El precio de las hipotecas se dispara un 41%, el ritmo más alto en 20 años
La subida excepcional de los tipos de interés en general, y del Euríbor en particular, tiene un efecto directo sobre las hipotecas que ya se puede cuantificar: en los primeros ocho meses del año el precio de los créditos para comprar una vivienda se ha disparado un 41%. En concreto, las hipotecas que se firmaron en agosto tenían un tipo de interés medio del 2,033%, mientras que en enero era del 1,439%.
Nunca se había visto una escalada tan rápida desde el 2003, es decir, ya hace casi veinte años, que es cuando se empezó la recogida estadística, según los registros del Banco de España consultados por este diario. En este periodo, todo se tiene que decir, ha habido más años en los que las hipotecas han bajado que años en los que han subido.
A pesar de este ascenso espectacular, ya se puede dar por hecho que la subida del 41% se quedará corta cuando sepamos los datos de lo que queda de año. Porque si en agosto el tipo medio de las nuevas hipotecas apenas superaba el 2%, actualmente “casi todas están entre el 3% y el 4%”, asegura José García Montalvo, profesor de la UPF y uno de los grandes expertos del sector inmobiliario.
Todo esto es para las hipotecas nuevas. Pero el ascenso también se nota en las que ya existían y que, si son de tipo variable, se tienen que renovar periódicamente. Los bancos avisan de que la subida del Euríbor “empezará a tener un impacto significativo a partir de noviembre”, según dijo la semana pasada José Antonio Álvarez, consejero delegado del Santander. El motivo: las hipotecas se renuevan con el Euríbor de dos meses antes y, como en septiembre es cuando este indicador subió con más fuerza, es a partir de noviembre cuando las renovaciones se encarecerán más. Hasta ahora la subida del Euríbor se ha traducido en ascensos “graduales” en las revisiones de las hipotecas, según Álvarez. Pero en noviembre se habrá acabado: como dice el banquero del Santander, de gradualidad, nada.
Sorprendentemente, hasta ahora este encarecimiento del crédito inmobiliario no ha tenido un efecto directo en la compraventa de viviendas, que hasta agosto –último dato disponible– iba en la dirección de firmar su mejor año desde la burbuja inmobiliaria. En mayo, por ejemplo, se vendieron 9.459 inmuebles en Catalunya, una cifra que no se veía desde junio de 2007.
Pero este ritmo no es sostenible. “En los últimos meses el mercado ha vivido del impulso de los que se han lanzado a comprar en previsión de que los tipos suban todavía más, pero este efecto durará poco, si es que no se ha acabado”, opina Montalvo.
Morosidad e hipotecas a tipo fijo
A raíz del encarecimiento de las hipotecas, la gran duda que sobrevuela ahora es qué pasará con la morosidad de la banca y, en último término, con los desahucios. Ahora mismo no está claro que haya que preocuparse mucho: normalmente, los impagos saltan cuando cae la ocupación, cosa que todavía no pasa significativamente. “Lo que mata las hipotecas es el paro”, subraya Montalvo.
Aun así, el sector financiero ya ha empezado a dar señales de que trabaja en algún tipo de solución para evitar que determinados colectivos se queden sin poder pagar la hipoteca. “La reputación de la banca depende de esto”, dice Montalvo recordando lo que pasó después de la burbuja inmobiliaria. El propio experto asegura que, si la banca no encuentra soluciones, “el gobierno español las impondrá” para evitar que se repitan situaciones como las de la crisis anterior.
Y un último detalle: después de años pregonando las bondades de las hipotecas a tipo fijo, los bancos “ya casi no las ofrecen”, explica este experto. La razón es que, cuando un banco firma una hipoteca fija, se blinda con un swap (un tipo de seguro para evitar que, si los tipos se disparan, la entidad pierda dinero). Pero ahora los precios de los swaps también han subitdo. Resultado: las hipotecas que se firman ahora son casi todas a tipo variable.