraser en 1992 en la comedia El hombre de California, el primer éxito de la carrera de Fraser, que en los últimos años se había apagado hasta el punto de que, en 2018, GQ tituló un perfil del actor con un "Qué fue de Brendan Fraser". El Oscar que ha ganado por su papel en La ballena, un profesor de escritura con obesidad mórbida que intenta reconectar con su hija antes de morir, es un regreso inesperado a la grandeza de aquellos que gustan tanto en Hollywood. "Empecé en este negocio hace treinta años y al principio todo fue muy fácil, y no lo aprecié lo suficiente hasta que dejó de serlo", ha reconocido un Fraser emocionado cuando ha recogido el premio.

Brendan Fraser con su Oscar por 'La ballena'

Will Smith en el recuerdo

El presentador de la gala, Jimmy Kimmel, ha tardado poco en hacer broma de la bofetada de Will Smith en un monólogo inicial que ha ido de menos a más. “Queremos que hoy todo el mundo se sienta seguro, sobre todo yo. Así que si alguien se pone violento en algún momento del show, le daremos un Oscar al mejor actor y podrá hacer un discurso de 19 minutos”, ha explicado Kimmel, antes de añadir “ahora seriamente” que la Academia tenía preparado un equipo de gestión de crisis. “Y si tiene lugar algún hecho violento podéis hacer lo mismo que hicisteis el año pasado: nada. O incluso dar un abrazo al agresor”.

Jimmy Kimmel durante la gala de los Oscars

Otros chistes de Kimmel han apuntado a la ausencia en la gala de James Cameron, nominado como productor de Avatar 2 (“Sabes que tu show es demasiado largo cuando ni siquiera James Cameron puede aguantar tres horas y media sentado”), la cancelación del estreno de Batgirl (“Es la primera vez que un superhéroe es derrotado por un grupo de contables”) y el fracaso en la taquilla de Babylon (“Hay cosas que una serie de televisión todavía no puede hacer, como perder 100 millones”). Pero el premio a la mala leche se lo ha llevado Elizabeth Banks presentando un Oscar con el oso pasado de cocaína de su película Cocaine bear (“¿Estás intentando pillar coca? Espérate a la fiesta de después, como todo el mundo”).

En general han sido unos Oscars plegados a las convenciones de las ceremonias de premios, casi rutinarios en algunos tramos. Tanto es así que Kimmel ha dejado caer a las dos horas de gala: “Llegados a este punto, casi echas de menos un poco las bofetadas, ¿no?” Esto ha puesto en valor momentos como el de la actuación anunciada en el último momento de Lady Gaga, que ha cantado su tema para Top Gun: Maverick con camiseta oscura y vaqueros, una puesta en escena muy estudiada para desnudarla de glamur. Pero ni así ha ganado el Oscar a mejor canción, que ha sido para la explosión de energía de Naatu naatu, de la película fenómeno india RRR.

'Sin novedad en el frente', el éxito de Netflix

Con el Oscar a mejor película animada por su Pinocho en stop motion, Guillermo del Toro no solo ha roto la tradicional hegemonía de Disney y Pixar en la categoría, sino que también se ha convertido en la primera persona que gana el Oscar de película animada y también de mejor película y dirección, que ya tenía por La forma del agua. “La animación no es un género. La animación es cine”, ha reivindicado el mexicano, visiblemente emocionado. Y una de las películas triunfadoras de los Oscars ha sido la cinta bélica alemana Sin novedad en el frente, que ha ganado las estatuillas de mejor película internacional, fotografía, dirección artística y banda sonora, convirtiéndose en la producción de Netflix más premiada, por delante de Roma o El poder del perro. El Oscar de Pinocho y el de mejor corto documental completan la notable cosecha de Netflix, que aún así continúa sin ganar el Oscar a mejor película. Lo seguirá intentando.

El momento más político de la gala ha llegado con el Oscar a Navalny, el documental sobre el líder opositor ruso Aleksei Navalny, primero envenenado y después encarcelado por enfrentarse al régimen de Vladímir Putin. “Mi marido está en la prisión por defender la democracia, está en la prisión por decir la verdad. Aleksei, sueño con el día en que vuelvas a ser libre y nuestro país también”, ha dicho desde el escenario su mujer, Iulia Navalnaia. Y también ha tenido un sentido de reivindicación el Oscar al mejor guion adaptado para Sarah Polley por Ellas hablan (Women talking), el único título dirigido por una mujer que estaba nominado a mejor película. “Gracias a la Academia por no sentirse ofendida viendo juntas las palabras mujer y hablar”, ha ironizado Polley. Su victoria es una de las pocas sorpresas de una gala que se recordará básicamente por el éxito apabullante de Todo a la vez en todas partes y que ni siquiera ha generado memes: después del desastre del año pasado, el foco de este año eran las películas, no el espectáculo televisivo.

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