Pensar hace de burros. También de musarañas, armadillo rosado, axolot... Por eso no quiero pensar. Que lo hagan los demás. Me dejo llevar por estas horas que trabajan los cuchillos: antes de que en el 2025 degüelle en el 2024. Miro bestsellers que nadie quiere leer. Tengo entre la neurona aferente y la eferente un referente de la actividad nerviosa universal: Rationarum temporum. Tapa blanda. Óxidos asilvestrados. Papel tuerto. Edición de 1633. Primer resumen de obras ingentes delinfluencer de la cronología planetaria: Denis Petau. Más conocido entre nosotros como Dionís Petavi. Era el tío que lo petaba en cuestiones de efemérides. Y después todo le petó en los morros.
Este jesuita francés ha marcado los calendarios de medio mundo. Y eso que murió en 1652. Toda la vida entre fechas, anales, lunares, santorales, almanaques... Desde el km 0 para él: el nacimiento de Jesús en una casa ocupada. Por tanto, amigos, enemigos, y gatos que van gato, este 2025 hará según el reloj de Petavi 6.008 años de la creación del mundo, 4.353 del diluvio universal, 1.799 de las Olimpiadas, 3.701 de la población de Barcelona, 1.151 del inicio del Condado de Barcelona, 888 de la unión de Cataluña y Aragón, 796 de la conquista de Mallorca, 325 de la dinastía borbónica, 149 de la Constitución española, 111 de la Mancomunidad de Cataluña, 102 de la dictadura de Primo de Rivera... Y así sumas. Es lo que he hecho.
He añadido cien años a lo que los catalanes de 1925 calcularon según este temporizador. Petavi levantaba la cresta, braveaba, de encontrar miles de errores a sus competidores cronológicos, pero él también la pifiaba y muchas de las fechas no cuadran. Y así siempre vamos perdidos. Con su despertador cósmico y con el de la vida real terrenal. Ahora nos desorientamos cuando leemos que el Fin de Año de 1925 en Barcelona "en las calles no había mucha ostentación, porque en nuestra capital no se celebra el inicio con algazara". Sorprendente. Junto a un anuncio de que en la calle Notariat, 8, se hace "curación del cáncer". Fascinante. Debajo, el niño de Fraga Josep Castillo, que había desaparecido en Nochebuena, y le encuentran en una masía junto a la suya, "con señales de haber sido maltratado". Insólito. Cerca del Hospital Clínic, la señora Sabina Herrero denuncia que unos individuos le han estafado 600 pesetas "por el procedimiento de las caridades". Sin precedentes. Los juzgados iban llenos de "reclamaciones de sueldos". Extraño. "La crisis de nuestra economía" era por el expolio español. Inaudito. En la Guerra de Marruecos, el teniente coronel Franco, en Ceuta, avanzaba hacia el interior. Formidable. La gente tenía "catarros" y se jodía pastillas, comprimidos, jarabes, friegas... Nunca visto. Se moría gente de 28 años, 77, 83, 48... También algunos nacían... Stop.
Cada 31 de diciembre mi gato y yo nos cargamos dos sacas en la espalda y una azada en la mano. Caminamos hacia el final del huerto. Nos amorramos en la botella de agua ardiente y cavamos. Hacemos dos agujeros: el de los recuerdos y el de los olvidos. Los agujeros hondos como uno nunca más. Y mientras van cayendo todas las cosas vamos chumando como si ya no nos quedara nada. Lo colgamos todo del suelo. Y rezamos sin palabras con los ojos picando: "Año nuevo, vida nueva". De pataco, desde el infierno, brota un demonio enloquecido y nos escupe llamas de tierra a los morros bramando: "Año nuevo, vida vieja". El mundo gira pero no avanza, sobre todo en Cataluña.