Epic fail

El repentino adiós de La Asturiana, los creadores de los míticos caramelos de eucalipto

De producir 25 toneladas de golosinas al año a tener que cerrar la fábrica por la pandemia

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Carmelos La Asturiana WEB

Durante décadas, cuando terminaba el verano, a los trabajadores y trabajadoras de La Asturiana se les giraba mucho trabajo. En la fábrica de Gijón, las líneas de producción aceleraban el ritmo: funcionaban día y noche para conseguir envolver a tiempo los 300.000 kilos de caramelos de todos los gustos que necesitaban para abastecer cabalgatas de Reyes de toda España. A este pico de actividad se le sumaría la producción especial de caramelos de temporada, como los dulces rellenos de turrón, de almendra o de praliné. Ahora bien, tenían que hacer frente también a la alta demanda del caramelo por excelencia de la compañía: el de eucalipto. Comercializado con un simple envoltorio blanco con letras verdes, La Asturiana había llegado a producir más de 25 toneladas cada año. "Los caramelos de toda la vida", imprimía la empresa en los paquetes de ese producto. Con una historia que se remonta a principios de la década de 1940, los caramelos de eucalipto –pero también los deCuba Libre– consiguieron arraigar fuerte entre los paladares de varias generaciones. Sin embargo, hace tres meses la maquinaria se detuvo en seco.

A principios de diciembre, y después de más de 80 años de actividad, La Asturiana anunció que entraba en proceso de liquidación. La decisión causó estupefacción entre la plantilla, formada por 28 trabajadores. "Nunca hemos visto algo igual", resumía Robustiano Iglesias, representante del sindicato SOMA-FIA-UGT, en declaraciones aEl Comercio. Explicaba que los trabajadores seguían teniendo picos de mucho trabajo y que la empresa seguía exportando a países como Portugal, Italia o Alemania. El representante sindical, recogiendo las voces de la plantilla, aseguraba que no existían motivos que justificaran el cierre de la planta. "Si han cerrado es por una mala organización, no por un tema económico, porque de pedidos teníamos, y nuestros caramelos de eucalipto se seguían vendiendo en cantidades industriales", aseguraba José Ignacio Goutayer, un empleado de toda la vida, al mismo medio.

Aunque defendían que la producción se mantenía, reconocían que la empresa hacía tiempo que no funcionaba fina. Los problemas habían comenzado cuando, a principios de 2000, por culpa de una enfermedad, la familia fundadora de la empresa tuvo que venderse el negocio. Desde entonces, la plantilla dice renunciar a parte del sueldo para asegurar la viabilidad de la empresa. Pero la llegada de la pandemia acabó de trastocar el panorama: tuvieron que acogerse a un ERTO. "El cóvido hizo que el mercado del caramelo registrara caídas del 20%, una de las peores cifras de la historia reciente", cuantifica Neus Soler, profesora de la UOC experta en marketing. La experta también señala un bajón de las exportaciones a los países donde venía La Asturiana. "De un día para otro, vendieron la maquinaria a una empresa de Badajoz y empezaron a envolver caramelos fuera de las instalaciones, en casas particulares", detalló Iglesias. Con el anuncio del cierre, se agotó rápidamente el stock de caramelos de eucalipto y el silencio se apoderó de la fábrica.

La lección

"Más allá de la mala organización interna que denuncian, hubo una falta de innovación en el producto –opina Neus Soler, profesora de la UOC–. El sector requiere mucha y La Asturiana trabajaba sólo con productos clásicos, como el eucalipto o el anís", recuerda. Por ella, es necesario estar pendiente de las tendencias e invertir en ellas.

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