Ebro amplía su gama con nuevos coches electrificados hechos en Barcelona

La marca de automóviles Ebro, resultado de un acuerdo de colaboración entre la catalana EV Motors y el gigante automovilístico chino Chery, ha empezado ya la fabricación de la versión electrificada PHEV o híbrida enchufable de su todocamino S700 en la planta de la Zona Franca de Barcelona. Este hito marca un antes y un después para Ebro, que a finales de 2024 empezó la producción de las versiones con motor de combustión de sus dos todocaminos S700 y S800, de los que ya ha fabricado unas 2.400 unidades durante los últimos cuatro meses.

El nuevo Ebro S700 PHEV o híbrido enchufable tiene una autonomía total de 1.200 kilómetros gracias a sus dos sistemas de propulsión, una autonomía de 90 kilómetros en modo totalmente eléctrico de cero emisiones y se puede cargar hasta el 80% de su capacidad en tan sólo 19 minutos. Las primeras unidades de este modelo electrificado llegarán a los concesionarios de la marca justo después de Semana Santa, con un precio base de 39.900 euros por la versión Premium y de 41.900 euros por la versión Luxury.

La reindustrialización de la antigua planta de Nissan en la Zona Franca había sido uno de los objetivos prioritarios de los diversos gobiernos de la Generalitat desde la traumática marcha de Nissan de estas instalaciones hace cuatro años. Aunque a priori se puede creer que la planta de la Zona Franca era un auténtico caramelo para los grandes fabricantes automovilísticos por su emplazamiento estratégico (muy cerca del puerto de Barcelona, ​​del aeropuerto y del tren e insertada dentro del tejido urbano de la capital catalana), encontrar un socio dispuesto a invertir y apostar por este emplazamiento fue un proceso más largo. Finalmente, tras muchos tiras y aflojas y tablas de negociación maratonianas, el Gobierno anunció un acuerdo con EV Motors y el fabricante chino Chery para la ocupación de las instalaciones de Nissan en la Zona Franca y de Montcada i Reixac.

Avanzar con nuevos modelos

La hoja de ruta del crecimiento de Ebro pasa ahora por seguir aumentando su ritmo de producción para consolidarse como uno de los actores clave en el proceso de reposicionamiento y descarbonización de la industria automovilística. Este mismo año 2025 también iniciará la producción de la versión híbrida enchufable o PHEV de su segundo modelo, el todocamino familiar de siete plazas S800, así como la del SUV compacto y económico S400, un todocamino que se posicionará en el mercado con un precio de venta en torno a los 20.000 euros y que todavía no se ha presentado oficial.

El nuevo Ebro S400 –que, según hemos podido saber, la marca presentará en el Automobile de Barcelona que comienza el 10 de mayo– será un todocamino de 4,35 metros de largo, con un maletero de 380 litros de capacidad y un motor de gasolina 1.5 de 145 CV de potencia frente a un esquema de tracción. Ofrecerá versiones de combustión e híbridas ligeras y una mild hybrid que se basará en la estructura ya existente del Chery Tiggo 4 Pro.

Actualmente, Ebro fabrica una cincuentena de unidades diarias en sus instalaciones, y con el plan de crecimiento de la marca, también aspira a convertirse en un fabricante convencional que utilice el 25% o más de sus elementos estructurales y tecnológicos fabricados por proveedores locales. Si hasta ahora Ebro hace el ensamblaje de los comocascos, motores y resto de elementos directamente importados de China, la hoja de ruta de la marca pasa por un nuevo modelo industrial con mayor peso de la producción de vehículos hecha en Cataluña (pintura, tapizados, montaje de varios elementos estructurales) y cuenta con proveedores locales especializados, que ya trabajan con otros fabricantes en Landaben (Navarra), la del grupo Stellantis en Figueruelas (Zaragoza) o con la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia).

El impulso industrial de Ebro con nuevos modelos electrificados y un nuevo todocamino compacto asequible, y sobre todo el proceso de transformación de las tareas de montaje actuales hacia un nuevo modelo con mayor producción autóctona, debe facilitar la recuperación de los puestos de trabajo de la antigua planta de Nissan en la Zona Franca, ahora llamada Ebro Factory. Según informa la marca, tiene ya una plantilla de 850 trabajadores, que aumentará en función de las necesidades productivas y de crecimiento de la marca.