"Tengo una triella poliamorosa con dos personas y nuestra vida es muy normal"

La historia de amor de Klaudia Ugarte, activista por los derechos LGBTIQ+

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Klaudia Ugarte, activista por los derechos LGTBI, es poliamorosa y tiene dos novias, una chica, Regina, y una persona no binaria, Kai

Klaudia Ugarte, activista por los derechos LGBTIQ+, es poliamorosa y tiene dos novias: una chica, Mar, y una persona no binaria, Kai. Ugarte salía con ambas y, al darse cuenta de que entre ellas también estaba química, decidió presentarlas. Así formaron lo que se conoce como una triella. La primera vez que estuvieron las tres juntas fue en un hotelito donde pasaron un día muy especial. “Yo ya llevaba tiempo saliendo con Kai y hacía poco que había empezado a salir también con Mar. Ese día estuvimos las tres juntas y fue precioso”.

Poco después, un día que llovía a cántaros y acercaban a Mar a su casa, ella les dijo que tenía que decirles algo pero que le daba mucha vergüenza, así que se lo escribió por Telegram. "Nos proponía tener un anillo personalizado las tres para recordar los momentos que habíamos pasado juntas, y así nació nuestra triella", dice Ugarte.

Su vida y día a día, dice, son muy normales. “No vivimos las tres juntas, así que hablamos a diario o quedamos para ver pelis por internet o para jugar a juegos. Cuando nos encontramos en persona, vamos las tres cogidas de la mano, dormimos juntas, nos besamos… Cuando eres tres te das cuenta de que el mundo no está pensado para las triellas: si voy a un hotel, no quiero una cama supletoria, quiero una cama para dormir las tres. Somos románticas, nos gusta escribir cartas, hacernos regalos, ir a la playa a recoger conchas… Las poliamorosas estamos muy lejos de la vida depravada que mucha gente asume que tenemos”, reivindica el activista.

En cuanto a la gestión de la relación, explica que funciona con "acuerdos y comunicación". "Existe la concepción falsa de que en las relaciones poliamorosas no hay celos: sí los hay, y se gestiona con comunicación y cuidados". En algunas cuestiones, como por ejemplo la gestión del tiempo, ser una triella pone las cosas más fáciles. “También quedamos por separado, pero a menudo nos resulta más fácil pasar tiempo juntas. Por un lado, está el deseo relacional, de comunidad, cariño y amor y, por otro, la lógica capitalista y despiadada que te deja un tiempo limitado para el amor. En las sáficas nos encantaría pasar el día mirando a nuestras novias, pero hay que hacer otras cosas como trabajar”, ​​dice risueña.

Ugarte es miembro del Observatorio contra la LGTBI-fobia de Vitoria y tiene muy claro de dónde le nace el activismo por los derechos del colectivo: “Nace de una gran preocupación por la justicia social, y por lo que significa existir en un mundo con un combo como el mío: mujer trans bollera y poliamorosa”. “Cuando no te faltan opresiones, aprendes rápido como la norma busca oprimirte, así que hago activismo por lógica de supervivencia y por sentimiento de justicia”, concluye.

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