Criar a un niño en... Argentina (10)

El país en el que los docentes cobran 300 euros al mes

El nuevo presidente de Argentina elimina el ministerio de Educación y propone un sistema privatizador para reflotar el nivel educativo

Berta Reventós Meseguer
5 min
Un niño en una escuela de Argentina.

Buenos AiresMaria es catalana, lleva diez años viviendo en Argentina y tiene un hijo, Lucas, de seis. En Barcelona, ella estudió siempre en la escuela pública, pero en Buenos Aires lleva a su hijo a una privada, sobre todo por la regularidad en el calendario escolar. “En la pública hay muchas jornadas de huelga, inasistencia del profesorado y movilizaciones. Han llegado a pasar semanas enteras sin clase”, dice. Lo confirma Matías, de 19 años, que se está formando en electrónica en un centro técnico (el equivalente a un grado medio en Cataluña) de carácter público: él no duda del valor que tiene el hecho de que “la educación es completamente gratuita”, pero lamenta que “las ausencias de los docentes son constantes y los materiales no están en buen estado”.

El sistema público presenta también dificultades de conciliación, ya que la mayoría de centros trabajan en jornada simple –de mañana o tarde–, no completa. Las privadas, en cambio, tienen más opciones para que el alumnado asista a la escuela desde las siete y media hasta las cuatro y media, mientras los padres y madres trabajan. Además, la crisis económica ha llevado a que cada vez más adultos tengan no uno, sino dos trabajos, lo que da como resultado largas jornadas y una dificultad cada vez mayor para pasar tiempo con sus hijos. El caso de Osvaldo es representativo: él trabaja de tardes y noches como portero de un edificio, su mujer encadena dos jornadas, desde la mañana hasta las seis de la tarde, y los dos hijos adolescentes salen del instituto a las 12 del mediodía. Como los padres no pueden asumir el coste de actividades extraescolares, piden a los hijos que se queden en casa durante la tarde, ya que el barrio en el que viven, en el Conurbano Bonaerense, cada vez se está haciendo más peligroso: “Normalmente, juegan en la consola”, explica Osvaldo al ARA.

La educación gratuita, colgando de un hilo

Sin embargo, la situación aún se puede complicar más, ya que la educación gratuita, que ha sido uno de los barcos insignes de la vida política argentina, se tambalea. Durante la campaña electoral por las elecciones presidenciales de este año, fue uno de los puntos clave en el debate, ya que, por primera vez desde 1884, cuando se aprobó la Ley 1420 –considerada la piedra fundacional de la educación en este país–, el entonces candidato y ahora presidente Javier Milei proponía sustituir el sistema actual por uno de vouchers o buenos educativos, según el cual el Estado seguiría financiando la educación de los niños, con la diferencia de que lo haría a partir de la demanda y no de la oferta. De este modo, argumenta Milei, se destinarían los recursos públicos justos y necesarios a la educación, sin “malgastar”, como él asegura que realizan los centros educativos.

De momento, Milei ya ha reducido el número de ministerios que había en el gobierno anterior (dieciocho) a la mitad, nueve. Una de las carteras que ha desaparecido ha sido precisamente la de Educación, que se convierte en Secretaría dentro del súper ministerio de Capital Humano. Esta cartera comprende Educación, Trabajo, Infancia y Familia, y es la única, ha dicho Milei, que tiene total libertad para rebasar los recursos asignados en el presupuesto. Al frente de la nueva secretaría de Educación estará Carlos Torrendell, doctor en ciencias de la educación por la Universidad Católica de Chile y partidario de la educación privada y católica, que se ha manifestado en contra de la Educación Sexual Integral (ESI), que actualmente forma parte del currículo escolar argentino, y que Milei ya ha adelantado que va a retirar. También se espera una privatización de la educación superior y un sistema de bonos, todo ello para generar “competencia entre las instituciones educativas”, tal y como promueve el partido gobernante, La Libertad Avanza.

En su momento, la propuesta de Milei ya indignó a dirigentes políticos y votantes de todo el espectro ideológico, desde la izquierda hasta la derecha, y es que en Argentina tanto la educación como la salud pública son casi imposibles de cuestionar. De hecho, existe un alto nivel de cultura general entre los adultos de diferentes entornos y clases sociales, gracias a una educación pública que, se nota, había sido puntera en algún momento. Sin embargo, desde hace un tiempo se arrastra una preocupación en cuanto al nivel educativo: en las últimas pruebas PISA, Argentina ha obtenido unos resultados inferiores a la media global en todas las materias, “y esto hace ya veinte años que pasa”, apunta al ARA Magdalena Benvenuto, maestra y cofundadora de la ONG Educar y Crecer. Ella identifica tres problemas clave en un sistema educativo venido a menos: infrafinanciación en el sector, una profesión –la de la docencia– profundamente desprestigiada y, más recientemente, la grave crisis económica y social que golpea al país.

Para Benvenuto, el Estado está en deuda con el sistema educativo: “Según la Ley Nacional de Educación, el 6% del PIB debería estar destinado a esa área, pero en los últimos veinte años esto se ha cumplido sólo tres veces”, denuncia. La infrafinanciación atraviesa el sector educativo de arriba abajo: desde los sueldos de los docentes hasta las instalaciones y edificios de los centros.

El desprestigio de los docentes

"La carrera de docente ha perdido prestigio", explica Benvenuto, que en veinte años de profesión, pasando por centros de élite y por escuelas de alta complejidad, sólo una estudiante le ha mostrado interés por dedicarse a ella. El sueldo medio de un docente en Argentina no llega a los 300 euros, según datos de junio de 2023. Por si fuera poco, hay que recordar que Argentina atraviesa una de sus peores crisis económicas y sociales, con un 60% de la población infantil y adolescente viviendo bajo el umbral de la pobreza. "Los alumnos llegan a la escuela con un montón de problemáticas de salud, nutrición, violencia y familias fragmentadas, y el docente acaba haciéndose cargo de unos déficits que hacen que el foco en el aprendizaje no sea el principal".

Benvenuto se pregunta si la educación pública en Argentina podrá volver a ser el emblema de la igualdad de oportunidades y el “motor de desarrollo del país” que, a su juicio, había sido históricamente. Admira el modelo implementado en el estado de Ceará, en el noreste de Brasil, una zona rural donde, de los múltiples problemas que incidían en la educación, desde el estado se decidió abordar uno solo, dedicándolo todos los recursos económicos y humanos: alcanzar el nivel de lectura y escritura que corresponde a cada edad. "En lugar de reformar todo el sistema, que estaba lleno de errores, se trabajó sobre un problema fundamental hasta que los niños de la zona han obtenido mejores resultados académicos que los que estudian en escuelas de élite en la capital".

Los apuntes

Calendario escolar

Las fechas concretas varían según la provincia, pero el curso arranca a finales de febrero/medios de marzo, y termina antes de Navidad.

Vacaciones

Las de invierno: de mediados a finales de julio.

De verano: de fin de curso (antes de Navidad) a inicios del curso siguiente (principios de marzo).

Horarios

Jornada simple (mañana o tarde): de 7 ha 12 h-13 lo bien de 12 h-13 ha 16 h-17 h.

Jornada completa: de 7:30 ha 16:30 h.




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