Los vecinos del edificio calcinado de Valencia: "Lo hemos perdido todo, pero estamos vivos"

Los supervivientes comienzan a asumir la pérdida de sus viviendas

Dos personas contemplan el edificio calcinado en el barrio de Campanar de Valencia.

ValenciaLlegaron a una de las zonas más codiciadas de Valencia atraídos por las grandes vistas y comodidades de un inmueble con piscina y jardín que llevaba menos de veinte años construido. Pero este jueves, en cuestión de horas, la comunidad de vecinos del edificio calcinado por un devastador incendio que ha dejado al menos nueve víctimas mortales vio cómo todos sus recuerdos y esfuerzos quedaban reducidos a cenizas.

Belén es una de las vecinas que ha perdido la casa. Ella fue testigo de la virulencia de las llamas desde la distancia. “Iban quemándolo todo; primero el salón, después el dormitorio…”, recuerda con angustia. Desde su segunda residencia en Dénia, mediante la conexión de las cámaras de seguridad de la vivienda, siguió en directo la destrucción del hogar que compró en el 2015.

El barrio de Nou Campanar, bautizado así por ser una extensión del histórico municipio que se anexionó en 1897 a la capital valenciana, es “un rincón de la ciudad muy atractivo para acoger edificios nuevos y con muchos servicios, que está bien conectado y disfruta de una gran oferta escolar", explica la experta inmobiliaria Mari Lozada. De hecho, la demanda se disparó entre 2017 y 2018 en buena parte de los edificios de la zona, entre los que estaba el que ha quedado devorado por las llamas. BK_SALTO_LINEA~

La finca contaba con piscina al aire libre e interior, un jardín comunitario, spa, sauna y jacuzzi. Cuando se construyeron, los pisos se compraban por al menos 300.000 euros. "Nos vendieron que era de una calidad de primera", lamenta Belén, quien reclama una moratoria "en el pago de las hipotecas". También está muy preocupada Catherine Stephan, que residía allí con su familia. "Se ha quemado como una falla; alguien tendrá que responsabilizarse de lo ocurrido", denuncia. Y añade: "No podemos pagar la hipoteca, algo tendrán que hacer los bancos y las administraciones con este tema".

Ahora bien, la mayoría de las viviendas eran de alquiler. Es el caso de Laura y Manu, una pareja que escaparon del incendio y tuvieron que pasar la noche en uno de los hoteles que el Ayuntamiento puso a disposición de los afectados. "No tenemos tarjetas del banco, ni el coche, que estaba en el garaje, ni ropa… Nos encontramos sin nada, pero estamos vivos", explican los jóvenes.

También Lisa, una mujer ucraniana que llegó hace unos meses a Valencia huyendo de la guerra, relata que "ahora lo ha perdido todo". Y, de hecho, ella y su familia sortearon la tragedia por los pelos. "Bajamos 20 minutos a la oficina de Correos y cuando volvimos vimos el incendio. Intentamos salvar a nuestro perro, pero ya estaba todo en llamas”, explica todavía con nervios. Más sereno se muestra Israel, uno hombre valenciano que es médico de familia y que residía allí desde hace dos años. Explica que su vecina Carmen es una de las víctimas y califica el edificio de “trampa para ratones”. “Suerte que yo estaba fuera del piso" , admite. De momento vive acogido en casa de un amigo.

Sensación de "irrealidad"

Los testimonios consultados por el ARA destacan la diversidad generacional del inmueble, donde vivían muchas parejas jóvenes y familias con hijos, pero también ancianos. La sensación generalizada entre quienes lo han perdido todo, pero han salvado la vida, es que esta tragedia no les ha pasado a ellos. Los habitantes del bloque calcinado coinciden en destacar la sensación de "irrealidad" que sufrieron durante el estallido del incendio. "Parecía una película", decía Miguel. "Es surrealista", añadía Javier, que subrayaba que todo ocurrió en cuestión de minutos.

Entre los que este viernes daban gracias por estar vivos se encuentra la pareja que estuvo más de dos horas atrapada en un balcón hasta que pudo ser rescatada por los bomberos. Un rato en el que, según explicaron, pasaron momentos "muy angustiosos" en los que sólo podían pensar que no querían "morir quemados".

Algunos de los afectados ya se han acercado al punto habilitado por el Ayuntamiento de Valencia para poder realizar los primeros trámites. Belén ha acudido para solicitar una de las 85 viviendas que el consistorio ha anunciado que pondrá a disposición de las familias afectadas en un edificio en el barrio de Safranar, a unos cinco kilómetros de su anterior hogar. "Si el fuego se hubiera producido durante la noche, estaríamos todos muertos", afirma.

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