Virginie Despentes: "Tengo un hombre imbécil dentro de mí"
La escritora de 'Teoría King Kong' y 'Vernon Subutex' presenta la novela 'Querido imbécil' en la librería Finestres de Barcelona
BarcelonaBenvolgut imbécil (Sembra Llibres, con trad. de Oriol Valls) –Querido capullo en la edición castellana y Querido comemierda en la versión latinoamericana (ambas de Random House)– es la nueva novela de Virginie Dsp, publicada en Francia el año pasado, y la frase de alguien que hace un esfuerzo por entender un pensamiento opuesto. La autora que se catapultó con el ensayo Teoría King Kong, que se ha convertido en un referente de los feminismos, y que consolidó a su público con la trilogía Vernon Subutex, vuelve ahora con más ficción y se pone en la piel de tres personajes: un acosador, una actriz que está envejeciendo y una joven feminista.
Le ha presentado el escritor y periodista Kiko Amat, orgulloso de que "pudiendo hablar con cualquier idiota" le haya elegido a él, que le ha preguntado por la imbecilidad y por su arte de retratarla. "Tengo un imbécil dentro, es una parte de mí, hay un hombre dentro de mí que escribe, porque escribir es un asunto de hombres. Yo también he tenido conductas, no sexuales porque soy una mujer y no se me habrían permitido , pero tengo un problema con la ira, y exploto, y alguien podría quejarse. Para mí las fronteras entre uno y otro no son tan claras", afirma Despentes. Y es que su novela, que se articula como un intercambio epistolar entre Òscar, un escritor acusado de acoso sexual a raíz de Me Too, y Rebecca, una actriz feminista, está llena de grises. Más adelante dirá que dentro tiene "un hombre imbécil, pero no un hombre pijo" para explicar por qué siempre hay en sus libros la mirada de clase.
La novela nace de un dilema real: dos feministas esperan que se haga pública la denuncia por acoso a un compañero que saben que es un acosador, pero les preocupa por la vinculación que tienen con él. Despentes lo define como un libro en el que no pasa nada pero se reflexiona sobre qué puede haber detrás del acoso sexual: por ejemplo, un escritor que intenta suplir su falta de virilidad con las drogas o la falta de educación sexual de los jóvenes y la relación entre deseo y dominación: "Deberíamos enseñar a las chicas a estar orgullosas de sus felaciones", dice en un momento dado la protagonista. Aborda también la vejez, que siempre es "una sorpresa" cuando te das cuenta de que "no es tu turno, es el turno de los demás y siempre te parece pronto", dice Despentes en la Llibreria Finestres de Barcelona, donde ha agotado las plazas y apenas se ven las estanterías de la gente hacinada, incluso, en el patio.
Autocrítica generacional
Internet está siendo un elemento central para la denuncia de los casos de acoso, y también lo es en Benvolgut imbècil, retratado como un mundo hostil. "Nuestra generación no se ha preocupado de la violencia de las redes sociales. Los hemos dejado solos. Estoy encantada de no tener hijos porque no hemos sido dignos", expresa la escritora francesa, residente habitual en Cataluña. Lo mismo ocurre con la pornografía, la extrema derecha o la emergencia climática: "Sabemos que moriremos y no nos preocupa nada lo que les ocurra". El choque generacional está presente en la novela. "Cuando veo a jóvenes feministas que se leen 300 mensajes negativos al día sobre su cuerpo pienso que están locas, pero confío en que encontrarán la manera de aguantarlo", afirma.
Parecen antagónicos, pero algo une a sus dos protagonistas: la adicción a las drogas y la voluntad de dejarlas, siempre desde la necesidad y la absoluta nostalgia. En este proceso de desintoxicación, "antes muerta que hacer yoga", dice la protagonista. "Es como el tabasco, lo hace todo más interesante. Los acontecimientos sociales ahora que no bebo son: "Quiero volver a casa ya"", dice su creadora. Con este panorama, Amat admite haber tenido ganas de suicidarse mientras la leía, pero Despentes asegura que, escrito en plena pandemia, la intención era escribir "un feel good".