El valor de ser viticultor biodinámico en el Penedès: el sello Alianzas por la Tierra

La familia Gramona llevaba unos años trabajando en viticultura biodinámica y estaba comprobando sus resultados: viñedos más vivos, cepas más resistentes, uvas y vinos con más energía vital… Sus vecinos y proveedores de toda la vida se interesaron. En ese momento, se preguntaron: ¿qué pasaría si todos trabajaran de la misma manera? Y lo probaron. Así es como se creó la asociación Alianzas por la Tierra. Como todos los principios, fue duro. Se establecieron contratos de vida de viñedo –no de tres años como era habitual– y se incrementó el precio del kilo de uva, porque esa viticultura exigía más horas a pie de cepa. Empezaron las formaciones, investigaciones, reuniones habituales para elaborar preparados y poner en común temores y esperanzas.

El compromiso con el territorio y la calidad de la uva fueron los primeros motores. Casi diez años más tarde, el verdadero valor de Alianzas por la Tierra es la fuerza del aprendizaje y el trabajo colectivo. Constataron que el camino hacia el futuro no se hace en solitario, sino como parte de un organismo muy potente. Los aliados han ido más allá de las individualidades y se han convertido en una entidad con conciencia de sí misma y del buen trabajo que lleva a cabo. La generosidad es la estrategia, y la comunidad, la fuerza. Cada uno de los trece integrantes evoluciona a su ritmo y se impulsan unos a otros. La familia Gramona, que dispone de los contactos y las instalaciones, sigue organizando formaciones con especialistas de diversas disciplinas para intentar ser resilientes ante la crisis climática y los retos que plantea.

Del Penedès hacia el futuro

Alianzas por la Tierra trabaja con el objetivo de que el legado excepcional, que es el viñedo del Penedès, llegue a las siguientes generaciones para que puedan continuar cultivando y, así, elaborar vinos de calidad. Para ello, refuerzan cada día su compromiso con el medio ambiente: respetan la tierra y la tratan lo mejor posible aprendiendo de la experiencia. Desde Gramona, aseguran que recuperar toda la vida que debe tener el viñedo, que ya ha tenido, "es un deber y una necesidad". La intervención positiva en el paisaje, los beneficios en cada parcela, son una evidencia, y aún lo serán más en los próximos años.

Alianzas: un pequeño homenaje a una gran labor

Este año, la familia Gramona quiere rendir un pequeño homenaje al colectivo y, por eso, ha presentado en sociedad un espumoso de 24 meses de crianza con el nombre Alianzas en su etiqueta y las variedades históricas del territorio –xarel·lo, macabeu y parellada– en su coupage.

En la contraetiqueta consta el sello que identifica a Gramona como viticultor y elaborador asociado a Alianzas por la Tierra. Este sello quiere llegar a tener la entidad de certificación, como la poseen organismos de alcance mundial como Demeter y Biodyvin, que siguen avalando, año tras año, la viticultura biodinámica que practican las familias asociadas.

Para poner de manifiesto el compromiso con los principios de la asociación, este sello se incluye en la contraetiqueta de los vinos espumosos de la familia Gramona desde la primavera anterior. Gramona Imperial, el espumoso más conocido de la colección, fue el primero en incluir la mención, que señala que toda la uva que forma parte del coupage procede de viñedos biodinámicos de viticultores aliados. Al igual que el espumoso rosado Gramona Roent, que en la última añada incorpora garnacha tinta al coupage para sumar un extra de tipicidad.

La mayor extensión de viñedo biodinámico del Penedès

Poco a poco, como una mancha de aceite, esta forma de trabajar colectiva y comprometida con el paisaje será la mayoritaria, como lo ha sido para antepasados ​​de la familia, y para que las próximas generaciones puedan seguir haciéndolo. Por ahora, los trece asociados suman más de 420 hectáreas de viñedo en el Penedès, la mayor extensión de viticultura biodinámica en esta zona vitivinícola y una de las más grandes de Europa.