Vestir informal en el trabajo: cómo están cambiando los códigos
La consultora Alexandra Masó anima a cuestionarse si la vestimenta es una norma o simplemente una inercia
Trabajo en una multinacional en la que la gente viste muy formal. Recientemente, ha entrado un compañero joven que viste muy informal y me da miedo que esto le penalice. ¿Debería hablar?
Arnau (Martorell)
La motivación que te lleva a hablar con él es altruista y de buen corazón; quieres darle una indicación en torno a la cultura de empresa que él todavía no conoce. Por tanto, hablar es una fantástica opción. Ahora bien, antes asegúrate de que seas tú y no él el que está siguiendo el código de vestimenta.
Según una encuesta de Ypulse de 2021, un cuarto de los hombres de la generación Z (jóvenes de entre 13 y 39 años) siguen el código de vestimenta bautizado como athleisure o vestimenta de gimnasio. De hecho, la revista Vogue en 2019 ya proclamaba que elathleisure sería el nuevo código de vestimenta en la oficina. La cóvida y el incremento del teletrabajo sólo han hecho que aumentar estas cifras. Según las últimas encuestas europeas de 2023, el 70% de los trabajadores prefieren elegir libremente su código de vestimenta en el trabajo.
Sin embargo, la presión por una vestimenta muy informal no sólo viene del mercado y las nuevas generaciones. Marcas dirigidas a laathleisure como Nike, lululemon, Shein o Hollister han aumentado notablemente su facturación en los últimos años. Nike, por ejemplo, ha aumentado los ingresos en un 31% respecto a 2019, o lululemon, un referente delathleisure que ha duplicado sus ingresos de 6 a 9 billones de dólares en sólo tres años. Corporaciones de la talla de Goldman Sachs o JP Morgan ya han cedido a esta tendencia: desde 2019 es opcional el uso de la americana para sus trabajadores. Incluso los japoneses apuestan por la informalidad; en 2005, el ministerio de Medio Ambiente impulsó la iniciativa Cool Biz para fomentar la ropa informal en el trabajo en verano y evitar golpes de calor y afecciones por las altas temperaturas.
Por tanto, aprovecha para validar si realmente el código de vestimenta formal sigue siendo una directriz de empresa o una inercia que, con el paso de los años, ha adoptado como norma.